Los Pleneros de la Cresta: “El Puerto Rico que nos merecemos trasciende más allá de las canciones”

Ahora tienen casi 12 millones de oyentes mensuales en Spotify, pero a finales del año pasado, Los Pleneros de la Cresta era un combo tradicional conocido en Puerto Rico, donde nacieron, y poco más lejos. Con tres discos en la calle, un mensaje de libertad y el arte como arma. Son Joseph, Joshuan, Jeyluix y José Román, cuatro músicos empíricos, treintañeros, que crecieron juntos en Frontón, un barrio pequeño del municipio Ciales donde viven unas 2.000 personas. En noviembre pasado se cruzaron con Bad Bunny en el Festival de la Esperanza, un evento político para respaldar la candidatura del candidato independentista a la gobernación de la isla, Juan Dalmau. En los camerinos, el reguetonero más sonado del mundo felicitó a Los Pleneros “por esa música tan cabrona”. “Estamos listos para hacer una plena cuando tú quieras”, respondieron ellos.

Unos días después estaban grabando CAFé CON RON, la pista número 12 de DeBÍ TiRAR MáS FOToS, el nuevo disco de Bad Bunny. La canción alcanzó el puesto 83 del Billboard Hot 100 y rápidamente se fue viral en TikTok. Y se les dispararon los oyentes. Antes de eso, su Spotify apenas pasaba de los 30.000. Se llaman Pleneros porque tocan plena, un género autóctono de Puerto Rico que desde el lanzamiento del álbum ha captado la atención internacional. Lo de la cresta es una referencia al gallo y la jerezana que representan la Universidad de Puerto Rico, donde fundaron el grupo.

Pregunta. Los Pleneros surgieron en 2013, cuando el reguetón y el trap ya estaban en el tope de la popularidad en la isla y en el mundo. ¿Por qué eligieron defender la plena en un contexto como ese?

Respuesta. Decidimos hacerlo porque es parte de nuestra identidad y a través de eso podemos crear sentido de pertenencia. Donde nosotros estemos, vamos a defender lo que nos identifica. Nos inculcaron eso. Obviamente, tenemos mucha influencia de la salsa, el merengue o el reguetón. Y al principio hubo comentarios de, “mira, eso es música de viejos”, “dejen eso”. Pero siempre estuvimos cónsonos en lo que queríamos hacer y nos disfrutamos el proceso. La música para nosotros es la bandera. Tenemos una responsabilidad generacional de hacer esto. Sí, nos da la gana de hacerlo; sí, nos encanta hacerlo. Pero es una obligación.

P. ¿Una obligación en qué sentido?

R. Entre nuestros géneros folclóricos, la plena es uno de ellos, como está la décima, la danza, la mazurca, la bomba. Nosotros hemos estado involucrados en toda esta gama de géneros musicales. La plena nos cautivó, pero no queremos poner uno más arriba que otro. Simplemente, fue que la vida o Dios quiso que fuese este género. Nosotros podemos tocar cuatro, guitarra, bongó… Si lo estamos haciendo a través de la plena es porque hay un propósito de visibilizarla. Nos bendijeron con eso y estamos aprovechándolo al máximo, siendo responsables y manteniendo la esencia.

P. Su música habla de resistencia y de la necesidad de mejorar la realidad social de Puerto Rico. ¿Qué tipo de cambios promueven para la isla, que es también un territorio estadounidense?

R. Nosotros vivimos en una colonia. Pero más allá de eso, estamos abrumados por una corrupción rampante que no nos deja dar un paso adelante ni en las artes, ni en la educación, ni en la salud, ni la infraestructura, ni en la vivienda, ni en la alimentación… Identificando todos estos problemas, lo que buscamos es plantar una semilla en la mente de cada puertorriqueño: dejarles saber que no estamos solos, que nos debemos seguir uniendo para hacer un país mejor, menos afectado por la corrupción, donde tengamos mucha más libertad, un Puerto Rico más justo para los trabajadores. Necesitamos empoderarnos y poder, como comunidad, definir cómo queremos resolver nuestros asuntos. Tener autonomía es lo primordial, que podamos decidir con quién negociar y con quién podemos hacer nuestras cosas. Lo que quieren hacer con nuestro país es venderlo, sacarnos, dejar Puerto Rico sin puertorriqueños, y lo que nosotros estamos diciendo es: vamos a seguir luchando, vamos a seguir creando equidad, vamos a seguir creando soluciones. Como colectivo podemos aportar y hacerles la vida más fácil a las personas.

