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Selección mexicana
Columna
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La selección mexicana no convence a nadie a 20 meses del mundial

México, en el futbol, no encuentra el modo de cambiar de piel. Por citar a Gramsci, lo nuevo no acaba de nacer y lo viejo no acaba de morir

Jugadores de la selección mexicana de fútbol, participan en un entrenamiento en Ciudad de México.
Jugadores de la selección mexicana de fútbol, participan en un entrenamiento en Ciudad de México.Sáshenka Gutiérrez (EFE)
Antonio Ortuño

Cuestionada por los aficionados y con una serie de resultados mediocres tras de sí, la selección mexicana de futbol vive horas bajas. El retorno (por tercera ocasión) del Vasco Javier Aguirre a la dirección técnica del equipo, tras los fracasos consecutivos de Diego Cocca y Jaime Lozano, habla de cierta desesperación entre los directivos, lo mismo que los regresos de algunos veteranos que parecían ya descartados de las convocatorias y que, ante la falta de capacidad de sus sucesores para afianzarse, han sido traídos de nueva cuenta a las trincheras. México, en el futbol, no encuentra el modo de cambiar de piel. Por citar a Gramsci, lo nuevo no acaba de nacer y lo viejo no acaba de morir.

El sábado, el Tri apenas si empató 2-2 con el Valencia, un club que ocupa los últimos lugares de la liga española y que, por si fuera poco, no jugó con la mayoría de sus titulares. Aunque México se puso 2-0 en la primera media hora del partido, el rendimiento bajó notoriamente y los valencianos emparejaron el marcador al final. Un rotundo abucheo despidió a los jugadores nacionales al salir del terreno. En el estadio Cuauhtémoc de Puebla, las tribunas lucieron alrededor de tres cuartos de ocupación, a pesar de que se ofrecieron distintas promociones para atraer público, como dar boletos al 2 por 1 a los abonados del club Puebla o incluso canjear un boleto gratis para quien conservara el ticket del anterior juego que México disputó en aquella plaza, hace la friolera de 17 años.

El próximo partido de esta fecha FIFA será el próximo martes, en Guadalajara, ante la selección de Estados Unidos, némesis y “bestia negra” de los verdes en los recientes años. Se aprovechará la ocasión para despedir del combinado nacional al tapatío Andrés Guardado, quien fue seleccionado durante casi dos decenios y asistió a cinco mundiales. Esta vez el boletaje parece estar ya agotado, al menos, pero el amistoso será una nueva prueba para los de Aguirre, quienes rara vez salen bien librados de los duelos contra los vecinos del norte.

Para fortuna de los directivos, responsables últimos de los tumbos que ha dado el equipo en este decenio, México está clasificado automáticamente al mundial de 2026, al ser uno de los tres organizadores. Pero esa ventaja inicial tiene una contraparte y es que las expectativas del rendimiento de un equipo local siempre aumentan. Y el antecedente directo es pésimo: la selección dirigida por el argentino Gerardo Martino, el Tata, no logró pasar la fase de grupos del mundial de Qatar 2022 por primera vez en ocho torneos. Ahora, con un mundial de 48 equipos en el que se clasifican 32, el Tri no puede permitirse fallar otra vez de esa manera.

Y aquí es donde surgen las dudas. En lo que va de 2024, México ha cosechado cuatro victorias, cuatro derrotas y tres empates. Javier Aguirre llegó en julio pasado con la encomienda de enderezar la barca, porque ya nadie confiaba en el Jimmy Lozano, tras su fracaso en la pasada Copa América. Aguirre, quien dirigió a los verdes en los mundiales de 2002 y 2010, y que estaba teniendo buenos resultados con el modesto Mallorca de la Liga española, parecía una decisión segura: un tipo confiable, querido por la afición, con trayectoria. Tiene todos esos méritos, sin duda, pero el sábado, en Puebla, el equipo no rindió y él ya se llevó los primeros cánticos que pedían su dimisión. ¿Podrá, en los 20 meses que faltan para que arranque la copa del mundo, sacar al equipo del limbo de mediocridad, mal juego y desidia en que parece hundido?

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