Diez países europeos reclaman a Bruselas una salida “verde” de la crisis del coronavirus

Los gobiernos, entre ellos el de España, piden que la UE no renuncie a aumentar sus compromisos contra el cambio climático

Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea encargado del Pacto Verde.Philipp von Ditfurth (Getty Images)
Madrid -

Los ministros de medio ambiente y cambio climático de diez países europeos, entre los que figura España, se han movilizado para pedir una salida verde a la crisis económica derivada de la pandemia del nuevo coronavirus. Advierten en un escrito dirigido a la Comisión Europea de la “tentación” de buscar soluciones cortoplacistas basadas en los combustibles fósiles que hipotequen durante décadas la economía de la UE. Los ministros abogan por que el ...

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Los ministros de medio ambiente y cambio climático de diez países europeos, entre los que figura España, se han movilizado para pedir una salida verde a la crisis económica derivada de la pandemia del nuevo coronavirus. Advierten en un escrito dirigido a la Comisión Europea de la “tentación” de buscar soluciones cortoplacistas basadas en los combustibles fósiles que hipotequen durante décadas la economía de la UE. Los ministros abogan por que el Pacto Verde propuesto por la Comisión Europea antes de que la pandemia golpeara al continente sea el instrumento para salir de este enorme atolladero; “No queremos que esa hoja de ruta decaiga o sea sustituida por una alternativa mucho más peligrosa para el entorno y para nuestro bienestar”, apunta la vicepresidenta cuarta de España, Teresa Ribera, una de las firmantes. Estos 10 países plantean que aumenten las inversiones en movilidad sostenible, energías renovables y eficiencia energética para reactivar la economía y generar empleos.

El escrito lo firman también los ministros de Austria, Dinamarca, Finlandia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Holanda, Portugal y Suecia. Supone una importante llamada de atención para que Europa no renuncie a presentar ante la ONU durante este año un plan de recorte de emisiones de gases de efecto invernadero más ambicioso, como estaba previsto a pesar del aplazamiento de la Cumbre del Clima que se iba a celebrar en noviembre en Glasgow (Reino Unido), conocida como COP26. El Acuerdo de París obliga a sus firmantes a aumentar esos planes durante este 2020. Europa se comprometió en 2015 a reducir sus gases de efecto invernadero un 40% en 2030 respecto a los niveles de 1990. Pero el Parlamento europeo, la Comisión y muchos miembros de la UE pretendían elevar esa meta a entre el 50% y el 55%.

La crisis del coronavirus ha llegado en mitad del complicado proceso de negociación entre los Veintisiete para elevar ese objetivo de recorte. Los ministros firmantes del escrito defienden que la UE aumente su plan para disminuir las emisiones “antes de que finalice este año cumpliendo el calendario del Acuerdo de París a pesar del aplazamiento de la COP26”. Esto, según esos 10 dirigentes, serviría para inspirar a “otros actores mundiales a elevar su ambición también”.

La carta también llega en un momento en el que empiezan a aflorar preocupantes señales desde el punto de vista de la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente vinculadas a la pandemia. EE UU y China, por ejemplo, han anunciado una relajación de sus controles medioambientales. Carbon Tracker, un grupo de economistas especializados en cambio climático, advertían esta semana en un informe de la posibilidad de que China plantee construir más centrales eléctricas de carbón para estimular su economía después de la pandemia. Según estos analistas, además de aumentar sus emisiones de gases de efecto invernadero, estas inversiones podrían suponer un importante lastre económico, ya que los combustibles fósiles cada vez resultan menos competitivos respecto a las energías renovables.

Dentro de la UE también existen tendencias parecidas. Polonia, reacio históricamente a aplicar políticas contra el cambio climático, ha pedido que se suspenda el sistema de comercio de derechos de emisiones (conocido por sus siglas ETS) por la pandemia. Este sistema, que obliga a alrededor de 11.000 industrias europeas a pagar por sus emisiones de dióxido de carbono, ha hecho que muchos países estén dejando atrás el carbón para producir electricidad.

Ante esta situación, este bloque de 10 países exige en su escrito “mantener y fortalecer las herramientas” de la UE que están funcionando, como el sistema de comercio de emisiones, además de los estándares ambientales y políticas sectoriales. Además, abogan por “reconstruir” la economía desde una vía verde. “No debemos perder de vista la persistente crisis climática y ecológica”, añaden. En su opinión, la principal lección de la crisis de la Covid-19 es que las respuestas tempranas ante los problemas son esenciales, algo que se debe aplicar también al calentamiento global.

Para evitar caer en la “tentación” de los combustibles fósiles como receta para reactivar la economía, los ministros ponen en el centro de su discurso el Pacto Verde (Green New Deal) que en estos momentos está desarrollando la Comisión Europea. Ante el riesgo de que se pueda paralizar el desarrollo de ese pacto, los 10 ministros proponen que, precisamente, ese sea el instrumento que emplee la Comisión para salir de la crisis de la Covid-19. “El Pacto Verde constituye una nueva estrategia de crecimiento para el UE” y permitirá, según los firmantes, estimular las economías europeas y crear empleos.

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