P. ¿Se consideran también activistas?

R. Hace pocos días pudimos establecer una alianza con Ciales para administrar un espacio que estuvo en desuso por muchos años. Ahí vamos a estar desarrollando el Centro Cultural Yerba Bruja, con nuestra organización sin fines de lucro Acción Valerosa Inc. Este proyecto tiene tres pilares: el educativo, el cultural y el agroecológico. En el caso de este último, estamos atendiendo la sustentabilidad alimentaria, que cada familia no tenga que esperar a que llegue un barco con comida importada, sino que tenga la oportunidad de resolver ese tipo de situaciones. Obviamente, estamos trabajando en una escala pequeña, pero con una perspectiva amplia. Buscando replicarlo poco a poco. Ya hay muchas organizaciones que también lo están haciendo. Buscamos impactar a la comunidad a través de nuestra música, pero el Puerto Rico que nos merecemos trasciende más allá de las canciones. Es la canción, pero también la acción.

P. Musicalmente hablando, ¿qué aspiran que suceda con la plena? ¿Les gustaría llevarla al mainstream?

R. Definitivamente. En el negocio del entretenimiento, estamos conscientes de que podemos competir con cualquier otro género del mundo entero. No se nos había dado la oportunidad de estar en ese nivel, pero ahora por lo que está pasando (después de CAFé CON RON) cualquier promotor, productor o cantante puede ya ir creando en su mente la perspectiva de que se puede cantar plena, se puede cantar bomba, y hay que hacerlo.

Varios artistas comienzan haciendo música comercial para levantar su audiencia, y después aportan una opinión crítica. Nosotros empezamos al revés, y eso es lo que nos llevó a que fuésemos visibles con Bad Bunny: mantener nuestros valores, la filosofía y la visión de nuestro proyecto. Eso fue lo que llevó a que nos identificaran como puente de difusión. Pero no fuimos solo nosotros. Esto empezó desde nuestros ancestros y nuestros maestros. Por eso siempre nuestra invitación es decirles a nuestros colegas que disfruten este logro como suyo, porque cada aportación desde su escuela, desde sus comunidades, fue lo que nos llevó a mantener las raíces, y a de momento estar en los charts mundiales con la plena puertorriqueña.

P. ¿Tenían algún objetivo con esta colaboración con Bad Bunny? ¿Por qué no aprovecharla para promover una letra de corte más político como otras de su discografía, o del mismo DeBÍ TiRAR MáS FOToS?

R. Cuando trabajamos un álbum, estamos bien pendientes de que esté bien balanceado, de que tenga diferentes emociones. Bad Bunny, cuando nos planteó la idea, dijo que necesitaba un respiro en su disco, algo como de “vamos a motivarnos”. Las temáticas que nosotros planteamos ya él tenía canciones que las planteaban. Entonces le brindamos ese respiro. Hicimos esa canción y la utilizamos como trampolín. Hay una diferencia entre ella y lo que nosotros hacemos, pero ahí está la gran oportunidad. Es el himno para hacer este efecto de Caballo de Troya, porque cuando la gente llegue a nuestra música, se va a dar cuenta de que sí hay un mensaje.

P. ¿Cómo ha sido la acogida del tema?

R. En nuestras plataformas se ha notado el crecimiento. Hay un antes y un después. Por eso hay que ser consciente y agradecido. Recibimos todo esto con humildad y recalcando que es gracias a lo que está haciendo Bad Bunny. La música que él utiliza te hace redescubrirte, lo mismo si estás en la diáspora que aquí dentro de la isla. Hay un resurgimiento de los valores y de la identidad puertorriqueña.

P. ¿Creen que este tipo de colaboraciones pueden ser el camino para visibilizar las tradiciones y la realidad de la isla?

R. Aquí nosotros no somos los únicos que tocamos este tipo de música. Y lo que añoramos es que muchos más artistas canten bomba y plena, que ayuden a sustentabilizar estos conceptos. La mayoría de quienes trabajamos en la industria creativa en Puerto Rico tenemos que tener un trabajo full-time para poder mantenernos. Y además ensayar, tocar. No ha habido una forma de que podamos decir “mi profesión es esta y voy a ganarme mis chavitos haciendo lo que me apasiona”. Ahora tenemos la dicha y la oportunidad de decirle al mundo entero que esto es petróleo crudo, que se puede exportar y podemos ser un país lleno de artistas que pueden tener visibilidad y vivir de lo que hacen. Entonces nuestro sueño es que este éxito se refleje en todos los colegas músicos que han dado su vida por esto, de los que lo están haciendo ahora y de los que eventualmente lo van a hacer.