“No me explico cómo hay gente que migró a este país y apoya a Donald Trump”
Manuel Cue, nacido en México de padres españoles, votará en Florida pero reconoce que ningún candidato le convence y que le preocupan la migración, el aborto y el control de armas
El caso de Manuel Cue, de 52 años, es el de muchos inmigrantes de América Latina que sí vinieron con un propósito e, incluso, con una visa. Su objetivo era el trabajo. De hecho, lo era el de su esposa. Hace dos décadas que ella, que trabajaba en una gran empresa informática estadounidense en la Ciudad de México, fue destinada a Estados Unidos para crecer laboralmente. Él la siguió con su visado de acompañante para después lograr un permiso de trabajo y, al final, acabar en la misma compañía.
Los Cue llevan ya 20 años en Florida y han echado raíces, en concreto en Fort Lauderdale, al sur del Estado. Allí viven con sus dos hijas adolescentes. Manuel es inmigrante de primera generación, nacido en México de padres españoles, asturianos, una tierra con la que se siente especialmente conectado. “Creo que por la tradición familiar me siento un poquito español y un poquito mexicano, más que estadounidense. Aunque migres, siempre conservas tus raíces, quizá mis hijas ya sí...”
Pregunta. ¿Ha decidido si va a votar el 5 de noviembre? ¿Y por quién hacerlo?
Respuesta. Definitivamente, sí voy a votar. Voy a hacerlo por Kamala, aunque ninguno de los dos me convence.
P. ¿Por qué no?
R. Porque no estoy de acuerdo con algunos de sus puntos de vista. Trump es muy autoritario, muy berrinchudo: “Como no gané las elecciones me enojo y hago mi pataleta”. Le reconozco que cuando fue presidente la economía estaba bien, pero no me gusta ese tono de odio antimigrante. No me explico cómo hay gente que migró a este país y le apoya, él dice que traen droga, pero muchos pagamos nuestros impuestos y venimos a trabajar. Esa generalización no me gusta. En el debate, me pareció que Kamala Harris tenía una posición más de propuesta, mientras él echaba culpas. En algunas cosas me considero muy conservador, como con el tema del aborto. Y creo que Harris no ha hecho nada con la migración pese a ser vicepresidenta cuatro años. Me gustaría un candidato que tuviera lo mejor de los dos, pero sé que eso es utópico.
P. ¿Qué es lo que más ha influido en su decisión? ¿En parte el debate?
R. Antes del debate estaba pensando en Harris, pero el debate fue la puntilla. Kamala es más propositiva y abierta que Trump con su política de odio. Un presidente tiene que gobernar para todos. McCain compitió con Obama y me acuerdo de un debate donde McCain le tiraba duro a Obama, y cuando ganó Obama como presidente él salió y dijo: “Puede que no esté de acuerdo, pero voy a trabajar con él por el bien del país”. Esa es la actitud. De este país me encantaba que el Partido Republicano y el Partido Demócrata trabajaban juntos, el Senado discutía propuestas inteligentes, ahora no. Esa situación no me gusta y la forzó Trump en su primer mandato.
P. ¿Qué le diría a Donald Trump?
R. Yo creo que lo que le diga le importa dos pepinos [risas]. Le diría que deje su discurso racista y de odio. Y que acepte la derrota, que sea un buen perdedor, que si perdió, perdió. Que sea más humilde, que gobierne para todos por el bien del país.
P. ¿Y a Kamala Harris?
R. Le diría que hace falta una reforma migratoria, mecanismos para la gente que quiera venir a este país pueda, y sé que es difícil porque hay miles de personas de Latinoamérica que quieren venir. Y la política de armas, que es el elefante en la habitación: es un problema terrible que cualquiera puede comprar una pistola y llevarla a una escuela. Tiene que haber más control. Si ella llegara a ser presidenta son los dos claros problemas.
P. Con orígenes mexicanos y españoles, ¿se siente latino en Estados Unidos? ¿Qué es ser latino para usted?
R. Sí, claro que me siento latino. Estados Unidos es un país de oportunidades, el que viene y quiere trabajar puede salir adelante, no como en nuestros países, sobre todo por la seguridad. Todavía el prejuicio contra los latinos es muy fuerte, también por lo que la gente ve. Hay cosas muy maleducadas para un americano tradicional, hay parte de prejuicio y racismo de los americanos, pero también por cómo nos hemos portado en nuestros países. Yo me considero una persona muy recta, muy honrada, pero sé que el prejuicio está ahí, aunque el que quiera trabajar puede salir adelante.
P. En su casa, ¿prefieren el inglés o el español?
R. Mis hijas sí hablan inglés entre ellas. A mí siempre me insistieron mis papás en que estudiara inglés, y yo ahora con mis hijas estoy: “Hablen español”. No queremos que pierdan esa ventaja de que sean bilingües.
P. ¿Alguna vez ha sentido prejuicio o racismo por ser latino?
R. Lo he vivido de una forma indirecta. Mi esposa sí tuvo un jefe terrible, muy racista y agresivo: decía que los latinos llegan tarde, que son flojos, que no hacen el trabajo. Lo he notado cuando alguien te conoce y de repente te dice: “¿Eres mexicano, en serio? Nunca lo habría pensado”. No me lo han dicho abiertamente, pero ahí pienso: ¿Y qué esperabas?”
P. ¿Qué le gusta de Estados Unidos? ¿Qué cambiaría del país?
R. Me gusta la calidad de vida, que aquí con un policía te sientes protegido. Sé que hay lugares inseguros, como en todos lados, pero en general nadie te va a robar el auto a punta de pistola, aunque sea el más caro del mundo, ni te van a secuestrar. Pero cambiaría el costo de esa calidad de vida. Es lo más pesado. El costo de vida es caro, el sistema de salud es malo. Tardan cuatro meses en darte una cita médica.
P. ¿Cómo se ve en 10 años?
R. Los latinos no somos como los americanos cuando sus hijos se van a la universidad, que les dicen: “¡Vete ya de casa!” Queremos buscar una universidad cerquita, así que dependerá de qué escojan ellas y del trabajo. En Florida no sé mi me veo. México, por ahora, no, aunque pensando en el retiro conviene por poder adquisitivo. Si tuviera que escoger ahora mismo, creo que España.
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