Imaginar el fútbol
Ante el rectángulo verde de su televisor, Juan Cueto, que reinventó en Canal + el fútbol por televisión, decía hace poco que ese rectángulo se había inventado para retrasmitir partidos. Tiene razón. Si la televisión se hizo para que el fútbol se viera en todos sus detalles, fue la radio la que ayudó, desde hace muchas décadas, a que todos imagináramos el fútbol, a que interpretáramos, con nuestra desesperación y nuestros sueños, qué es lo que pasaba en ese lugar misterioso que era la cancha.
Ahora la Liga Profesional, que está empeñada en interrumpir el fútbol como sueño y convertirlo en una más de las múltiples mercaderías en que se ha convertido el ocio, intenta que el fútbol de la radio sea uno más de esos comercios que caen sobre el deporte rey como una plaga. En los últimos tiempos, se sabe más de los dramas concursales, de los impagados y de las riñas de los directivos que del fútbol mismo. El daño está hecho; el público que se empieza a hacer, desde la adolescencia o la niñez, una idea del fútbol, está creyendo que ese deporte ya no es una pelota que propicia un juego, sino un euro que multiplica su valor fuera de la cancha, en despachos con olor a puro.
En esas estamos. La radio es el elemento informativo de uso público más democrático y más global; a la radio le debe la sociedad muchos avances sociales y un sentimiento de solidaridad (local y global) que ha beneficiado a lo largo de mucho tiempo a las gentes más diversas, en casos de alegría o en casos de desastre. El fútbol en la radio, para los que nos criamos con ese medio, y con la locura feliz que propiciaba ese deporte, es como un intangible de nuestra memoria y de nuestros sentimientos. Que ahora quieran ponerle puertas a los locutores retrotrae nuestro recuerdo a nombres idílicos, desde Matías Prats y Enrique Mariñas a Vicente Marco y a Juan de Toro, cuando el fútbol era un sueño al que ellos le daban contextura y pasión. Esta inquietud de la Liga por el dinero sería un bumerán si un día los herederos de esa gente le pasaran cuenta por todo lo que ellos hicieron por el fútbol, mucho más, sin duda, que los directivos que quieren pasar el cepillo para hacer imposible imaginar el fútbol.
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