El fisco acusa de fraude a Scorsese y al Pacino

El día de San Valentín un famoso director italoamericano de Nueva York recibe una carta del Gobierno norteamericano en la que se le notifican sus deudas con Hacienda: 2,85 millones de dólares (dos millones de euros) en concepto de intereses y penalizaciones por atrasos. Este denuncia que la deuda es culpa de su exasesor financiero, a quien acusa de ser un ladrón de guante blanco que ha defraudado a diversas estrellas del cine, entre ellas a otro actor de alto perfil que se acaba de encontrar con la sorpresa de que debe 188.000 dólares (130.000 euros) por el mismo motivo.

Podría ser el principio del argumento de uno de los festines de acción, violencia y color que Martin Scorsese regaló a sus seguidores en Uno de los nuestros o Casino. Pero no: es lo que les ha sucedido esta semana al director, de 68 años, y al actor Al Pacino, de 70. Hasta la fecha los dos artistas no han trabajado nunca juntos. Puede que ahora formen una alianza para encontrar la manera de enfrentarse al poder del fisco.

Ambos responsabilizan de sus problemas con Hacienda al que era el asesor financiero de las estrellas, Kenneth Starr, detenido por el FBI en el armario de su lujoso apartamento neoyorquino en 2010.

La fiscalía le acusa de un fraude de inversiones que le permitió apropiarse de 59 millones de dólares, al estilo de Bernard Madoff. El asesor Starr se encargó de las finanzas de Scorsese entre 2006 y 2010. Al entrar en la cárcel se permitió acusar al cineasta de deberle 600.000 dólares por facturas impagadas. En 2003 el fisco ya le reclamó 1,9 millones de dólares. En 2004 le volvió a exigir otros 149.000. Aquellas deudas ya han sido saldadas, según el diario The New York Post.

Curiosamente, Scorsese se dispone a grabar una nueva película, titulada de forma provisional El irlandés, con Robert DeNiro (su actor fetiche, con quien no trabaja desde 1995) y con el propio Pacino.