El PSC se queda solo en defensa de la montaña rusa del Tibidabo
Si se construye la nueva montaña rusa en el parque de atracciones del Tibidabo se hará exclusivamente por decisión del Partit dels Socialistes (PSC). Hasta su socio en el equipo de gobierno, Iniciativa per Catalunya (ICV), se desmarcó ayer al abstenerse en la votación de una declaración de grupo presentada por Convergència i Unió (CiU) que contó con el respaldo de Esquerra Republicana (ERC) y PP. En definitiva, lo que la declaración de grupo pretende es echar el freno en la intención del consistorio de construir una nueva montaña rusa que supondrá la tala de árboles en la montaña.
La cuestión es qué efectos tiene esa declaración de grupo que fue aprobada ayer por la mayoría de las fuerzas políticas. La cosa depende de las interpretaciones. Para el PSC, una declaración de grupo no tiene carácter vinculante políticamente. Es decir, que no obliga a nada. Todo lo contrario consideran los promotores de la declaración: "No se puede tirar adelante un proyecto municipal si existe un pronunciamiento mayoritario en contra", explicaban desde CiU. Este tipo de discusión entre el Gobierno en minoría y la oposición es constante por la falta de acuerdo en la interpretación jurídica de los actos.
Para que la cosa se complique más, la construcción de la nueva montaña rusa está prevista en los planes de futuro de la sociedad municipal que explota el Tibidabo -Patsa-, pero no en el plan urbanístico de la Cima del Tibidabo, que fue aprobado en el mandato anterior con los votos a favor del entonces tripartito. Esto supone, de facto, que escapa al control político.
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