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Reportaje:Diseño

La nueva vida de las miniaturas

El poder evocador de las maquetas conquista al arte contemporáneo

Hay obras que condensan toda una vida. Para Cristina Calderón & J. Paulete, esa obra es la maqueta de su vivienda, reconstruida al tamaño de una casa de muñecas y con la remezcla de cinco años de sonidos domésticos como banda sonora. La reproducción respeta detalles mínimos e incluye copias minúsculas de otras obras.

El público de la feria de arte contemporáneo Swab, que se clausura hoy en Barcelona, se entretenía comparando las diminutas copias de la maqueta con las fotografías de los dos artistas, colgadas en el stand de la galería Sicart. "La obra forma parte de una serie sobre las relaciones, los conflictos y las necesidades de niños y adultos. Se titula Somos aquí, porque habla de nuestra presencia, aunque la ausencia de personajes permite que el espectador pueda construir sus propias historias", explica José Luis Paulete, que combina su trayectoria artística con el comisariado de exposiciones, como el programa de artes visuales del festival de Benicàssim. "Hay cosas que prefiero decir a través de las obras de otros", indica.

No es la primera vez que Calderón & Paulete utilizan las maquetas como medio expresivo. En Habitares reprodujeron una casita unifamiliar con una sola ventana, a través de la cual se ve una proyección en el suelo interior y en Dos voces utilizaron los planos dibujados de dos viviendas para incorporar los vídeos de un hombre y una mujer, encerrados en sus propios espacios. Las maquetas, pequeñas esculturas de gran poder narrativo, ideales para plasmar el vínculo entre realidad y fantasía, destacan en diversas de las 32 galerías, de la tercera edición de Swab, la feria dedicada a la creación y el coleccionismo emergentes, organizada por los arquitectos y coleccionistas Joaquín y Marina Díez-Cascón.

Las artistas danesas Sofie Hesselholdt & Vibeke Mejlvang las conciben como pequeños decorados cotidianos, donde sutiles detalles transmiten la inquietante sensación de que han sido escenario de algún hecho trágico o extraño. En la galería Charlotte Fogh se exponen siete (1.600 euros), realizadas con diversos materiales: madera, cerámica, cuero, tela y objetos encontrados. "Nos gusta jugar con la escala de los objetos y utilizarlos para evocar un evento misterioso que cada espectador puede imaginarse", indican las artistas. Sus habitaciones en miniatura siempre están vacías, mientras que en la maqueta tecnológica (14.000 euros, galería Rosa Santos) de la peruana Andrea Canepa, los personajes son proyecciones e interactúan con diminutos muebles y enseres.

Gracias al vídeo, en su casa de muñecas -tres pisos y 13 cuartos, más sótano y buhardilla- las breves escenas domésticas se alternan con situaciones imposibles, como cuando los habitantes de la maqueta intentan contactar con los visitantes, que han sido captados por una cámara e introducidos a su vez en una habitación de la casa. También hay maquetas más abstractas. El estadounidense Brian Dettmer (de 3.500 a 7.000 euros, galería Mito) esculpe los libros antiguos a golpe de cúter, excavando mundos fantásticos en su interior, y la alemana Stephanie Backes (3.000 euros, galería Loop) ensambla tiras de madera, plástico, cristal, alambre, hilo y papel, en delicadas formas imposibles, que pueden ser refugios o cualquier cosa que el espectador imagine.

Obra interactiva del artista Andrea Canepa en la feria de arte contemporáneo Swab.
Obra interactiva del artista Andrea Canepa en la feria de arte contemporáneo Swab.MASSIMILIANO MINOCRI

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