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Elecciones Estados Unidos
Tribuna
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En lugar de a la cárcel, ¡fue reelegido presidente!

Mi preocupación más urgente es cómo le explico a mis hijos que ganó de nuevo la presidencia un hombre como Donald Trump

Donald Trump
Donald Trump en West Palm Beach, Florida.Alex Brandon (AP)

Aunque en las últimas dos semanas las encuestas le daban una pequeña ventaja a Donald Trump en algunos de los Estados competitivos, la campaña demócrata seguramente pensó que el apoyo a Kamala Harris aumentaría gracias a los fuertes insultos lanzados por Trump a los electores latinos y las mujeres. Además del comportamiento errático y los cuestionamientos a su capacidad cognitiva -incluyendo la pantomima de felatio con un micrófono- por los momentos donde confundía u olvidaba en que ciudad se encontraba o, simple y llanamente, hablaba sin sentido.

De hecho, en varios momentos de la campaña, parecería que el expresidente no quería ser reelecto, porque, a diferencia de la vicepresidenta, que peleó cada voto en los diferentes segmentos de la población hasta el final, Trump se dedicó a lanzar ofensas y a polarizar. Pero la estrategia fue extraordinariamente exitosa.

Trump ganó las elecciones y los republicanos recuperaron el Senado, con posibilidades de mantener el control de la Cámara Baja, ¡además de ganar el voto popular! En la historia de los Estados Unidos, solamente hay un presidente de los Estados Unidos que ha alcanzado lo que acaba de hacer Donald Trump: ganar la presidencia otra vez, a pesar de que había perdido cuatro años antes.

Hay que subrayar el éxito electoral del republicano, ya que se ha convertido en uno de los presidentes más poderoso en la historia reciente de los Estados Unidos. La interrogante es ¿cómo usará este gran poder? En los siguientes cuatro años seguramente veremos un Trump sin frenos, ya que, a diferencia del 2018, en los siguientes años ya no puede buscar ser reelección, además de una reciente decisión de la Corte Suprema que le concede al presidente de los Estados Unidos casi una total inmunidad de los actos ejercidos como mandatario.

O sea, puede hacer cualquier cosa, aun actos ilegales, y el poder judicial le concederá inmunidad presidencial. ¡Qué ironía! Ya que una de las razones de Trump para ganar es precisamente que aún tiene casos penales pendientes que eventualmente tendría que enfrentar. En lugar de a la cárcel, fue reelecto. De hecho, para los seguidores de Donald Trump, él es víctima, no victimario.

Lo que hace tan increíble su éxito electoral es que en tres semanas enfrentará una audiencia, donde el juez Juan Merchan dictará su sentencia por falsificar documentos de su empresa en Nueva York. Además de otra multa, ¡podría condenar al presidente electo a una pena de cárcel! Y hay otros procesos penales que están pendientes, incluyendo las acusaciones de fraude electoral en Georgia, donde hace cuatro años él, y su equipo de asesores, buscaba anular los resultados de las elecciones del 2020.

Está también la acusación en contra del magnate por promover el 6 de enero, 2021, una insurrección y ataque para que no se formalizara la elección de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos, aunque seguramente va a ordenar al Departamento de Justicia que “desaparezca” esta acusación. También será desechada la acusación por resguardar ilegalmente documentos secretos en Mar-A-Lago, aunque se podría retomar el caso después de cuatro años de Trump en la Casa Blanca.

Adicionalmente, no importa que sea presidente, sigue vigente la sentencia de pagar 88 millones de dólares a la escritora E Jean Carroll por violación y difamación. Pero la realidad es que será casi imposible ejecutar cualquier sentencia si, como presidente, Trump decide simplemente no pagar.

Y qué decir de la situación de la vicepresidenta Harris. Ella tendrá que certificar la validez de las elecciones ante el Congreso el 6 de enero, así como lo hizo el entonces vicepresidente Mike Pence, quien fue atacado por seguidores trumpistas y amenazado con ser linchado por no seguir las órdenes de su jefe. También hay que considerar que se acaba de incrementar dramáticamente la posibilidad de que el nuevo vicepresidente JD Vance sea presidente en los siguientes años, en parte por las preocupaciones de la salud física y cognitiva de Donald Trump, pero también porque es su “delfín” natural.

Escuchando de madrugada a los analistas, muchos en shock por el contundente éxito del “criminal convicto”, inicialmente surge la pregunta de si el “problema” de Kamala Harris es su género y su color. Ciertamente tenía las capacidades y experiencia para ser presidenta como fiscal, senadora y vicepresidenta. Pero también hay que reconocer los retos que a los que se enfrentaba. Hizo campaña solo cuatro meses para representar un partido demócrata dividido y en reemplazo de Joe Biden, uno de los presidentes más impopulares en la historia reciente de Estados Unidos.

Pero estos factores no explican el éxito político tan extraordinario de Donald Trump y su partido republicano. Una de las verdades que se evidenció en esta campaña es que el endoso de reconocidas cantantes, actores, y republicanos disidentes no puede competir con el apoyo de Elon Musk, quién “abuso” de X y probablemente violó la ley electoral, rifando a diario millones de dólares a seguidores de Trump en el Estado clave de Pensilvania.

A pesar de las ofensas y ataque de las últimas semanas en contra de mujeres y latinos, su apoyo creció. Incrementó dramáticamente el voto a favor de Trump entre los hombres latinos, tal vez por el temor a la inmigración ilegal, o por la misoginia de estas comunidades. De hecho, después de votar el día de ayer, en el Estado de Arizona, conversé con una representante del partido republicano que me dijo que los jóvenes sentían la confianza de que podían ser “hombres” con Donald Trump.

Otro perdedor de estas elecciones fueron las casas encuestadoras. Con muy pocas excepciones, subestimaron el apoyo de Trump, a pesar de que el presidente electo tiene pocos secretos, de hecho, es uno de los políticos más transparentes. Y aunque esta madruga vimos un Donald Trump más conciliador, haciendo un llamado a la unidad, asegurando que el éxito de los Estados Unidos “nos unirá”, el problema es que todos lo conocemos y sabemos cómo serán los siguientes cuatro años de gobierno.

Honestamente, en este momento, mi preocupación más urgente es cómo le explico a mis hijos que ganó de nuevo la presidencia un hombre como Donald Trump.

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