La memoria argentina
El Gobierno repatría un avión de los “vuelos de la muerte” como parte de su batalla contra el olvido
El sábado 24 de junio aterrizó en el aeropuerto de Buenos Aires un pequeño avión modelo Skyvan tras 20 de días de vuelo desde Estados Unidos. En 1977, ese mismo aparato llevaba las siglas PA-51 y pertenecía a la Prefectura Naval Argentina. La noche del 14 de diciembre de aquel año, el Skyvan despegó con 12 personas a bordo, además de la tripulación. En la lista estaban las Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, y las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet.
Minutos después del despegue, ...
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El sábado 24 de junio aterrizó en el aeropuerto de Buenos Aires un pequeño avión modelo Skyvan tras 20 de días de vuelo desde Estados Unidos. En 1977, ese mismo aparato llevaba las siglas PA-51 y pertenecía a la Prefectura Naval Argentina. La noche del 14 de diciembre de aquel año, el Skyvan despegó con 12 personas a bordo, además de la tripulación. En la lista estaban las Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, y las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet.
Minutos después del despegue, todos los pasajeros fueron arrojados con vida al mar. Habían sido torturados en los centros clandestinos de la dictadura y aún estaban vivos cuando la compuerta lateral del avión se abrió sobre el océano. Los cuerpos de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo aparecieron en la costa de Santa Teresita, 350 kilómetros al sur de Buenos Aires, y fueron enterrados como NN [nomen nescio en latín, nombre desconocido]. En 2005 se procedió a su identificación. En 2017, la justicia condenó a cadena perpetua a los pilotos de aquel vuelo. El pasado sábado, se cerró definitivamente el círculo con la llegada del Skyvan a Buenos Aires, tras ser descubierto por una investigación periodística en Estados Unidos y repatriado por el Gobierno argentino.
La historia del Skyvan es evidencia de los esfuerzos de Argentina por saldar las deudas con su pasado. El avión de los “vuelos de la muerte” aterrizó en el mismo sitio desde el cual había despegado en 1977 y ahora será exhibido en la ESMA, el mayor centro de torturas de la Marina, reconvertido en espacio de memoria. Pocos países latinoamericanos han hecho tanto por juzgar los delitos de lesa humanidad. Desde 1985 hasta la actualidad, la justicia argentina ha dictado 318 sentencias contra 1.126 personas. Aún hay 16 juicios en proceso.
La lucha contra la impunidad ha sido una de las pocas políticas de Estado que han perdurado en Argentina, sin importar el color del Gobierno de turno. Ha habido altibajos, como el indulto a los jerarcas militares decretado en los noventa por el presidente Carlos Menem, y las leyes del perdón que eximieron de responsabilidad a los cuadros medios. Pero el balance general es de continuidad y justicia. Hay, sin embargo, algunas luces de alarma.
La presentación del Skyvan ante los familiares de las víctimas derivó en un acto de campaña monopolizado por la vicepresidenta, Cristina Kirchner, y Sergio Massa, el ministro que es candidato presidencial para las elecciones de octubre. Crecen además los discursos negacionistas, a caballo de candidatos de extrema derecha. Argentina debe mantenerse en la senda emprendida en 1983, con el regreso a la democracia, sin interferencias políticas. Solo así mantendrá intacta una tradición que es guía para al resto de la región.