El proyecto más ambicioso de CiU sigue varado

CiU presentó dos proyecto ferroviarios a bombo y platillo: la línea 9 y la línea 12. La primera (también llamada 9 y 10 porque se bifurca en sus dos extremos) fue incluso licitada. El primer tramo, el que va desde Sagrera y se bifurca hacia Badalona y Santa Coloma, debería haber entrado en funcionamiento en 2004. Ni siquiera está acabado y una de las tuneladoras está absolutamente parada. Los técnicos confían en que reemprenda su camino el mes que viene. El último informe de la Autoridad del Transporte Metropolitano apunta la posibilidad de que entre en funcionamiento en 2009.

El mismo informe explica que está en fase de revisión la fórmula constructiva del tramo central, es decir, el que va desde Sarrià hasta Sagrera. En este tramo no se ha trabajado nada en lo relativo al túnel, aunque sí en lo que afecta a algunas estaciones. Especialmente, en la plaza de Lesseps, cuyas obras están asociadas a la reforma de la misma. Pero no sólo no se ha empezado, es que no se puede empezar porque se está pendiente de nuevos estudios geológicos.

En su día, las prisas de dejarlo todo listo antes de las elecciones de 2003 hicieron que el Gobierno de CiU adjudicara a la vez proyecto y obras. El resultado ha sido la parálisis del tramo central, el más poblado, sobre todo tras el síndrome del Carmel. Jordi Hereu ha declarado estos días que se trata de la obra más nefasta heredada de CiU. En estos momentos, los responsables del Gobierno catalán trabajan en una doble hipótesis. Por un lado, cabe la posibilidad de que se modifiquen partes del trazado, a tenor de lo que aconseje la geología; por otro, se estudia la posibilidad de empezar a perforar por los dos lados (Sagrera y Sarrià) de forma que se acorten drásticamente los plazos de construcción de la línea.

De momento, lo que está claro es que se prevé inaugurar en 2009 las puntas norte (de Sagrera a Badalona y Santa Coloma) y algo más adelante, pero sin que nadie se atreva a dar fecha, el que va desde la futura Ciudad de la Justicia hasta la Fira, El Prat y Zona Franca. Es decir, la línea funcionaría en sus extremos, a la espera de ser conectados más adelante por el tramo central.

Dos partidos ponen fecha al final de la obra: ERC y CiU. Ambos sostienen que la línea completa debería estar lista en 2012.

ERC añade un segundo compromiso: que esta línea sea gestionada también por la empresa que ahora se encarga del metro, de modo que se mantenga la unidad de gestión. En realidad, esto forma parte de un proyecto más amplio de ERC que sugiere la oportunidad de fusionar las diversas empresas de transporte público ferroviario, en lugar de mantener como ahora hasta tres operadores diferentes y no siempre bien coordinados. ERC señala también el desorbitado incremento de coste de las obras: los 2.400 millones anunciados por CiU son, de momento, unos 3.600. Y subiendo.

CiU difiere del resto de formaciones en que mantiene para la línea 9 un gran punto de intercambio con la línea 12 en Sarrià. Es la única formación. CiU anunció una línea 12 que iría desde Castelldefels hasta Sarrià, pasando por diversas poblaciones del Baix Llobregat. Este proyecto, aunque formalmente sigue vivo, será modificado cuando se revise el plan director de infraestructuras y pasará a convertirse en una nueva línea de Cercanías entre Castelldefels y Cornellà.