_
_
_
_
Estar sin estar
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Se supone

En México se supone que toda acción por combatir, desmantelar o apresar a cualesquier eslabón del asesino mundo del narcotráfico debería apoyarse y celebrarse. La realidad dicta lo contrario

jorge f
Jorge F. Hernández

En la espesa urdimbre de la ignorancia masiva, desinformación continua y plena imbecilidad desatada se apuntalan inferencias, corazonadas y suposiciones con increíble velocidad y contagio; al mismo tiempo, proyectos pensados, planes ponderados e incluso, evaluaciones bien asentadas dependen también de supuestos que parecen infalibles. La fila de resultados es apabullante, desoladora y angustiante.

En México se supone que toda acción por combatir, desmantelar o apresar a cualesquier eslabón del asesino mundo del narcotráfico debería apoyarse y celebrarse. La realidad dicta lo contrario.

En México el hartazgo y la suma creciente de miles de muertos por el asesino mundo del narcotráfico inclinan a suponer la posibilidad de que hubiese coordinación e incluso cooperación con fuerzas norteamericanas mejor equipadas en tecnología y armamento (que, de hecho, así ha ocurrido ya en sinfín de operativos exitosos), amén de las conocidas complicidades transfronterizas del multimillonario negocio. La realidad dicta lo contrario (e incluso se insinúa oficialmente como “traición a la Patria” suponer que la captura o exterminio de algún eslabón del crimen organizado es un escenario donde “el fin justifica los medios”.

En México se supuso hace unos años que la captura de un capo hijo de un máximo capo del narcotráfico ponía en riesgo miles de vidas, el orden municipal y la seguridad entera de la ciudad donde ya había sido apresado el interfecto y por ende y por orden expresa del presidente de la República se liberó al mentado junior delincuente en abono o garantía para una “pacificación funcional”. La realidad ha dictado lo contrario… aunque en otros escenarios se sigue jugando al engañoso juego de espejos: se supone que todo México se cree como verídico el falso video de la inauguración de un tren inexistente, o la grandeza imperial de un aeropuerto supuestamente premiado o la clonación y superación del sistema de salud pública de Dinamarca para todo México o la reciente premiación con Diploma a nombre de la Fundación Nobel (siendo en realidad una farsa orquestada por la oveja negra de la familia noruega) y así un larguísimo etcétera de mentiras, simulaciones, abusos e ilegalidades que se benefician de esta renovada adrenalina de la muerte de los supuestos (fenómeno ya contagiado en todo el mundo).

En Estados Unidos de Norteamérica se supuso como verdaderamente imposible que un payaso ya muy maquillado, con demencia senil ondulante, convicto en más de una treintena de juicios legales, sumados varios desfalcos financieros, confirmado simpatizante nazi, rabioso racista, supremacista, narcisista obsesivo, violador y abusador de mujeres… se supuso que sólo tendría apoyo y filiación entre granjeros crédulos del fenómeno OVNI, memorizadores mas no lectores de la Biblia impresa en China, paladines de las teorías conspiracionales y zombies de las doradas hectáreas de la mazorca amarilla. La realidad dictó lo contrario.

En el mismo fango no es descabellado concluir que las cuadrículas del Partido Demócrata supusieron que la meteórica campaña de una mujer preparada, abogada de sólida carrera como abogada… y se supone que el oleaje femenino garantizaría la apabullante oleada a favor de un histórico cambio de género en la Casa Blanca… y se supuso que la gran mayoría lee o se acerca a la cultura o a la música de Beyoncé y que con sólo sonreír Taylor y se supone que no tendrían que afectar al mundo entero con los supuestos que ahora mismo ya se remojan en la siniestra saliva y negras intenciones de los demonios ya poderosos:

-Se supone que el orate naranja no será capaz de ordenar la deportación masiva de migrantes y la instalación de campos de concentración para su selección.

-Se supone que el demente octogenario no será realmente capaz de bombardear Sinaloa, invadir Venezuela, secuestrar a Maduro, desaparecer Ucrania, lo que queda de la franja de Gaza…Bolivia como masa humeante… volar a la Luna con Elon Musk… seguir tostándose en naranja, toqueteando a Ivanka, denigrando a todas… pagándole a Ivanka y todos los etcéteras posibles, pues se supone que nadie creyó como verídico el bulo de migrantes haitianos comiéndose los perros y gatos de un pueblo otrora anónimo y se supone que nadie votaría realmente por un cripto y no tan cripto admirador de Hitler y nadie podría tomar en serio a un destornillado danzante al ritmo de una rola de Village People, incluso ya vestido como uno de sus miembros como recolector de basura… y una vez más, la realidad dictó lo contrario: por ende, abonemos la paciencia para esta renovada realidad enrevesada donde uno se acerca a una papelería en busca de un cuaderno morado y nos recibe en la puerta un amable joven, presto a la venta de un cuaderno amarillo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_