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La inflación afloja ligeramente la presión: bajan el café y la leche, suben el pan y el azúcar

Aunque los alimentos para el hogar llevan meses sin subir de coste o con leves alzas, sigue siendo caro ir al supermercado porque los precios han quedado muy altos por la intensa inflación de los últimos años

inflación en Estados Unidos
Una mujer elige frutas en un supermercado en Nueva York, en enero de 2024.Peter K. Afriyie (AP)

Si prepara huevos con salchichas, café con leche, una tostada y jugo de naranja para su desayuno, quizá haya notado que esa primera comida del día fue algo más barata el pasado mes de mayo. Cuando todo resulta caro es difícil notar esas variaciones que poco a poco frenan el crecimiento general de los precios, la inflación, pero están ahí, según las cifras que el miércoles ha hecho públicas la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS). Según esta agencia, el conjunto de los precios que pagamos los consumidores no subieron en mayo. Eso sí, en los últimos 12 meses el alza ha sido del 3.3%.

En la relación que mes a mes se hace para medir los precios se ha visto que el mes pasado cayeron los precios del café torrefacto (-0.9%), de la leche fresca (-0.3%) y de las salchichas (-0.4%). El pan blanco de la tostada subió apenas un 0.1% pero está más barato que hace un año. El azúcar subió el mismo porcentaje, mientras que la mantequilla bajó un 0.5%. ¿Los huevos? Valen un 0.4% menos, aunque están más caros que hace un año. El jugo subió un 0.8% tras caer más de un punto porcentual en abril.

Aunque el conjunto de los alimentos para el hogar lleva meses sin subir o con leves alzas, sigue siendo caro ir al supermercado porque los precios han quedado muy altos por la intensa inflación de los últimos años. En los últimos 12 meses la cuenta de la compra ha sido un 1% más cara, pero el mes pasado el mayor precio de las chuletas de cerdo, el pescado congelado y el pollo se compensaron con las bajadas de los vegetales y los filetes de carne roja, entre otros productos.

Lo que sí costó más caro que el año pasado fue celebrar el Día de la Madre o la graduación de los hijos en un restaurante. Un 5.7% más. En mayo, el costo de comer fuera de casa subió un 0.4%.

Por otro lado, una categoría de gasto que sí ha notado un significativo alivio ha sido la energía. La gasolina costó un 3.6% menos y va rebajando la presión del 2.2% del alza anual del costo de llenar el tanque del carro. El fuel oil, aún un 3.6% más caro que hace un año, también está a la baja y la factura de la electricidad, que todavía cuesta mirar por lo mucho que ha subido en 12 meses (5.9%), no se encareció el mes pasado.

Pero tanto la energía como los alimentos tienen precios muy volátiles, con muchas variaciones. Por eso, a los economistas y la Reserva Federal les interesa ver los precios del resto: la inflación subyacente que subió un 0.2% en mayo (la lectura más baja en lo que va de 2024) y un 3.4% desde este mes de 2023.

Y ahí sí que se ve cómo la presión al alza en los precios está muy activa en categorías de gasto como el cuidado de la salud, que subió un 0.3%. También subieron los precios de las medicinas, ligeramente los de los carros y camionetas usados (que son, no obstante, un 9.3% más baratos que hace un año) y la educación, que mantiene un 0.3% de subida, que se convierte en 0.6% cuando se trata de los más pequeños (daycare y preescolar). Llevar a un niño de tres años al jardín de infancia es un 4.9% más caro.

¿Una buena noticia? El seguro de autos cayó apenas un 0.1%. Si comienza la cuesta abajo podrá rebajar uno de los gastos que más ha crecido en el año, un 20.3% y que ha encarecido notablemente el costo de manejar un auto.

Lo que más sube y lo que más pesa en el índice de precios es sin duda la vivienda. Es tan importante que supone dos tercios del cálculo de la inflación total y en mayo siguió subiendo a un ritmo del 0.4%. Se necesita que este indicador baje para que el cálculo de la inflación llegue donde la Reserva Federal quiere para relajar las tasas de interés. No obstante, los precios de los alquileres no ceden y siguen estando un 5.4% por encima de los del año pasado.

¿Qué es lo que más ha bajado en mayo?

Los boletos de las aerolíneas, los carros nuevos que ya valen un 1.4% menos desde mayo del año pasado, el mundo del entretenimiento, la ropa (particularmente la ropa interior tanto de hombres como de mujeres— sí, el BLS tiene este detalle—) y el calzado siempre que no sea el de mujer, además de los periódicos, revistas y libros, que no solo cayeron de precio en mayo, sino que lo han hecho a lo largo del año. Un gran momento para la lectura.

¿A quién le sabe a poco el avance en la lucha contra la inflación?

Los hogares de menos ingresos son los que más notan la inflación. Apenas les alivia que se rebaje el precio de los autos nuevos, los boletos de avión, o los de los computadores y las televisiones. Según un estudio de la Reserva Federal de Dallas del año pasado, estos hogares gastan un porcentaje mayor de sus ingresos en lo que necesitan: comida, gasolina, alquiler y salud, lo que deja muy pocas opciones para reducir el gasto.

“Cuando los precios suben, los hogares de clase media pueden reaccionar consumiendo productos más baratos o comprando marcas genéricas. Los de bajos ingresos no tienen esa flexibilidad porque en muchos casos ya consumen lo más barato en el mercado”, se explica en el informe.

Además, no tienen la posibilidad de comprar en grandes cantidades a precios descontados o retrasar compras, además de tener menos liquidez para frenar el impacto de un periodo de alta inflación.

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