Despertar conservador entre jóvenes latinos: ¿un cambio de ideales o una respuesta a la desinformación?
Donald Trump ganó entre los hispanos jóvenes debido al profundo fracaso del Partido Demócrata en entenderlos y conectar con ellos
El resultado de las elecciones presidenciales sorprendió a muchos que jamás imaginaron ver la plataforma antiinmigrante de Donald Trump arrasando en el Colegio Electoral, el voto popular, el Senado y, la Cámara de Representantes. Un grupo en particular destaca: votantes latinos, especialmente hombres latinos jóvenes, quienes hicieron un cambio significativo hacia la derecha, a menudo votando en contra de los derechos de sus propias familias, amigos y vecinos.
Según la plataforma oficial del Partido Republicano en 2024, la próxima Administración de Trump planea llevar a cabo “el programa de deportación más grande en la historia de Estados Unidos”, separando a millones de familias de estatus mixto que han sido, por décadas, el motor social y económico de comunidades enteras y negocios locales a lo largo y ancho del país. Estas son las mismas comunidades en las que viven y trabajan muchos jóvenes latinos que apoyan a Trump.
Bajo este plan, el Gobierno podría invocar una ley de guerra de hace más de 200 años que otorga al presidente amplios poderes para detener y deportar a cualquier no ciudadano que sea considerado una amenaza, incluidos residentes permanentes. Trump también ha prometido emitir una orden ejecutiva el primer día de su mandato para acabar con el derecho de ciudadanía por nacimiento, un derecho constitucional que otorgó a muchos de estos jóvenes latinos su ciudadanía y el derecho a votar en esta elección.
Entonces, ¿por qué los jóvenes latinos votarían en contra de sus propios intereses?
Como joven latino, veo tres razones principales: campañas de desinformación virtuales profundamente financiadas y dirigidas a los jóvenes, la falta de un mensaje alternativo sólido para movilizar a los votantes jóvenes y el profundo fracaso del Partido Demócrata en entenderlos.
Campañas de desinformación
A lo largo de la historia, líderes populistas han utilizado la diseminación estratégica de desinformación como una herramienta retórica y política para demonizar a grupos enteros, movilizando a las masas contra un “enemigo común” al que no se le considera completamente humano. Desde 2016, los inmigrantes han soportado el peso de la deshumanización. Es muy fácil para políticos populistas y demagogos como Trump atribuir todos los problemas a un grupo que no vota ni goza de los mismos derechos que otros estadounidenses. ¿Los precios de las viviendas están subiendo? Culpen a los inmigrantes, no a la falta de viviendas. ¿La inflación? Debe ser culpa de los recién llegados, no de una pandemia mundial que interrumpió las cadenas de suministro y elevó los precios en todas las naciones desarrolladas.
Desafortunadamente, la retórica deshumanizante es peligrosamente efectiva, ya que justifica la vulneración masiva de derechos civiles y da pie a la separación de millones de familias en nombre de la “autodefensa”. Mucha de esta retórica antiinmigrante dañina ha sido dirigida específicamente a jóvenes en espacios en línea como podcasts y plataformas de videojuegos. Muchos de estos jóvenes genuinamente ven en Trump a un “hombre fuerte” y un candidato “antisistema” que restaurará el orden, el arquetipo de cualquier líder populista.
Es fácil señalar a los jóvenes por ser radicalizados en línea. Pero como nos recuerda el historiador Yuval Noah Harari: “El problema es nuestra información. La mayoría de los humanos son buenas personas. No son autodestructivos. Pero si le das mala información a buenas personas, tomarán malas decisiones”.
Es por eso que United We Dream Action ha liderado esfuerzos para acercarse a jóvenes latinos en espacios virtuales como Twitch y Discord, encabezando esfuerzos en este ámbito. Hemos iniciado conversaciones genuinas sobre el tema migratorio con usuarios, streamers y fandoms enteros, alcanzando a cientos de miles en la llamada “manosfera”. A pesar de estos esfuerzos, se necesita invertir y hacer mucho más para proteger a los jóvenes de la radicalización en línea que deshumaniza a las personas en sus comunidades. Esto incluye abogar por políticas que responsabilicen a las empresas tecnológicas por modelos de negocio dañinos que maximizan el engagement a través de la amplificación del odio.
La ausencia de un mensaje alternativo para movilizar a votantes jóvenes
Advertimos repetidamente que la decisión de los demócratas de inclinarse a la derecha en temas clave, como la inmigración, alienaría a una parte significativa de los votantes jóvenes que necesitaban para ganar.
Teníamos razón. A principios de este año, United We Dream Action y nuestros socios en Make the Road Action encargaron una investigación en Estados clave para comprender mejor los tipos de mensajes migratorios que resonaban mejor entre los jóvenes (de 18 a 34 años). Los resultados fueron claros: los votantes jóvenes, incluidos los de color, se sienten identificados con mensajes que enfatizan soluciones humanas, como la expansión de vías legales para la inmigración. Cuando se trataba de la frontera, no se sienten atraídos por candidatos que promueven políticas inhumanas. En cambio, prefieren candidatos que reconocen la necesidad de un sistema de inmigración humano, eficiente y justo. Los jóvenes consideran ampliamente que estos valores no son mutuamente excluyentes. Quieren un sistema migratorio que defienda múltiples verdades simultáneamente, priorizando los derechos y la humanidad plena de cada individuo.
