Las mil maneras de volver a clase
Con cita previa, solos o en grupo... Las comunidades establecen modelos muy dispares de reincorporación a las aulas en la recta final del curso
La vuelta a las aulas en la recta final de curso está siendo enormemente desigual en función de las comunidades. El Gobierno estableció un límite de carácter sanitario: las autonomías solo podían reabrir los centros a partir de la fase 2 del desconfinamiento. Formuló recomendaciones, como que las actividades presenciales de refuerzo se centren en los últimos cursos de cada etapa y que se reanudara la actividad de infantil para los padres que tuvieran q...
La vuelta a las aulas en la recta final de curso está siendo enormemente desigual en función de las comunidades. El Gobierno estableció un límite de carácter sanitario: las autonomías solo podían reabrir los centros a partir de la fase 2 del desconfinamiento. Formuló recomendaciones, como que las actividades presenciales de refuerzo se centren en los últimos cursos de cada etapa y que se reanudara la actividad de infantil para los padres que tuvieran que ir a trabajar. Y trató de generar consensos a través de la Conferencia Sectorial de Educación, donde se reúnen el ministerio y las comunidades. Pero ha sido cada comunidad la que ha diseñado el regreso, porque continúan teniendo las competencias educativas de acuerdo con un sistema muy descentralizado. En lo único que coinciden todas es que la enseñanza hasta que acabe el curso va a seguir siendo fundamentalmente a distancia.
Fechas de reapertura
Solo Galicia y el País Vasco abrieron sus centros el lunes, cuando 11 comunidades y zonas de otras tres ya podrían haberlo hecho. La Rioja y Aragón lo hicieron el martes y Baleares está previsto que lo haga este miércoles. Navarra y Extremadura lo harán el 1 de junio. Asturias lo hará el 4 de junio. Cantabria, el 8. Murcia lo ha dejado para el 10. Castilla y León ve “complicado” hacerlo antes de que termine el curso. En Andalucía los alumnos no volverán hasta septiembre. Canarias está pendiente de decidirlo. Y el resto de comunidades están en espera de pasar íntegramente de fase. Madrid anunció ayer que, en el caso de que la semana que viene siga en fase 1, solicitará que se le permita reabrir.
Un único curso o varios
Las comunidades han priorizado segundo de Bachillerato, cuyos alumnos están llamados a presentarse a la selectividad. Comunidades como Murcia, Navarra y Aragón solo van a reactivar ese curso. Galicia y Cantabria lo ha extendido a Formación Profesional. Asturias y el País Vasco, además, a 4º de la ESO. Y otras comunidades, como La Rioja, Extremadura, la Comunidad Valenciana, Cataluña y Baleares, a un abanico más amplio de cursos de la ESO y primaria, si bien en formatos reducidos y orientados a los estudiantes desfavorecidos.
Entre uno y 15 alumnos
La vuelta a clase es voluntaria. Partiendo de esa premisa, las comunidades han planificado desde actividades para grupos de 15 estudiantes (Galicia, Euskadi o Cataluña); de 10 (Comunidad Valenciana); de cinco (Baleares); o de uno en uno (Aragón).
Con cita previa o por libre
El sistema más extendido consiste en que los alumnos de los cursos que se reactivan pueden ir a clase avisando con antelación para que el centro se prepare. Pero Aragón, que solo ofrecerá tutorías individuales, y Castilla-La Mancha, en un formato todavía por acabar de definir, han fijado un sistema de cita previa.
Elige el alumno o elige el centro
El País Vasco y La Rioja han dejado en manos de sus centros la decisión de reabrir o no. Sin llegar a ese punto, dos autonomías que prevén ofrecer actividades de refuerzo a un amplio número de cursos, como Extremadura y la Comunidad Valenciana, permiten que sean los equipos docentes quienes decidan qué alumnos de los niveles que no titulan necesitan refuerzo y podrán, por tanto, asistir.
Uso de mascarilla
Las comunidades están divididas: entre las que ya han comenzado, La Rioja y el País Vasco la han hecho obligatoria en todo momento dentro del centro. En Galicia solo es imprescindible cuando no se puede guardar la distancia de dos metros. Es decir, que una vez sentados en el aula se la pueden quitar. Es el mismo principio que rige en Ceuta y Melilla, cuyo protocolo ha elaborado el Ministerio de Educación, así como en Baleares.
Vigilancia de la salud de los estudiantes
Las comunidades piden que los padres controlen el estado de salud de sus hijos y prohíben que vayan a clase si tienen síntomas. Asturias va más allá y solicitará a las familias una “declaración responsable” (un documento firmado en el que se asegura ante la Administración que se cumplen determinados requisitos) de que están bien.
Alumnos de infantil
En la última conferencia sectorial, las comunidades, a excepción de Euskadi, descartaron reabrir la primera etapa educativa por la dificultad de los más pequeños de cumplir las normas de distanciamiento. Finalmente, el País Vasco ha dado marcha atrás, ante la oposición de sindicatos de profesores y directores de centros. Y Cataluña, en cambio, sí prevé la “acogida” de alumnos de tres a seis años cuyos padres tengan que trabajar, como propuso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Docentes vulnerables
Las comunidades piden en sus normativas que se tenga en cuenta el estado de salud de los docentes a la hora de reincorporarse. Pero Cataluña establece directamente que el personal que tenga más de 60 años o tenga enfermedades crónicas no podrá regresar, al menos, hasta septiembre.
“Hay margen para ofrecer más, y aún estamos a tiempo”
Juan Manuel Escudero, catedrático emérito de la Universidad de Murcia y un referente en el ámbito de la organización escolar, señala el contraste que ofrece un país donde las terrazas de los bares se llenan cada día más y las escuelas siguen casi por completo vacías. “Lo primero ha sido consecuencia de unas presiones socioeconómicas muy fuertes, y la atención que se les ha prestado a bares y restaurantes está en línea con ellas. La cuestión educativa se ha dejado, en cambio, de lado, y uno llega a la conclusión de que no constituye un motivo de presión para nadie, lo cual es muy triste”.
La vuelta a las aulas es delicada, admite Escudero, porque el virus no ha desaparecido. “Pero no se toma conciencia de su importancia. No es solo la educación, es la escuela como institución. Un espacio donde los alumnos encuentran una forma organizada y articulada de cultura, formación, conocimiento y socialización que son fundamentales. Mientras la escuela siga ausente, el vacío es terrible. Me preocupa mucho que para septiembre la mayoría de los alumnos llevará medio año fuera del centro”. El catedrático lamenta que la falta de coordinación territorial en la respuesta educativa. “Se están viendo 17 criterios muy diferentes y en algunos casos muy desiguales. Yo no me siento cómodo”, afirma.
El sociólogo Miquel Àngel Alegre también es muy crítico con el modo en que se están reanundando las clases. “La reapertura está siendo insuficiente en los tiempos y en volumen de alumnos. Las restricciones sanitarias ofrecen margen para más y aún estamos a tiempo”. “Como mínimo”, prosigue Alegre, jefe de proyectos de la Fundació Bofill, centrada en las políticas educativas, “debería hacerse lo que se ha planteado en Cataluña en cuanto al alcance de estudiantes: priorizar a los alumnos que van a cambiar de etapa, al alumnado desfavorecido para el resto de niveles, y ganar jornadas escolares para hacer una especie ritualización de final del curso con todos los demás; que todos puedan volver aunque sea un par de días”.
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