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La luz de Pepe Rubianes electriza Montjuïc

El emotivo homenaje al desaparecido actor abarrota el Palau Sant Jordi

"Era una bombilla que nos daba luz a todos los que estábamos a su alrededor". Con estas emocionadas palabras, la cantante Martirio definió anoche a su amigo Pepe Rubianes, fallecido el pasado uno de marzo a los 61 años a consecuencia de un cáncer de pulmón. Aunque esta vez de manera póstuma, el actor volvió a demostrar ayer su gran poder de convocatoria. El homenaje al cómico electrizó un abarrotado Palau Sant Jordi, en forma de emotiva gala solidaria que sumó una veintena de actuaciones. Joan Manuel Serrat, Tricicle, Faemino y Cansado y Carlos Núñez fueron algunos de los participantes en una velada en la que la pena por la desaparición del popular actor se conjuró con humor, música e ingenio. En un guiño tecnológico a la vigencia del legado del cómico, la voz en off del Rubianes más jocoso se encargó de dar la bienvenida al público congregado en Montjuïc, que le respondió con un prolongado aplauso.

El presidente de la Generalitat, José Montilla, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, el consejero de Cultura, Joan Manuel Tresserras, y el ex presidente Pasqual Maragall, figuraron entre los 15.000 asistentes a la gala, dirigida por Joan Lluís Bozzo y Pep Molina y retransmitida en directo por TV-3. La figura enjuta y el gesto socarrón de Rubianes, proyectados en tres pantallas de vídeo, presidieron esta función irrepetible. El actor estuvo permanentemente presente mediante fotografías, flashes de espectáculos y series, fragmentos de alguna de las muchas entrevistas televisivas en las que vehiculó sus opiniones (era licenciado en filosofía y letras) de pensador comprometido y vehemente. También fue una compañía constante su "verbo contundente", como lo calificó el periodista Xavier Grasset, con el que tan pronto desataba la hilaridad del público como escandalizaba en círculos conservadores (especialmente por las controvertidas declaraciones sobre la unidad de España que le provocaron disgustos y querellas). En otro delicioso juego malabar entre sonido directo y grabado, Manel Fuentes mantuvo un divertido diálogo con su gran amigo, "con quien sigo soñando por las noches".

Las bailarinas de La sonrisa etíope, el espectáculo que Rubianes estaba representando cuando la enfermedad le apartó de los escenarios, el veterano Llàtzer Escarceller, su padre en la serie Makinavaja, Carles Flavià y la cantante Lucrecia protagonizaron los primeros tramos de la gala, aderezada por los continuos aplausos y carcajadas del público. Andreu Buenafuente, que recordó la proverbial locuacidad del cómico _ "Siempre decía: es que cuando no hablo yo, me aburro"_ e invitó al gremio de cómicos "a recoger el testigo de su libertad", Xavier Sardà y Pep Cruz fueron otros de los artistas participantes.

Junto al humor y la emoción, la solidaridad fue la otra gran protagonista. Rubianes fue un estrecho colaborador de la fundación del Pare Manel, dirigida a niños de barrios desfavorecidos de Barcelona. El homenaje se enmarcó en la 13ª gala de la entidad, si bien parte de los beneficios de la venta de entradas (entre 25 y 32 euros) se destinará a la fundación que lleva el nombre del actor, cuyos proyectos reflejan su gran amor por África. En la tierra donde pasó largas temporadas descansan las cenizas de un cómico cuyo nombre, ayer se demostró una vez más, conserva intacta la capacidad para convocar y seducir. Como dijo un muy ovacionado Serrat, "es una satisfacción ver cómo la gente le ha querido y le mantiene vivo".

Carles Flavià y Llàtzer Escarceller en el homenaje a Pepe Rubianes.
Carles Flavià y Llàtzer Escarceller en el homenaje a Pepe Rubianes.MARCEL.LI SÀENZ

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