“Hemos dejado obras a medias”

Ingeniería sin Fronteras no recibe fondos que tenía comprometidos

Proyecto para proveer de agua a un distrito de Mozambique. / (ISF)

Miquel Carrillo propuso el año pasado su propio despido porque la caída en ayuda oficial al desarrollo y los impagos de las Administraciones han mermado los recursos de la ONG en la que trabajaba. Era el coordinador de Ingeniería sin Fronteras (ISF) en Cataluña y ahora ejerce como voluntario. Junto a Carrillo...

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Miquel Carrillo propuso el año pasado su propio despido porque la caída en ayuda oficial al desarrollo y los impagos de las Administraciones han mermado los recursos de la ONG en la que trabajaba. Era el coordinador de Ingeniería sin Fronteras (ISF) en Cataluña y ahora ejerce como voluntario. Junto a Carrillo, otros cinco trabajadores de los 12 empleados de la ONG acabaron en el paro. La plantilla no es lo único que se ha quedado en la mitad. “En Mozambique hemos dejado infraestructuras a medio construir”, lamenta.

ISF estaba construyendo fuentes de agua en el distrito de Funhalouro en Mozambique. Estas infraestructuras iban a abastecer a más de 7.500 habitantes. Pero el proyecto tuvo que ser suspendido. La Agencia Catalana de Cooperación, que financiaba el 80% de este programa, pagó un tercio de la ayuda en 2011. En 2012 avisó a la organización de que ese año ya no abonaría la ayuda y que no había previsión de hacerlo. Les deben, según Carrillo, 1,3 millones de euros. “Cuando dejan de pagar te tienes que retirar”, explica Carrillo. El resultado es que 2.400 ciudadanos de la región se quedaron con fuentes a medio construir. Las otras 5.100 personas a las que preveían ayudar, ni siquiera eso.

“Las Administraciones ponen un presupuesto que luego no se hace efectivo. Siempre ha sido así, pero en 2012 ha sido un recorte sobre recorte”, advierte Carrillo. La Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) prevista para el año pasado era de 2.335 millones de euros, cantidad que en la práctica ha quedado reducida a 1.700. Se ha destinado a la cooperación un 40% menos de lo presupuestado. “Esto tiene impacto en los países en los que trabajamos”, recuerda el secretario de la federación de ISF. “Paralizamos proyectos, no mejoramos la vida de la gente, ni su economía y tenemos que despedir a empleados. En Mozambique dejamos de pagar 60.000 euros al proveedor de taladros para hacer pozos”, ejemplifica.

Además del impago de ayudas ya concedidas, las ONG se enfrentan a la cancelación de nuevas convocatorias. “En 2012 nos presentamos para un proyecto de electrificación en Perú que financiaba el Gobierno de Navarra. Una semana antes de la fecha límite, nos dijeron que cancelaban la convocatoria”, relata Carrillo. “Parece que por quitar la AOD no pasa nada, pero sí pasa”, zanja.

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