CiU facilita que el Parlament vete la independencia de Cataluña

El independentismo se topó ayer con la realidad en el Parlament. Solo 14 diputados votaron para que prosperara una propuesta de ley de Solidaritat Catalana per la Independència (SI) que establece los pasos para que Cataluña proclame su secesión. Un jarro de agua fría tras la alegría que supuso para los independentistas la consulta soberanista de Barcelona, que cerró el domingo con una participación del 18%. Convergència, que se atrevió el domingo a dar el sí a la independencia en una votación alegal, volvió a su habitual ambigüedad y se abstuvo ayer en el Parlament, con lo que facilitó el veto a la ley. Dejó hacer y prosperaron las enmiendas a la totalidad del PSC, el PP y Ciutadans, con 43 votos. Iniciativa se abstuvo junto a CiU y solo los 14 diputados que suman Esquerra, Solidaritat y Joan Laporta apoyaron la norma.

Los diputados de SI y ERC, los únicos que apoyaron la ley independentista

Solidaritat dice que volverá a plantear la secesión en la Cámara

La independencia parece incomodar a Artur Mas: votó a escondidas en la consulta y ayer se ausentó durante todo el debate, despreciando una discusión simbólica. La oposición en pleno incidió en la pasividad de Mas, "el ausente", según le definió Albert Rivera, de Ciutadans. El presidente habló por la mañana, en la sesión de control. Mas se escudó en su derecho a participar en la consulta soberanista comparándose con el Rey: "Como ciudadano, tengo todo el derecho de ir a votar, como el Rey si un día va a votar en un referendo".

La referencia de Mas a las consultas coincidió con la del presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, que en China ironizó sobre el "éxito" que se habían apuntado los organizadores de la votación popular. "¿Un 18% es un alto porcentaje? Cada uno valora lo que son 18 de 100. Si fueran 40, sería impresionante; si fueran 60, ¿cuál sería el adjetivo? Nosotros no compartimos en absoluto ese modelo ". Pese al varapalo de Zapatero, los organizadores lograron una pequeña victoria: la Junta Electoral Central quitó la razón al Ayuntamiento, que había prohibido a Barcelona Decideix colgar publicidad en las farolas.

Pero la felicidad soberanista del domingo se apagó en el hemiciclo. Jordi Turull intentó justificar la ambigüedad de CiU. Vino a decir que están por la independencia; pero, como diría el expresidente Jordi Pujol, ahora no toca. "Que estemos de acuerdo con el qué no significa que estemos de acuerdo ni en el cómo ni en el cuándo", proclamó Turull. El portavoz se ciñó luego al discurso de manual: proclamó, como Mas, que Cataluña se halla en "la transición hacia el derecho a decidir".

La oposición, que se tomó más en serio el debate, optó por las referencias históricas. Solidaritat citó al fundador de Unió, Manuel Carrasco i Formiguera; el PSC defendió la Constitución con el expresidente republicano Lluís Companys; Ciutadans acudió a otro expresidente, Josep Tarradellas, y el PP habló del escritor Josep Pla. Turull se burló de estos referentes y citó solo a Artur Mas.

El PSC dejó en manos de Montserrat Tura, del sector catalanista, su posicionamiento. Tura hizo un guiño al derecho a decidir -"ningún obstáculo debe impedir que Cataluña llegue al horizonte de libertad y autogobierno que escoja", dijo-, pero se aferró a la Constitución, que, apuntó, "puede y debe" cambiarse. El PP y Ciutadans se centraron en negar la conveniencia de la independencia y denunciar a CiU por permitier el debate soberanista en el Parlament. ICV y ERC votaron diferente, pero tuvieron reclamaciones similares. Los republicanos pidieron un referéndum para proclamar la independencia y los ecosocialistas reclamaron que se contemple la opción federalista.

SI intentó hasta última hora convencer a CiU, sin éxito. Pero el partido, que se presentó a las elecciones con la independencia como única baza electoral, no se rinde. Sus tres diputados volverán a plantear la ley, si pueden, en esta legislatura.

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