¿Es realmente positivo el ‘bodypositive’?

Este movimiento social busca visibilizar todo tipo de cuerpos y propone que amemos el nuestro, sea como sea, pero sigue dando un papel protagonista a la belleza

En 2011, la fotógrafa Haley Morris-Cafiero decidió hacerse un 'selfie' en medio de Times Square. Cuando lo vio, se dio cuenta de qulos viandantes posaban sus ojos sobre ella y que no se trataba de un hecho aislado. Su sobrepeso captaba más la atención que el monumento más emblemático. El libro 'The Watchers' incluye muchas de las imágenes de la serie que creó tras esa primera instantánea reveladora.Haley Morris-Cafiero

“Con lo guapa que eres de cara, ¡qué pena!”. ”¿No estás demasiado delgada?“. “Estabas más guapa con el pelo largo”. “¡Vaya muslazos!”. “No te pongas ese vestido, con tu cuerpo no te favorece”. “Tíñete que estás muy vieja así”. “A ver si te da el sol, ¡que parece que estás muerta!“. ¿Te suena?

Si hay algo que recibe muchísimas opiniones no solicitadas es nuestro cuerpo; el cuerpo de las mujeres siempre está en tela de juicio. No importa cómo seamos, siempre habrá algo que esté mal. Todas hemos crecido tapando, disimulando, disminuyendo y diseccionado cada milímetro de nuestra piel, como ...

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“Con lo guapa que eres de cara, ¡qué pena!”. ”¿No estás demasiado delgada?“. “Estabas más guapa con el pelo largo”. “¡Vaya muslazos!”. “No te pongas ese vestido, con tu cuerpo no te favorece”. “Tíñete que estás muy vieja así”. “A ver si te da el sol, ¡que parece que estás muerta!“. ¿Te suena?

Si hay algo que recibe muchísimas opiniones no solicitadas es nuestro cuerpo; el cuerpo de las mujeres siempre está en tela de juicio. No importa cómo seamos, siempre habrá algo que esté mal. Todas hemos crecido tapando, disimulando, disminuyendo y diseccionado cada milímetro de nuestra piel, como si viviéramos bajo una lupa gigante que todo lo sobredimensiona. La sobredimensión no es otra que los cánones estéticos y el capitalismo de la industria de la moda femenina, que te dice “no, nena, tu cuerpo está mal”.

Esto, aunque parezca superficial y baladí, condiciona nuestra vida en cómo nos posicionamos en ella, en la ropa que usamos o dejamos de usar, dejamos de hacer cosas que nos gustan por no sentirnos seguras con nuestro cuerpo… En los casos más graves, el querer modificar nuestro cuerpo al antojo de la belleza normativa trae consecuencias tan peligrosas como los trastornos del comportamiento alimentario. De hecho, durante el confinamiento causado por la pandemia de la covid-19, y tras él, ha habido un aumento considerable de trastornos del comportamiento alimentario (TCA).

¿Nacimos odiando así nuestro cuerpo? ¿De dónde viene tanta hostilidad hacia él? Si no sabes la respuesta basta con que te des un paseo por redes sociales, revistas femeninas o que veas cualquier programa en la tele en el que salga una mujer. Se valorará más la ropa que lleva, el color del pelo o si ha subido o bajado de peso que su valía. Da igual la función que desempeñe, su aspecto lo copará todo.

Desde bien pequeñas aprendemos que hay que ser delgadas, no hay alternativa, la delgadez y la belleza abren puertas, y puedes patalear ante semejante injusticia, pero es así. Te dicen que vas a ser más feliz si eres delgada y guapa. Una vez que asumes ese dogma, te pones manos a la obra. Dedicamos mucho tiempo y energía a acercarnos, aunque sea de soslayo, a la norma estética. De media se estima que las mujeres pasamos unas 3,6 horas pensando en nuestro cuerpo, mientras que los hombres no llegan a las dos horas diarias. Cremas, deporte, dietas, depilación… lo que sea por lucir lo más definida, más estilosa, más… más cansada, porque esta continua insatisfacción corporal es agónica.

