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Reportaje:Talentos

La rabia de la nueva tinta negra

La desesperanza de una sociedad en profunda crisis tiñe la narrativa de los herederos de la novela criminal

Ana Marcos

"Negra, negra, negra", repetía el escritor astur-mexicano Paco Ignacio Taibo II cada vez que se subían ciertos escritores al atril de la Semana Negra de Gijón. De sus novelas no escurre la sangre, sino la desesperanza, el pesimismo y la rabia asumidas con una inquietante naturalidad. Esos autores, Diego Ameixeiras, Cristina Fallarás y Kike Ferrari, representan, entre otros muchos, a la nueva generación de la novela de género en castellano. Un triunvirato que aúna en su narrativa los elementos de una reválida negra que desde el pasado viernes y hasta el 23 de octubre tendrá una delegación en el festival literario Getafe Negro de Madrid.

Son conscientes de que los maestros del crimen les miran desde los estantes de sus bibliotecas recordándoles la pericia de sus detectives. Pero no se sienten intimidados por la vigilancia de Andreu Martín y Juan Madrid. Ni siquiera cuando se menta a los clásicos estadounidenses y europeos: Raymond Chandler, Michael Connelly, Jim Thompson o David Goodis. "Un escritor responsable debe conocer a la perfección sus limitaciones y aprovechar aquello que realmente sabe hacer bien", dice Ameixeiras (Lausanne, 1976), autor de Dime algo sucio (Pulp Books), su primera novela traducida del gallego al castellano con la que ganó exaequo, con Cristina Fallarás, el Premio Especial del Director de la Semana Negra. Ameixeiras empezó a "inspeccionar allá donde otros tuercen el gesto", como él mismo define el género, en 2004 con Baixo mínimos (Xerais), al tiempo que ejerce como periodista y guionista de cine y televisión.

"Hay que mirarse las tripas", dice Fallarás (Zaragoza, 1968). "Claro que en mí están Montalbán o Hammett, pero si tenemos algo real es porque nos hemos atrevido a enunciar el miedo". La escritora y periodista, autora de Las niñas perdidas, ganador del Premio L'H Confidencial 2011 -otorgado por el Ayuntamiento de L'Hospitalet y Roca Editorial-, invoca el espíritu punk del no future para desvelar otra de las claves de esta nueva generación: "La novela negra antigua se centraba más en la explicación de las clases sociales. Ahora, es la rabia de los que no tenemos nada".

La furia de Fallarás, aunque más relacionada con la crisis económica y sus terribles paradojas, cabalga sobre el mismo lenguaje por tierras latinoamericanas, donde se deambula desde hace tiempo por esa pérdida de la inocencia ante el cambio de paradigma. "No hay un dique en el lenguaje", dice Kike Ferrari (Buenos Aires, 1972). "En una versión de El hombre delgado de Hammett, alguien le dice al detective: 'Eso que usted está diciendo es horrible'. A lo que el inspector responde: 'Si existen palabras horribles, es porque el hecho horrible existe'. Usamos el lenguaje para que corte como cuchillos, como dice Cristina", argumenta el autor argentino.

Que de lejos parecen moscas, el último trabajo de Ferrari, retrata a los hijos de la última dictadura argentina, igual de corruptos y terroríficos que los que gobernaron el país. "Para la novela decidí recuperar la tradición folletinesca del género", cuenta el autor.

Cansado de la lentitud y la escasa rentabilidad de la industria editorial de su país, abrió un blog y comenzó a publicar un capítulo cada semana. Por azar virtual, uno de los textos llegó al también escritor argentino Carlos Salem, el encargado de reunirlo en un libro en su colección Negra, Urbana y Canalla. Ameixeiras también ha fragmentado su nuevo trabajo, Historias de Oregón, este verano en La Voz de Galicia: "El premio exigía que cada uno de los 31 capítulos que se han publicado fueran de 3.500 caracteres". Sus detectives se diluyen en multiplicidad de personajes y ambientes. Las balas las disparan desde el lenguaje. Los capítulos de sus historias son tan breves que impactan con la misma violencia de sus tramas. Huyen del optimismo que sus maestros encontraban al final de sus libros desvelando el misterio. "Al no futuro te tienes que enfrentar con sangre y armas, con bestialidad de verdad", concluye Fallarás.

Cristina Fallarás.
Cristina Fallarás.M. MINOCRI
Kike Ferrari.
Kike Ferrari.M. URZOMARZO
Diego Ameixeiras.
Diego Ameixeiras.A. IGLESIAS

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Sobre la firma

Ana Marcos
Redactora de Cultura. Forma parte del equipo de investigación de abusos en el cine. Ha sido corresponsal en Colombia y ha seguido los pasos de Unidas Podemos en la sección de Nacional, además de participar en la fundación de Verne. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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