Calma chicha en la dársena
El puerto deportivo de Valencia languidece a la espera de un plan de revitalización
Lluvia de confeti y miles de personas entusiasmadas con el espectáculo. Hace un año la dársena del puerto de Valencia vivía el apogeo de la Copa del América con la victoria del equipo suizo del Alinghi y la confirmación de que la experiencia se repetiría en 2009. Pero el contrato para mantener la regata es ahora papel mojado. La Copa se ha marchado por la puerta de atrás y navega en las aguas turbias de una pelea judicial por el evento en la que están enredados los multimillonarios Ernesto Bertarelli, dueño del Alinghi, y Larry Ellison, propietario del Oracle. Las administraciones públicas y la ciudad, convidados de piedra, han tenido que aceptar la rescisión del acuerdo. Sin confeti ni champaña, sólo palabras de confianza de que al final vuelva la Copa.
"La actividad tras la Copa del América ha pasado de 100 a 1, y es una pena"
Mientras, en la dársena del puerto, hay calma chicha. Aprieta el calor, y sólo un puñado de turistas, jubilados y ciclistas se pasea por un lugar donde hace un año miles de personas llenaban restaurantes y bares, asistían a conciertos y tomaban el sol. La dársena, en la que el Gobierno invirtió casi 500 millones de euros, languidece a la espera de que se celebre en agosto el gran premio de Fórmula 1, al que se aferran el Consell y el Ayuntamiento tras fallarles la Copa. Aguarda a que las tres instituciones, que integran el consorcio público del evento, le devuelvan la vida.
"Con el dinero que se ha invertido, esto hay que aprovecharlo", asegura Fiorella Sotomayor, que ofrece paseos en un catamarán junto al edificio Veles i Vents. A falta de un punto de información pública, Fiorella se ha convertido en guía forzosa de los que se acercan. Frente a su local, rodean el pantalán vacío de yates de lujo las bases de los equipos, la mayoría cerradas. Sin regatas a la vista, algunos hacen negocio y las alquilan. Para alivio de José Miguel Piquer, del catering Seina & Cocotte: "Al menos hay vidilla en algunas bases, pero la actividad ha pasado de 100 a 1, y es una pena". Hace un año "nadie se movió porque seguía la Copa, pero la espera se ha alargado mucho".
La empresa de Bertarelli America's Cup Management (ACM) acaba de entregar las llaves de la dársena al consorcio. Del traspaso se habló en enero, en plena obra de la Fórmula 1, que ha puesto patas arriba la zona. La alcaldesa, Rita Barberá, prometió despertar a la dársena del letargo en Fallas, pero no ha reaccionado hasta ahora. Sólo hay actividades para niños el fin de semana. "Estamos planificando los siguientes pasos", afirman en el consorcio. Poco o nada se hará este verano, con la dársena hipotecada 11 días por la Fórmula 1. Además, los equipos pueden seguir en sus bases hasta final de octubre, cuando podrán negociar su permanencia con el consorcio. Los protagonistas del enredo de la Copa no se mueven, de momento. "Alinghi quiere quedarse tanto si la 33 y la 34 edición de la Copa son en Valencia, como si no", dicen en ACM, que destaca la "frustración" por el litigio con Oracle, al que culpa de dinamitar una competición que ya contaba "con una decena de equipos, una ciudad y una organización preparadas".
El portavoz del Oracle, Tom Ehman, devuelve la pelota: "Parece que Alinghi no quiere mantener la 34ª Copa del América en Valencia". Los dos equipos se enfrentarán en 2009 en un mano a mano en la 33 edición, donde elija Alinghi. Ambos prometieron que la siguiente Copa convencional, tal vez en 2011, sería en Valencia. Una promesa que sólo ha confirmado el Oracle.