Como respuesta a tanta presión surgió el bodypositive no hace mucho, en 2007. Este movimiento social busca visibilizar todo tipo de cuerpos y propone que amemos el nuestro, sea como sea, puesto que habitamos en él y es nuestra casa. Por eso cada vez es más frecuente ver en publicaciones, redes sociales o anuncios otro tipo de cuerpos, porque no hay modelo único, hay tantos como personas habitan el mundo. Este movimiento social hace tambalear la belleza hegemónica, pero sigue dándole un valor muy importante a la estética.

¿Es posible que, tras años de despiece de nuestro cuerpo, lleguemos a quererlo como si no nos hubiéramos maltratado? El bodypositive no pretende ser impositivo, sino que busca la aceptación corporal, pero se antoja difícil el cambio de paradigma.

Aceptar y respetar nuestro cuerpo implica un arduo camino de autocompasión y trabajo personal, después de habernos machacado a unos niveles que lo único que queremos es dejarnos un poco en paz. Dejar de compararnos con otras mujeres, hacer zoom en las fotos para ver nuestras “imperfecciones”, mirarnos en el espejo solo enfocando en la zona del cuerpo que nos disgusta, insultarnos y hablarnos mal… Una relación tóxica de libro.

Aun así, el bodypositive sigue dando un papel protagonista a la belleza, aunque el mensaje que lance sea sano: “Hay belleza en todas partes y todos los cuerpos son bellos”, se dice, pero esta idea no deja de poner el foco en ella. Seguir centrados en nuestro cuerpo, desde una mirada positiva y autocompasiva, hace que sigamos dedicando mucho tiempo al mismo, dándole un papel protagonista en nuestra valía. Seguimos más enfocadas en la estética, en cómo lucimos, que en nuestra salud.

Primero te dicen que tu pelo rizado es feo y te venden mil productos para alisarlo. Luego te dicen que tu pelo rizado es perfecto, y te venden veinte productos para lucirlo curly.

Quizás por eso recientemente ha surgido otro movimiento que busca la neutralidad corporal, el body neutrality, que propone dejar que nuestro cuerpo sea algo presente en nuestro día a día, aflojar el ruido mental ,dándole menos importancia. Valorar nuestro cuerpo desde la funcionalidad y no desde la belleza; pensar “yo vivo en mi cuerpo y este me permite hacer muchas cosas que me gustan, da igual como luzca, me permite vivir de forma plena”. Si me gusta mi cuerpo y lo amo, mejor, más fácil será nuestra convivencia, pero, si no es así, poder vivir tranquila sin pelearme con él continuamente.

La idea es dejar de lucirnos para empezar a ser. “No es el deseo de ser bella lo que está mal, sino la obligación de serlo o tratar de serlo”, escribía Susan Sontag. A pesar de que tanto el body positive como el body neutrality son movimientos que nos ayudan a crear una sociedad más libre y respetuosa para todos, todavía hay quien cree que estos movimientos otorgan un “exceso de libertad”, que nos estamos “pasando”. ¿De verdad, os parece que la respuesta ante tanta opresión sostenida en años es excesiva? Por muchos movimientos que surjan, es imprescindible un cambio en la educación de la sociedad para dejar de ver a las mujeres como jarrones sobre los que opinar, sin ser conscientes del daño que puede causar en nuestra autoestima.

Azahara Nieto es nutricionista especializada en TCA, alimentación vegetariana y vegana

NUTRIR CON CIENCIA es una sección sobre alimentación basada en evidencias científicas y en el conocimiento contrastado por especialistas. Comer es mucho más que un placer y una necesidad: la dieta y los hábitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud pública que más puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de cáncer hasta la diabetes. Un equipo de dietistas-nutricionistas nos ayudará a conocer mejor la importancia de la alimentación y a derribar, gracias a la ciencia, los mitos que nos llevan a comer mal.

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