Luis Ignacio Sánchez, jurista y catedrático de la Complutense

Hace apenas 24 horas falleció en la UCI del hospital 12 de Octubre de Madrid Luis Ignacio Sánchez, catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad Complutense. Sus amigos -tenía muchos dentro y fuera de la Universidad- le conocíamos desde siempre como Miche.

Fue el primer discípulo asturiano de Julio González Campos, que creó lo que en su disciplina se conoce como una "escuela de Oviedo" renovada. Allí empezó la carrera universitaria de Luis Ignacio, a la que dedicó no solo su esfuerzo profesional sino su vida misma. No se entendía su personalidad sino ligada a generaciones de estudiantes, tesis doctorales, discípulos que recibieron, junto a su magisterio, una forma cabal de ver la vida. Hacía suyo el dicho de Adolfo Buylla, de la primera "escuela de Oviedo", que veía la Universidad como "un aula, un laboratorio, un ateneo, un club, una fuerza moral, hogar para profesores y estudiantes".

Catedrático de la Universidad de Oviedo desde 1979 y luego de las Universidades del País Vasco y Alcalá de Henares, en 1987 se trasladó a la Complutense de Madrid. En todas ellas ocupó cargos académicos de relevancia que no le apartaron de su dedicación preferente a la investigación y a la docencia.

Escribió muchas obras y fueron muy diversos sus intereses. Era fino jurista y un intelectual atento a los problemas de su tiempo. Se inició en el Derecho del Mar, pero pronto se dedicó a otras materias, fundamentalmente al estudio de los conflictos territoriales entre Estados. De la mano de sus especialidades, fue abogado-consejero ante el Tribunal Internacional de La Haya y explicó sus doctrinas en la Academia de Derecho Internacional de esa misma ciudad, en el Institut des Hautes Etudes Internationales de París, en la Universidad de Naciones Unidas para la Paz y en otras universidades españolas y extranjeras. Fue nombrado por las Cortes miembro del Consejo de Universidades para el quinquenio 1994-1999.

Estratega global

Desde estas plataformas estuvo siempre atento a los factores globales que coexisten en un mundo cada vez más pequeño. Creía en el proverbio chino "ojalá te toque vivir momentos interesantes" y se aplicó sin descanso a los problemas estratégicos que afectan a las relaciones internacionales. Pertenecía al Consejo Académico del Real Instituto Elcano.

Con todo, junto a su condición universitaria lo que más definió su rica personalidad fue su talante vital. Siempre y frente a cualquier circunstancia, también en la enfermedad que no consiguió mantenerle apagado durante los últimos años, nos transmitió, a su familia y amigos, una inmensa alegría de vivir. Compartió generosamente con todos el aliento vital que le acompañó hasta casi el final y que nos permite tenerle tan presente en el recuerdo. Nos dejó en plena madurez y se fue cargado de experiencias que le enriquecieron para tan largo viaje.

Gustavo Suárez Pertierra fue ministro de Defensa y preside el Real Instituto Elcano.