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Millones de desplazados y familias rotas: un año de guerra en Sudán, en imágenes

Desde el 15 de abril del año pasado, 8,6 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares por un conflicto armado convertido en una de las mayores crisis de desplazamiento del mundo. Esta muestra del fotógrafo sudanés Ala Kheir, proporcionada por ACNUR, recorre 12 meses de contienda

Las primeras horas del conflicto en Sudán fueron en la capital, Jartum, el 15 de abril de 2023, sucedieron en una tranquila mañana de sábado en la que la mayoría de la gente acudía al centro de la ciudad, a hacer compras en el mercado o a sus puestos de trabajo. Tras unas horas de continuos disparos y ráfagas de ametralladora, los sudaneses entraron en pánico. Corrían a buscar la forma de volver a sus casas y alejarse de la zona de conflicto.
Desde el estallido de la guerra en Sudán hace un año, 6,5 millones de personas se han desplazado a lugares más estables dentro del país, y dos millones se han refugiado fuera. La violencia en Jartum provocó que miles de sudaneses escaparan al mes del inicio de la contienda. Para muchos, la mejor opción era dirigirse hacia el sur, hacia Wad Madani. Esta imagen fue tomada en junio de 2023, cuando muchas familias compartieron un camión para trasladarse.
Una niña sudanesa asomada a la ventana de un refugio para desplazados internos en Wad Madani, al sudeste de Sudán. Este edificio originalmente fue una residencia universitaria y ahora acoge a 34 familiasAla Kheir
Un grupo de actores y dramaturgos afectados y desplazados por la guerra continúan con su labor artística en el centro de acogida en Wad Madani. A pesar de las dificultades, tratan de poner al servicio de la población su talento preservando su identidad teatral y promoviendo la conciencia social y cultural a través del arte.
Estos músicos locales realizaan actuaciones para distraer y animar a los desplazados. El camino a Wad Madani desde Jartum se hace más llevadero para los sudaneses que huyen de la guerra. Estos artistas eran parte del grupo de las actividades que se organizaban en los asentamientos y que servían como terapia, hasta que esta ciudad fue atacada pocos meses después de Jartum.Ala Kheir
Una escuela en Kosti, una de las principales ciudades de Sudán, al sur de Jartum y a orillas del Nilo Blanco, se ha convertido en refugio temporal para muchas familias, principalmente mujeres con hijos. Unos 25 millones de personas, que representan más de la mitad de Sudán e incluyen a más de 14 millones de niños, necesitan ayuda urgente.Ala Kheir (© UNHCR/Ala Kheir)
La ciudad de Wad Madani no tenía capacidad para acoger a todas las personas desplazadas por la guerra que huían de Jartum. Muchos tuvieron que instalarse en esta granja avícola abandonada al norte de Wad Madani. En 10 hangares vivían unas 1.200 personas.Ala Kheir
Los ataques contra la población civil y la violencia sexual como instrumento de guerra se han extendido por todo el país. A esto se suma la falta de alimentos y el escaso acceso al agua potable. En la fotografía, Hanna Wilson, una refugiada sursudanesa que vive en el campo de Um Sangour, en el Estado de Nilo Blanco. Wilson perdió a dos hijos recientemente por diarrea y desnutrición. Ala Kheir
Sudán ha sido país de acogida para miles de refugiados, incluidos los más de 50.000 etíopes que huyeron hace unos años de la escalada del conflicto en la región de Tigray y fueron alojados en campos de ACNUR a 70 kilómetros de la frontera. En la imagen aparece Islam Mubarak, sudanesa y etíope que estudiaba Lengua Inglesa en la Universidad de Sudán (Jartum). Dos días antes del estallido de la guerra viajó de la capital al campo de refugiados etíopes de Om Rakuba, donde vivía su familia, para celebrar el Eid, el fin del Ramadán. Atrapada por el conflicto, no pudo salir del campo de refugiados y tuvo que dejar sus estudios. UNHCR/Ala Kheir
El tejido social y la clase media urbana han sido prácticamente destruidos. Ramah Musa, que aparece en este retrato, es de Darfur y estudia en la Universidad Redsea de Port Sudan. Tenía previsto terminar el último curso y regresar con su familia a Darfur del Sur, pero perdió el contacto con sus parientes al inicio de la guerra, en abril. Hace poco supo que estaban vivos a través de unos amigos que salieron de Darfur recientemente. Ala Kheir
Esta es Saadiya Idrees, una refugiada procedente de Neyala, Darfur, pero residente en Jartum desde hace 30 años. Cuando empezó la guerra, huyó a Sudán del Sur con tres de sus hijos y dos nietos. Pero les perdió en el camino y todavía continúa con la esperanza de encontrarlos. Ala Kheir
La inseguridad y la limitación de acceso a la población impiden llevar ayuda humanitaria a las zonas más afectadas de Sudán. Con las cosechas interrumpidas y sin ingresos ni acceso a alimentos, la hambruna y la desnutrición se han agudizado en el país. En la fotografía, Nada Mohamed, que vive en una antigua granja agrícola junto a otras personas desplazadas en Doka, Gedarif (Sudán). Mohamed perdió a su hijo por malnutrición poco después de llegar a este centro. Este albergue es ahora un hogar temporal para muchas familias que huyeron de Jartum con lo puesto y necesitan asistencia con urgencia para cubrir sus necesidades más básicas.Ala Kheir (© UNHCR/Ala Kheir)
La guerra no ha dado tregua en un año y más de 1,8 millones de personas han cruzado las fronteras hacia los países limítrofes como Sudán del Sur, Chad, República Centroafricana, Etiopía o Egipto. A través del punto fronterizo de Joda, entre Sudán y Sudán del Sur, el pasado mes de noviembre llegaban a diario unos 3.000 refugiados sudaneses y retornados de Sudán del Sur buscando la seguridad. En su mayoría eran mujeres y niños. Ala Kheir
Desde abril de 2023, en el centro de tránsito de Renk (Sudán del Sur), cerca de la frontera con Joda, se encuentran alojados temporalmente los refugiados sudaneses y desplazados internos sursudaneses que van llegando huyendo de la violencia en Sudán. Los servicios allí son muy limitados y los refugiados son trasladados regularmente a espacios más seguros lejos de la frontera. Ala Kheir
El hospital de Renk, en Sudán del Sur, próximo a la frontera con Sudán, no tienen apenas medios. Este es el único centro médico de referencia estatal y tiene que atender a los miles de refugiados sudaneses y retornados de Sudán del Sur que siguen llegando por centenares a diario. Ala Kheir
En noviembre de 2023, Alfadi Faiz y su sobrina se inscriben en el centro de registro de ACNUR donde se les documenta y facilita ayuda humanitaria en la ciudad sursudanesa de Renk. Faiz se vio forzado a huir de Omdurman, junto a Jartum, con su familia numerosa y la de su hermana, de la que ahora se ocupa también. Ala Kheir
La mayoría de los refugiados sudaneses y los sursudaneses que buscaron refugio en su día en Sudán y ahora vuelven a su país, salen desde el puerto de Renk y continúan el viaje río arriba (Nilo Blanco) hacia la ciudad de Malakal, en el interior del país. Este tránsito de 320 kilómetros, que realizan en barcazas con las escasas pertenencias que pudieron llevar consigo en la huida, dura dos días.