Brotes
Hay esperanza. Las cosas no están tan mal como parece. Yo tampoco suelo creer lo que dice el presidente del Gobierno, pero ahora, lo reconozco, los hechos se ponen de su parte: asoman brotes verdes en la economía. Perdonen un inciso: ¿se han dado cuenta de que rejuvenecer la clase política también tiene sus riesgos? Tradicionalmente, los políticos tenían hermanos latosos, por unidades (como Jimmy Carter) o a granel (como Alfonso Guerra). A veces surgía algún problema con los hijos, o con la esposa o esposo, o con un ex o una ex. Hay políticos que tienen una esposa lamentable, y políticas que tienen un esposo lamentable: la pareja Kirchner constituye un ejemplo de ambos casos. Ahora, sin embargo, empiezan a surgir problemas con los padres. No estoy a favor de la gerontocracia, ni mucho menos. Tampoco me parece razonable crear un gulag para padres comprometedores. Pero me desazona que a la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, se le subleven políticamente papá y mamá: si te falla tu madre, ¿en quién puedes confiar?
A lo que íbamos: empecemos a echar otra vez cálculos hipotecarios, porque esto del paro y el reventón inmobiliario debe estar a punto de acabarse. Como suele ocurrir en España cuando todo parece perdido, ha surgido un puñado de valientes dispuestos a cambiar las cosas.
La esperanza surge de Benidorm. Como surgió ya en 1991, cuando Eduardo Zaplana, un hombre que se metió en política para hacerse rico (la afirmación se recoge en documentos judiciales), echó mano de una tránsfuga socialista y se hizo con la alcaldía de Benidorm. Desde entonces, con pequeños altibajos, en España no faltaron ni el cemento ni el dinero. La historia se repite. Protagonizada esta vez por el matrimonio Pajín-Iraola (progenitores de Leire Pajín) y unos cuantos patriotas más. Ellos tienen fe. Aunque sólo dispondrán de un par de años en la alcaldía, se muestran convencidos de que pueden alcanzar tanto éxito como alcanzó en su día Zaplana. El pelotazo inmobiliario no sólo es aún posible: es inminente. Y si ellos tienen tanta fe como para montar este cidral, ¿seremos escépticos nosotros? En el cemento hay brotes verdes, seguro.
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