Trump y los republicanos usan los incendios de Los Ángeles para atacar a los demócratas

Los incendios de Los Ángeles han provocado también una crisis política. Los bomberos están a punto de cumplir una semana luchando contra los focos del fuego activos al oeste y el este de la ciudad, que ya han dejado 24 muertos y al menos 23 desaparecidos. Las autoridades locales han dejado entrever que para salir de la emergencia necesitarán de la ayuda de Donald Trump, el presidente electo y enemigo declarado de California, el gran bastión progresista de Estados Unidos. El presidente electo llegará a la Casa Blanca el lunes próximo, 20 de enero. De acuerdo a The Wall Steet Journal, Trump planea visitar Los Ángeles a finales de la próxima semana.

Trump ya ha sido invitado por las autoridades locales a visitar las zonas afectadas por los incendios, tanto Palisades como Eaton, que ya han destruido más de 12.000 inmuebles en las más de 15.000 hectáreas consumidas. “Le pedí que viniera para que viera con sus propios ojos la devastación, para que se entreviste y escuche las historias de las víctimas y agradezca a los rescatistas por su trabajo, pero más importante, para ver cómo el Gobierno federal puede ayudar a sanar y reconstruir las comunidades”, aseguró el domingo Kathryn Barger, la supervisora del condado de Los Ángeles, el principal organismo administrativo de la región metropolitana, poblada por casi 10 millones de personas.

Gavin Newsom, el gobernador de California y uno de los principales políticos demócratas del país, ha mostrado su preocupación por la posibilidad de que la inminente llegada de Trump a Washington signifique la disminución de la ayuda federal que puso en marcha la Administración de Joe Biden. “Lo ha hecho en Utah, en Míchigan, en Puerto Rico. Intentó hacerlo aquí en California antes de que yo fuera gobernador... Lo ha hecho durante años. Es su estilo″, aseguró el gobernador el domingo en una entrevista con la cadena NBC. Newsom también ha invitado a Trump a acudir a la zona del desastre.

Algunos políticos republicanos de alto perfil han dejado caer la idea de que la ayuda a California debe estar condicionada. “Es mi punto de vista personal, pero ya veremos si hay consenso”, aseguró el lunes Mike Johnson, el presidente de la Cámara de Representantes. El líder legislativo también cargó contra las autoridades estatales y locales, acusándolos de negligencia por la mala gestión del agua, errores en el control forestal y “todo tipo de problemas”. “Habrá condiciones al dinero, si es que este es aprobado”, aseguró también en una entrevista el senador republicano John Barrasso, uno de los líderes del partido de Trump en la cámara alta.

Ya ocurrió en 2018

El episodio al que se refiere Newsom ocurrió a mediados de 2018, cuando la temporada de incendios de California destruyó casi 800.000 hectáreas y dejó 103 fallecidos en diferentes partes del Estado. En octubre pasado se reveló que Trump se negó entonces a aprobar la declaración federal de desastres, un paso burocrático necesario para que se permita la transferencia de recursos para auxiliar a las víctimas. El entonces presidente solo cambió de opinión cuando uno de sus asesores le convenció, mostrándole que en algunas de las regiones afectadas, como el rico condado de Orange, Trump tenía más votos que en Estados como Iowa, un bastión republicano.

Aquella amenaza vuelve a asomarse en esta emergencia, que está camino a convertirse en una de las peores tragedias que ha vivido California. “La gente necesita ayuda. Están desesperados. Las personas que no están aseguradas están preocupadas por no recibir la ayuda necesaria para reconstruir sus casas”, aseguró este lunes Barger, una política independiente que aún está esperando la respuesta de la próxima Administración. FEMA, la agencia federal de respuesta a las emergencias, ha multiplicado su presencia en las regiones de Los Ángeles destruidas por los incendios para que los miles de afectados inicien sus solicitudes de ayuda en los ocho días finales del Gobierno de Biden. Hasta este domingo unas 26.000 personas habían comenzado el trámite.

Trump no ha respondido públicamente a las invitaciones que se le han hecho desde California. En su lugar, ha usado las redes sociales para criticar al gobernador de California y al aún presidente Biden. “Que esto sirva, y que sea emblemático, de la gran incompetencia y mala gestión del dúo de Biden/Newscum [el apodo que Trump dedica al gobernador, traducible como ‘Gavin Nueva Basura’]”, aseguró el miércoles Trump, cambiando el apellido de Newsom para llamarlo “basura”. El sábado volvió a la carga. “Los fuegos siguen destruyendo Los Ángeles. Los incompetentes no tienen ni idea de cómo extinguirlos”, escribió el presidente electo en su red, Truth Social.

La derecha también se ha encargado de alimentar las acusaciones contra los demócratas de su responsabilidad en los incendios. Uno de ellos ha sido Elon Musk, quien hizo un vídeo en directo mientras hablaba con dos bomberos de Cal Fire, el cuerpo de bomberos estatal, responsable de coordinar la respuesta. El magnate intenta una y otra vez que estos afirmen que no había agua en Pacific Palisades para combatir el incendio, uno de los bulos que han impulsado los republicanos. “Estábamos usando una cantidad de agua que el sistema no soportó”, le responde el bombero, quien no le da la razón a Musk, convertido en un poderoso asesor de Trump.

La alcaldesa de Los Ángeles, en la picota

Karen Bass ha sido quizá la política local más afectada por su respuesta a la emergencia. La alcaldesa de Los Ángeles, la primera mujer negra que ostenta el cargo, estaba en Ghana cuando el incendio Palisades comenzó a crecer la mañana del martes. La política acudió a África para formar parte de la toma de posesión del presidente ghanés, John Mahama, pese a que hace tres años prometió reducir el máximo los viajes al extranjero y enfocarse en la ciudad. A pesar de esto, estuvo ausente en las primeras comparecencias de las autoridades locales.

Bass se enfrenta también a fuertes críticas por la disminución al presupuesto del Departamento de bomberos local, un tema que ha sido exhibido en plena crisis hasta por su jefa de bomberos, Kristin Crowley. La alcaldesa aprobó un presupuesto para 2025 de 819 millones de dólares, que incluía 23 millones de dólares menos que el año pasado.

El recorte eliminaba principalmente 73 puestos burocráticos que estaban vacantes y reducía la bolsa de 7,9 millones para pagar por tiempo extra a los bomberos. La presión del sindicato de bomberos, no obstante, terminó elevando la paga extra a los bomberos, lo que hizo que el presupuesto fuera finalmente mayor al de 2024 en 53 millones de dólares. Aun así, Crowley aseguró en un memorando en diciembre que el monto no destinado a los puestos administrativos representaba “retos de operación sin precedentes”.

Este lunes, Bass ha dicho que se está enfocando en la emergencia y en la seguridad de los angelinos ante el retorno de los fuertes vientos. Una vez pasada la crisis, aseguró, habrá una evaluación en detalle a su presupuesto. “Verán entonces que no hubo los recortes que están diciendo”, le dijo a una periodista. Mientras, su ciudad sigue en llamas.