Descenso al archivo de las letras
La Biblioteca Pública de Valencia culmina su 30º aniversario con una exposición de los primeros libros que llegaron al centro
"No se parece en nada a lo que era, solo en que lo que alberga son libros". Han pasado ya 30 años desde que se abrieron las puertas de la Biblioteca Pública de Valencia, y 30 años son muchos. Ayer, y como colofón de este aniversario lleno de actividades, la entidad cultural presentó la obra Un día en la Biblioteca y la exposición Libros que abrieron la biblioteca: una historia, una selección de los primeros ejemplares que llegaron a la actual biblioteca en 1979, ubicada en la plaza de Maguncia de la ciudad.
Profundizar en la historia de la pública a través de las obras que la inauguraron muestra cómo han cambiado la biblioteca, sus usuarios, y sus libros. Pero ¿Qué se leía en Valencia durante los años de la Transición? Ensalada loca: algunas cosas sobre las mujeres, de Nora Ephron, las aventuras de Tintín, el personaje estrella de Hergé o Inventario de otoño, de Manuel Vicent, son solo tres de los 250 ejemplares que se han recuperado de los archivos.
En noviembre se asociaron 6.000 personas a causa de la crisis
"Funcionamos bien, pero hace falta inversión", afirma el director
Ya no hay ficheros con los datos de las obras, sino ordenadores. La segunda planta ya no es la de consulta científica, sino la de los universitarios equipados con sus portátiles y sus propios tomos. Y los libros ya no son solo en español, puesto que cada día la biblioteca tiene a más extranjeros entre sus usuarios. Una nueva generación ha llegado al centro público de lectura de la ciudad, y aunque sigue siendo un expendedor de cultura, parece que ha cambiado mucho.
"La biblioteca es un reflejo de la sociedad", explica el director del centro, Rafael Coloma. "Se consulta mucho menos, hay más inmigrantes en las salas y se nota la crisis, ya que se compran menos libros pero nosotros tenemos más socios", añade. Según los últimos datos, solo en el mes de noviembre se asociaron 6.000 personas, una cifra inusual en los tiempos que corren.
Además de los libros, la biblioteca ha querido en esta última exposición darle relevancia a las editoriales que han alimentado al centro durante estos 30 años. La selección, en la que se ha trabajado a conciencia durante un año, recoge firmas como Planeta, Seix Barral o Luis de Caralt. Entre las características de la edición española, la organización destacó el impacto que supuso la aparición del libro de bolsillo de Alianza Editorial o el aumento de publicaciones infantiles gracias a editoriales como Lumen o Alfaguara.
A pesar de que la de Valencia se encuentra, según su director, entre las seis mejores bibliotecas públicas de España, la presentación de la exposición también sirvió para reivindicarle mejoras a la Generalitat. "Aun con los defectos que tiene, funcionamos bien, pero hace falta una mayor inversión", manifestó Coloma. Según los responsables del centro, la Biblioteca necesita ya una ampliación.
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