Una mina para el arte
El Ruhrtriennale Festival conecta la vanguardia con el patrimonio industrial del distrito minero alemán del Ruhr
Una enorme U luminosa, instalada en la cima de un gigantesco edificio, domina la ciudad alemana de Dortmund, en el corazón de la región del Ruhr, antaño centro neurálgico de la industria minera y metalúrgica. La U guía al visitante que, acercándose, va divisando las imágenes proyectadas alrededor de la cúpula, que iluminan día y noche buena parte de los alrededores con 1,7 millones de leds. Se trata del Dortmunder U, un flamante espacio para el arte y la creatividad que acoge el Museo Ostwall de arte contemporáneo y el Hartware MedienKunstVerein (HMKV), dedicado a los nuevos medios. Las imágenes proyectadas hacia el exterior forman parte del U-Tower Picture Clock, un proyecto audiovisual de Adolf Winkelmann que continúa en las paredes y los techos interiores del asombroso edificio.
Una vez dentro, sorprende la cantidad de jóvenes vestidos como sus personajes de manga preferidos, llegados de todo el distrito para inaugurar el Japan Media Arts Festival, que reúne lo mejor de la cultura underground y el pop comercial de la nueva ola nipona. El festival se completa con Proto Anime Cut. Spaces and visions in japanese animation, la primera muestra fuera de Japón que explica la evolución de este género desde su aparición a principios de los noventa hasta ahora, con guiones y dibujos originales de los principales directores. La muestra, que incluye películas de culto como Ghost in the shell o Neon Genesis Evangelion, se verá en Barcelona en febrero y en Madrid en verano.
El Dortmunder U, que fue una antigua fábrica de cerveza, es la punta del iceberg de la reconversión de una de las regiones más densamente pobladas de Alemania, que tras el cierre de las explotaciones mineras decidió apostar por las industrias tecnológicas y culturales. De ahí el amplio plan de reformas que en un par de años ha transformado los antiguos complejos. Gasómetros, hornos para acero, minas y salas de turbinas son ahora museos, centros de arte, teatros, salas de conciertos y filmotecas. Una red extraordinaria que se extiende por numerosas localidades, unidas por un excelente sistema de transporte público y una vez al año por el Ruhrtriennale Festival, que clausura hoy su tercera edición.
Se pudo oír a Wagner dirigido por Willy Decker en el Jahrhunderthalle, una planta que proveía de gas las industrias de la ciudad de Bochum, ahora convertida en teatro. También ver una impresionante puesta en escena de Macbeth, firmada por Luk Perceval, en el Maschinenhalle Zweckel de Gladbeck, sede de una empresa creada en 1903 que daba electricidad y aire fresco a las minas.
Para aprovechar la belleza de un área donde la explotación del carbón fue tan brutal que llegó a provocar la bajada de todo el territoriose ha creado un paseo de esculturas públicas monumentales, que se puede realizar caminando o en bicicleta. El proyecto denominado EmscherKunst se desarrolla en una isla del río Emscher e incluye obras de artistas de la talla de Richard Serra y Rita McBride con una torre y un obelisco que se enfrentan desde la lejanía. Olaf Nicolai y Douglas Gordon han reproducido una enorme roca de un parque nacional de California en Gelsenkirchen. La pieza se llama Monument for a forgotten future, pero la gente se refiere a ella como "la montaña que canta", ya que desde su interior surge la música del grupo escocés Mogwai. A finales de agosto se inauguró la que por el momento es la última de las 11 obras de este recorrido: un puente tipo montaña rusa de Tobias Rehberger, suspendido sobre el río a la altura del pueblo de Oberhausen, que vuelve locos a los niños y encanta a sus padres.
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