Seis meses con la playa en obras

Cadaqués (Alt Empordà) va a pasar seis meses patas arriba. El próximo miércoles empiezan unas obras faraónicas, las más importantes de su historia. Se trata de reformar la fachada litoral, el vial que discurre paralelo al mar, conocido como Ses Ribes. El tráfico estará cortado. Las obras se harán en dos fases y en ambas se cerrará también el acceso a los peatones. Sólo podrán pasar las personas que vivan en la zona y que no tengan otra forma de entrar en sus casas. "Nunca antes se ha hecho algo igual", concede el edil de Urbanismo, Valentín Seriñana (ERC)

La reforma consiste en reconstruir la carretera, mejorar la red de saneamiento y dividir el vial en dos, diferenciando una zona para vehículos y otra para peatones. Actualmente existe una única calle, que se usa indistintamente. El alcalde, Joan Borrell (ERC), recalca que Cadaqués seguirá siendo el mismo después de las obras, pero algunos vecinos miran el proyecto con escepticismo.

Las obras empiezan el miércoles y se unen a las de reforma del núcleo antiguo

Tocar una sola baldosa en Cadaqués significa tener a la gente en contra; en parte, por su prestigio como retiro de intelectuales. La lista es larga y conocida: Dalí, Duchamp, Buñuel, Pla... Los lugareños quieren salvaguardar la magia de sus paredes blancas, sus ventanales azules y su mar, pero esta vez toca aguantarse y apechugar con seis meses de taladradoras y polvo. "Es imprescindible y hay que concienciarse", advierte Seriñana.

El plan de cambiar toda la primera línea nace en 2004. Las malas condiciones de la red de saneamiento que corre por debajo de Ses Ribes llevaron al alcalde Borrell a pedir ayuda al Ministerio de Medio Ambiente. Con la condición de reducir el tráfico a la mitad, Medio Ambiente accedió a redactar el proyecto. El 25 de junio adjudicó a la empresa valenciana Serviá Cantó los 3,5 millones para reformar la costa de uno de los pueblos más conocidos de Cataluña.

Ses Ribes es un paseo sinuoso y romántico donde el conductor se arma de paciencia para no arrollar a los peatones y los caminantes procuran arrimarse a la pared. Con la reforma eso cambiará. El proyecto prevé crear una vía de tres metros para coches y otra, de dos metros, con suelo de pizarra y delimitada por bolardos, para los viandantes. El mobiliario urbano consistirá en unos pequeños focos, bancos y papeleras.

En realidad, el trabajo más importante estará soterrado. El pasado diciembre, los bomberos que circulaban en un camión vieron abrirse el suelo bajo sus pies. Literal. La calzada se hundió. En algunas zonas la carretera no es de hormigón, sino de tierra y materiales de mala calidad que el mar se ha ido comiendo con el tiempo. "Si eso algún día cede, tendremos un grave problema. De ahí la urgencia por reformarlo cuanto antes", explica Seriñana. El accidente, sigue el concejal, sirvió también para que los ciudadanos asumieran que las obras son vitales. Se trata de vaciar la calle y volverla a rellenar. También se renovará las redes de saneamiento, luz y telefonía, que pasan escondidas.

A los comerciantes les inquieta la accesibilidad a sus negocios. Algunos tendrán que cerrar. El Ayuntamiento estudia crear unas pequeñas pasarelas en las zonas donde el firme es seguro para pasar a pie, pero la última palabra la tiene la empresa encargada de las obras.

Y por si fuera poco trajín, el macroproyecto coincide con la reforma del núcleo antiguo, que prevé acotar la circulación y dar prioridad al peatón. El Ayuntamiento pretende tener la población presentable ya para abril.