Profundizando en los resultados de nuestra investigación, encontramos que los jóvenes rechazan ampliamente políticas enfocadas en “cerrar” la frontera, acabar con el asilo y separar a familias migrantes. Esto incluye a jóvenes que rechazaron firmemente la agenda de separación familiar masiva de Trump durante su primer mandato y las restricciones extremas de asilo de Biden. En lugar de ofrecer una nueva visión hacia adelante—una que priorice y eleve la humanidad de las comunidades inmigrantes—Kamala Harris se inclinó hacia el encuadre de la derecha, prometiendo una “milicia letal”, una mayor militarización de la frontera y continuas restricciones en el acceso al asilo.
Como resultado, muchos latinos y jóvenes votantes que rechazaron la postura antiinmigrante de Trump tampoco sintieron una atracción fuerte hacia el mensaje de Harris.
Desde 2008, los candidatos demócratas exitosos han asegurado al menos el 60% del voto joven. Este año, Harris ganó solo el 54% de los votantes de 18 a 29 años. Para ponerlo en perspectiva: mientras que Trump recibió aproximadamente el mismo apoyo que en 2020 (alrededor de 74 millones de votos), Harris obtuvo 12 millones de votos menos que Biden en 2020. Este cambio hacia la derecha tiene tanto que ver con la falta de movilización de votantes como con la falta de un mensaje claro que diferenciara a Harris de Trump. No basta con simplemente oponerse a un candidato; hay que defender algo que inspire a la gente.
Este año, millones de personas de la Generación Z pudieron votar por primera vez. Para 2026, serán la primera generación mayoritariamente no blanca, trayendo millones de jóvenes votantes de color al escenario político, moldeando aún más el futuro del país y nuestra democracia. Aunque los demócratas puedan asumir que los jóvenes apoyarán su partido sin importar qué, esta elección muestra lo contrario: los jóvenes no votan por cualquiera; priorizan propuestas políticas por encima de cualquier candidato de turno.
El profundo fracaso del Partido Demócrata en entender a los votantes latinos
Como joven venezolano, he visto de primera mano la creciente desconexión entre los votantes latinos de clase trabajadora y el mensaje demócrata. La campaña de Harris pareció calcular mal cuánto priorizan los votantes latinos la economía sobre temas como la democracia y los derechos civiles. No me malinterpreten: luchar por instituciones democráticas y derechos civiles fundamentales es el enfoque de mi trabajo. Pero no puede ser el centro de una campaña presidencial por una razón muy simple: de democracia no se come.
Este es el caso con los hombres latinos, quienes se han volcado a una cultura y mentalidad emprendedora, influenciados en gran medida por figuras en línea como Joe Rogan. Para muchos, los problemas económicos concretos que afectan su vida diaria importan más que ideas abstractas sobre la democracia o los derechos de sus vecinos. Reflexionar profundamente sobre la democracia estadounidense y derechos civiles es un privilegio que muchas familias latinas de clase trabajadora simplemente no pueden permitirse. La ausencia de un mensaje económico sólido les costó mucho a los demócratas.
Los demócratas tampoco pueden tratar el voto latino como algo monolítico, ignorando el trauma generacional de muchas comunidades latinas. Los votantes cubanos, nicaragüenses, venezolanos y dominicanos a menudo votan de manera diferente a los puertorriqueños y mexicanos. Muchos aún llevan las heridas de regímenes autoritarios como los de Ortega, Maduro y Díaz-Canel y asocian genuinamente ciertas políticas demócratas con el extremismo del que huyeron en sus países de origen. Sin embargo, el Partido Demócrata ha hecho poco por entender o abordar estos temores legítimos. Para asegurar victorias en los próximos dos y cuatro años, deben enfrentar este trauma de frente y contrarrestar las campañas de desinformación que explotan estas heridas.
Seamos claros: la victoria de Trump no le da licencia libre para aterrorizar nuestras comunidades. Él ha dejado claras sus intenciones. Ahora, la pregunta es: ¿cómo responderemos? ¿Cómo nos organizamos? Es hora de mirar el terreno que tenemos enfrente y hacer todo lo posible para protegernos los unos a los otros.
Ya sea que apoyaste a Trump o a Harris, lucharemos por tu derecho —y el de tu familia— a vivir, prosperar y permanecer en los lugares que llamas hogar. Es el momento de movilizar aliados en todo el país para proteger a nuestros vecinos, familiares, compañeros de trabajo y seres queridos. Este es el momento de organizarnos, en un acto de defensa y solidaridad por los millones de familias, personas reales, cuya ausencia nos devastaría a todos si fueran deportadas por la próxima Administración.
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