¿Y hasta entonces qué? Con el proyecto de revitalización por definir, "lo más inmediato" para el consorcio es formalizar las concesiones de locales de ocio que pagaban un canon a ACM. Más adelante, prevé un concurso público. Junto al agua y el Veles i Vents, resiste la terraza de Estrella Damm, donde "durante la Copa todos los días eran sábado", según un asiduo. En uno de los restaurantes del edificio central achacan la falta de público "a las obras de la Fórmula 1", que han disuadido a muchos de acercarse. Tanto que hay negocios que han cerrado. Otros, como el restaurante Arribar, están ansiosos por despejar incógnitas. "Lo hemos pasado mal, pero ahora me importa mirar al futuro", explica la gerente, Ana María Bosch. Los locales posiblemente tengan que echar el cierre durante la Fórmula 1, con sus propios planes de explotación, aunque la decisión final está aún abierta. Durante las pruebas de Fórmula 3, a final de mes, está previsto que puedan funcionar. La "incertidumbre", como dice Bosch, es lo peor, aunque confía en que empiecen a despejarse los nubarrones. También José Andrés Hoyo, gerente de la terraza Defender, espera que el verano les permita retomar el pulso tras un invierno "bastante flojo". "Hay que volver a aprovechar toda esta inversión, darle vida", añade. Vida y mantenimiento, porque la limpieza, por ejemplo, deja que desear. Algunos locales se han encargado incluso de adecentar los baños públicos.
El consorcio está pendiente de reunirse, pero algunas ideas ya están sobre la mesa. La vicepresidenta Fernández de la Vega esbozó en la campaña electoral el plan La mar de tots, que convertiría el Veles i Vents en sede de encuentros de arquitectura y recuperaría la dársena para la música urbana y el ocio infantil. "La dársena podría ser un espacio intergeneracional para el ocio, la cultura, y las empresas de nuevas tecnologías y la innovación", añade la portavoz socialista en Valencia, Carmen Alborch. "Hay que recuperar el espacio ciudadano que habíamos ganado", opina María José Broseta, presidenta de la federación vecinal de Valencia.
Para Vicente Pizcueta, portavoz de los hosteleros, hay que "madurar un modelo" que dé a la dársena un contenido integral de actividad para "todas las edades y franjas horarias". Para que vuelva a estar "a tope", dicen Vicente Madrid y Arturo Lázaro, dos jubilados que recuerdan el verano pasado: "¡Cómo estaba esto entonces!".
Con las maletas preparadas
Cuando la Copa acabó en julio de 2007, el puerto del acontecimiento perdió de todo. Perdió glamour, perdió ruido, perdió visitas... Perdió vida. Muchas de las bases de los equipos participantes en la 32ª edición bajaron persianas. Sobrevivieron, abierta ya la batalla judicial, el Alinghi, el Oracle y el Desafío Español, los tres implicados. Ahora, roto el contrato con la ciudad sede, los sindicatos que no se marcharon en su día, quieren quedarse, pero preparan las maletas por si pronto han de salir corriendo.
El Alinghi y el Oracle seguirán haciendo uso de su base, al menos, hasta final de año. Quizá, incluso traten de prolongarlo negociando con el consorcio. "Hemos planeado siempre quedarnos aquí y eso no va a cambiar", dijo Ehman, portavoz del Oracle.
"La base del Desafío está en Valencia y seguiremos hasta que se celebre la próxima Copa del América", aseguran fuentes del sindicato español. La ruptura del acuerdo de la sede "no modifica en nada" su programa deportivo, si bien, "cuanto antes" se sepan las fechas y sede de la próxima edición de la Copa, antes podrán planificarse. Al otro equipo español inscrito para una siguiente edición, el Ayre, no sorprendió el anuncio de ACM. Es el resultado de cambiar una Copa convencional por un cara a cara entre los dos contendientes judiciales, explica Pedro Perelló, fundador. "Estamos en estado de muerte circunstancial y hasta el año próximo no sabremos qué va a ser de la 34ª Copa", abierta al resto de sindicatos. El Ayre, que señala con dedo acusador al Club Náutico Español de Vela (origen del embrollo judicial), ve cómo esta incertidumbre pone en peligro su participación. No tiene base. Intentó quedarse la del Luna Rossa, y más tarde ACM le ofreció la del China Team. Pero ahora no es momento de tomar decisiones. "Cuando pase la Fórmula 1, haremos planes".
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