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Entrevista:EXTRAÑOS EN LA GRADA | MANUEL RIVAS | FUERA DE JUEGO

"Messi es el Chaplin del fútbol"

Juan Cruz

Vimos el clásico Madrid-Barça con Manuel Rivas en la casa coruñesa del escritor gallego. Antes de que comenzara el partido, el autor de Los comedores de patatas preparó una tortilla gallega, dispuso de algunos invertebrados ("los crustáceos" de los que hablaba Oteiza) e invitó al vino que le regaló José Luis Cuerda, el director (con guion de Azcona) de la versión en cine del cuento La lengua de las mariposas.

Mientras se desarrollaba el encuentro (1-3), que él vio mientras se hacía la tortilla y se enfriaba el vino, inventó algunas teorías sobre lo que se veía en el campo. Dijo, por ejemplo, que "Messi es el Charles Chaplin del fútbol" y que esa noche se consolidaba una metáfora que divide al Madrid del Barça nítidamente: "El Barça es de Eros y el Madrid es de Marte".

Primero, Messi. Según Rivas, "Messi pisa en el día y la noche; su carrera está marcada por la simultaneidad. Es como Chaplin y los mejores momentos del cine mudo. En Argentina, de donde viene Messi, Chaplin es el pibe Carlitos. Y Messi se desplaza como el pibe Carlitos. Son los pasos del vagabundo: no se sabe dónde va, pero todo lo que hace tiene un sentido".

"Los de Messi", decía Rivas mientras lo veía centrar en el campo, "son movimientos aparentemente dispersos, pero, si los vemos en conjunto, son siempre una constelación de sentido. No es él quien lleva la pelota, es la pelota la que le lleva. La pelota lo quiere, se va con él".

En un cuento del argentino Oswaldo Soriano, un árbitro va perdiendo todos sus dientes en campos donde no era bien recibida su imparcialidad. Alguien le dice, ante su desgracia, que a Dios no le gusta el fútbol "y así le va a este país". "Y lo que observo", señala Rivas, "viendo jugar a Messi ahora, es que a Dios le gusta el fútbol".

¿E Iniesta? "Ah, Iniesta. Iniesta me parece la estrategia de la inteligencia. Mira, el Madrid juega con el espíritu de Tánatos o quizá de Marte, que es el dios de la guerra, mientras que el Barça juega con el impulso de Eros. Y eso lo representa muy bien Iniesta... El Barça juega con placer, para jugar. Es un juego sentipensante y quien encarna esa manera de ser es Iniesta, que es la parte más cerebral del equipo".

Mientras que el Madrid... "El Madrid practica un juego bélico. Juega para ganar. Así que, cuando no domina, cuando no se impone, padece la melancolía de Marte, se desmorona".

Así pues, no sería descabellada esa comparación que alguien hizo entre Ben-Hur (sería la película que dirige Mourinho) y La lengua de las mariposas (sería la película que dirige Guardiola). "Algo de eso hay. El Barça es un taller de imaginación, algo para lo que no hay que desplazar grandes construcciones, como pasa en La lengua de las mariposas, cuyo desarrollo proviene de su intensidad emotiva. No son importantes ahí ni el presupuesto ni la maquinaria. Y Ben-Hur es la superproducción, el impacto. El Madrid ha construido, con Mourinho, un discurso neo-con. Mou vino al fútbol desprovisto de sonrisa y Guardiola le ganó con una sutileza para la que tiene, entre otros cómplices, a Iniesta".

Ganó el Barça, pues. "Lo derrotado es lo bélico. Prevalece el discurso del juego. Lo que se le queda en la cara a Mourinho, ahora, es la saudade, lo que los guerreros llaman la pena de Marte. Los militares suelen ser ciclotímicos. Ese es el momento en que ahora veo a Mourinho".

Estas teorías del fútbol le llevan a Rivas a su propio campo, la afición al Deportivo. El Depor naufragó en los ochenta. Hasta el estadio de Riazor se anegaba con la lluvia. Era un equipo náufrago. En los noventa, por decirlo así, salió el sol en la playa, Arsenio Iglesias recogió a futbolistas desahuciados de otros naufragios... "y el equipo empezó a ser una maravilla otra vez. En los tiempos de Luis Suárez y Amancio fue aquel equipo cosmopolita que renacía con Donato, con Mauro Silva, con el joven Bebeto, que ahora es diputado del partido de Lula en Brasil... Arsenio tiene razón: empezó el marketing a hacer de las suyas y el Depor se empezó a hundir desde que pasaron a llamarlo Superdepor".

Y ahora el Depor está en Segunda. "Pues fíjate que es ahora cuando me gustaría hacerme socio". Es socio del equipo del barrio donde nació, el Relámpago de Elviña. Pero esa es otra historia, que se parece un poco a sus novelas. Ha escrito mucho de fútbol para la literatura. Todo ben, un cuento que nunca se tradujo del gallego y que apareció en 1985, y en el libro que acaba de salir, Lo más extraño, que agrupa su obra breve, figuran dos narraciones futbolísticas: El partido de Reyes y El misterio de Uz.

Ahora escribe memorias de otro tiempo y ahí aparecen los personajes del Relámpago, que es el fútbol de su corazón.

TOMÁS ONDARRA

Las futbolistas de Carnaval

Manuel Rivas vivió en Elviña

(A Coruña) cuando ya tenía sentido del fútbol. La pelota era el regalo

de Reyes que desplazaba a las pistolas y los otros cachivaches. En aquel ambiente oscurecido por el gris

del franquismo, el Carnaval era

la transgresión anual: una atrevida comparsa enterró a un personaje

que llevaba las señales de Franco

y sus componentes sufrieron cárcel

y otras persecuciones. Pero de aquel tiempo, mediados de los sesenta

del pasado siglo, guarda el poeta,

sobre todo, la memoria

de las futbolistas (las primeras

del mundo, quizá) que todos

los martes de Carnaval disputaban

en el campo del Relámpago

un partido en el que él distingue

a algunas jugadoras extraordinarias.

La portera, una mujer

de gran envergadura "que se parecía a Anna Magnani", y una joven

que se llamaba Maruxa Tasende,

"la que mejor jugaba,

con una velocidad increíble,

¡como la de Messi!" Y aun había

una tercera, "que venía de haber emigrado a Suiza, una chica moderna que se parecía a Brigitte Bardot

y cruzaba los campos para llegar,

feliz, al campo". A las mujeres, recuerda Rivas, las llevaban

a jugar en burro. Y las llevaban

los hombres. "El mundo al revés.

La revolución de martes de Carnaval".

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