"Un problema es una oportunidad de aprendizaje"
Así como los gusanos llaman "crisis" al nacimiento de las mariposas, los seres humanos llaman "problemas" a las oportunidades de aprendizaje. Así piensa Antonio Rubio (Madrid, 1961), responsable de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) de Overlap, consultora especializada en implantar nuevas estrategias de negocio, que facturó 16,6 millones de euros en 2008 y de la que también es socio fundador.
Tras 22 años de experiencia en el campo del "aprendizaje organizacional", Rubio es experto en detectar tendencias emergentes para integrarlas en las empresas a través de la formación. Y eso está haciendo con la resiliencia.
Pregunta. ¿Qué es exactamente la resiliencia?
Respuesta. Es la capacidad de aprovechar circunstancias desfavorables para crecer, evolucionar y madurar emocionalmente como individuos y empresas. Aunque la actitud mayoritaria sea el victimismo, que consiste en reaccionar negativamente cuando la realidad no cumple nuestros deseos y expectativas, podemos asumir una mayor responsabilidad frente a lo que nos sucede.
P. Es una cuestión de elección.
R. Exacto. Entre el estímulo externo y nuestra consiguiente reacción hay un espacio en el que podemos elegir dar la respuesta que más nos favorezca. Ese espacio es totalmente nuestro. Es nuestra libertad última para decidir en cada momento quienes queremos ser. Y esta fortaleza interna se desarrolla por medio del entrenamiento diario. Por más que nos cueste comprender y aceptar, los problemas son siempre oportunidades de aprendizaje.
P. ¿Cuál es el primer paso para desarrollar la resiliencia?
R. Reconocer que somos mucho más de lo que creemos ser. La gente victimista no suele creer en sí misma ni en su posibilidad de cambio y crecimiento personal. Piensa que su experiencia interior depende de sus circunstancias. De ahí que muchos vean la vida como un problema, envenenando su mente y su corazón con miedo, ira y tristeza. Y lo curioso es que no quieren ver que son ellos mismos quienes crean estas emociones tan destructivas.
P. ¿Y cómo se cambia?
R. Reconociendo que no sabemos, pero que estamos abiertos a aprender lo que desconocemos. Esta humildad nos abre la puerta a explorar nuevas teorías y conocimientos, que a su vez nos permiten evolucionar, desechando las viejas creencias limitadoras.
P. ¿Y cómo lo están propiciando en la empresa?
R. Mediante una formación más emocional. Necesitamos profesionales más maduros y sólidos emocionalmente, y esto sólo se consigue con procesos de autoconocimiento y desarrollo personal. Por medio de estos cursos, muchos están dándose cuenta de que la vida es un continuo proceso de aprendizaje. Lo que nos sucede no es bueno ni malo; es simplemente necesario para crecer, cambiar y evolucionar. Lo convertimos en problema cuando nos negamos a aprender. Y debido a esta resistencia antinatural al cambio aparece irremediablemente el sufrimiento, que es el estilo más común de aprendizaje.
P. ¿A qué se refiere?
R. El malestar tiene la función de hacernos sentir que nos estamos equivocando, que nuestra forma de ver, comprender e interactuar con la realidad es errónea. Lo más común es llegar a una saturación de sufrimiento antes de salir de nuestra zona de comodidad para atrevernos a iniciar el cambio.
P. ¿Cómo se extrapola todo esto a la empresa?
R. Si en tu empresa la gente sufre significa que la cultura organizacional ya no funciona, no está en línea con los valores emergentes, con lo que estás poniendo en peligro la sostenibilidad de tus resultados. La postura victimista está basada en la resistencia y el miedo al cambio, que es lo que genera ver esta situación como un problema. El cambio de paradigma, basado en la responsabilidad personal, permite relacionarse con lo que sucede tal y como es: una oportunidad de aprendizaje para mejorar el funcionamiento de la empresa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.