Alonso hace diana

En una carrera desnaturalizada , que ha comenzado con una hora de retraso por la lluvia y que ha terminado de noche y con el cielo casi despejado, Fernando Alonso no ha concedido el más mínimo error y se ha apuntado su quinta victoria de la temporada. El asturiano ha cruzado la meta por delante de Lewis Hamilton, el segundo, y de su compañero Felipe Massa, que ha completado el podio. Este resultado, combinado con los abandonos de Mark Webber y Sebastian Vettel, coloca al piloto de Ferrari al frente del campeonato cuando solo faltan dos grandes premios para el final.

Alonso ha hecho diana en Yeongam. Más que una carrera, este gran premio parecía una trampa de la que el español ha salido reforzadísimo. De entrada, los pilotos se han encontrado un escenario dantesco, con la pista completamente empapada, el asfalto resbaladizo como un cristal y sin haber podido comprobar, durante las sesiones de entrenamiento previas, qué rendimiento ofrecían las gomas de agua. Con ese panorama se ha impuesto la presencia del coche de seguridad, que ha comandado el pelotón durante las 17 primeras vueltas, demasiado tiempo para algunos, demasiado poco para otros.

Nada más reanudarse la prueba, Webber, que mantenía la segunda posición que ya ocupaba en la parrilla, se ha ido largo en una curva a la derecha (vuelta 19), ha pisado el césped artificial, su RB6 ha culeado y ha acabado estampado contra el muro. Un error considerable, parecido al de Alonso en Bélgica, pero mucho más dramático a estas alturas.

Con Vettel al frente, perseguido por Alonso y Hamilton, el cemento se ha ido secando y los talleres han comenzado a reclamar a sus pilotos para que desecharan los compuestos extremos y colocaran los intermedios. De los de delante, el primero que lo ha hecho ha sido Hamilton (vuelta 32), un giro antes que Vettel y Alonso. Tras el paso por los garajes, la carrera se ha estabilizado, con el español y el alemán dándose leña a base de vueltas rápidas, hasta que la parte posterior del Red Bull ha comenzado a soltar chispas y un escandaloso humo blanco (vuelta 46), una señal clarificadora que normalmente anuncia un desastre mecánico. El abandono de Vettel ha dejado la pista despejada para Alonso, que se ha limitado a mantener su ritmo y que incluso ha aumentado su margen respecto a Hamilton.

"Ha sido una carrera muy difícil, con condiciones extremas en la primera parte, con muy poca visibilidad. Queríamos mantenernos en la pista", ha comentado Alonso. "Hoy no era el día para ganar el campeonato pero sí para cometer un error que costara muy caro. Lo hemos visto con el error de Mark y luego con el problema de Vettel. A partir de ahora hay que seguir así, constantes hasta el final, si queremos ganar el título", ha reflexionado el chico de Oviedo, ganador de tres de las últimas cuatro carreras, además de ser, con cinco, el que más acumula este año.

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