Por el México más seguro de la historia

En la próxima década, México tiene la oportunidad histórica de convertirse en un país de clases medias, en el camino a eliminar la pobreza de manera definitiva. Estoy convencido de que soy la persona con la capacidad de conducir a buen puerto esta tarea, pues tengo la experiencia y los conocimientos para llevar el timón y hacer la diferencia.

Hoy tenemos todo por delante para aprovechar tal coyuntura y crecer al doble que en las últimas décadas. A nuestras puertas se halla un “bono geopolítico” debido a las tensiones entre Estados Unidos y China, las cuales han llevado a empresas de los cinco continentes a relocalizar operaciones y a reorganizar sus cadenas de suministro y aprovisionamiento de minerales.

Dada nuestra ubicación privilegiada junto al mayor mercado del mundo, nuestra extensa red de tratados de libre comercio, nuestra joven fuerza laboral —con una edad promedio de 29 años— y nuestras finanzas públicas sanas —con una deuda de apenas la mitad del PIB—, somos la nación ideal para atraer esas inversiones y convertirnos en la siguiente potencia de manufactura de alto nivel.

Si bien esto ya ocurría desde que era canciller, cuando trajimos las plantas de Tesla y de BMW, muchas siguen a la espera de desembarcar en nuestro territorio, por lo que necesitamos generar las condiciones para su llegada; por ejemplo, con la construcción de 25 nuevos parques industriales.

Aunado a ello, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha desplegado la mayor inversión social de la historia, con unos 40.000 millones de dólares al año en programas sociales. Esto ha permitido que millones de jóvenes de todos los niveles educativos permanezcan en las aulas y becados; además, les asegura un espacio en el mercado laboral mediante un programa nacional de capacitación en su primer empleo. Así, la escolaridad promedio llegará a los 10 años cursados, si bien queda mucho por hacer para alcanzar la meta de 12 años.

No obstante, para aprovechar esta oportunidad será necesario enfrentar el flagelo de la violencia. Durante mis recorridos, he tenido el enorme privilegio de escuchar y conocer de primera mano las preocupaciones de la población mexicana: pese a los grandes avances en la materia, la intranquilidad sigue a la cabeza.

La lucha emprendida por el presidente López Obrador contra la corrupción y la impunidad ha dado resultados tangibles. De la mano de esto, su mayor aportación a la tranquilidad de los mexicanos ha sido la creación de la Guardia Nacional. Nunca antes en la historia habíamos tenido un cuerpo de ese alcance y magnitud, consagrado a darle paz a los mexicanos, que en 2024 contará con casi 200.000 elementos desplegados a lo largo y ancho de nuestras fronteras.

Para continuar con el legado de la Cuarta Transformación será preciso construir sobre lo avanzado. Por lo tanto, mi anhelo es que el próximo Gobierno complemente el despliegue de esa fuerza policiaca con el uso intensivo de tecnologías innovadoras para combatir el crimen.

Con ese objetivo diseñé el Plan Ángel —acrónimo de Avanzadas Normas de GEoLocalización y seguridad—, que le brindará a la Guardia Nacional, a las policías estatales y a las fiscalías y ministerios públicos del país entero las herramientas más avanzadas de inteligencia artificial para fortalecer su capacidad de prevención e investigación del delito. Los datos que proveerán las cámaras de identificación biométrica, los detectores de armas y vehículos, los sensores que identifican disparos de armas y los drones serán procesados de inmediato por la IA, de modo que las fuerzas de seguridad resultarán más eficientes y expeditas.

Desde luego, el Plan Ángel es un pilar de una estrategia integral de seguridad. A la par, la próxima administración deberá avanzar en una reforma integral del Poder Judicial y dotar a las fiscalías estatales y a la federal de los instrumentos necesarios para mejorar su capacidad de investigar el delito, además de brindar atención integral a reclusorios e implementar programas de reinserción social para mermar las filas del crimen organizado.

No hay nada improvisado en este planteamiento. Desde que fui jefe de la Policía de la Ciudad de México, durante la administración del ahora presidente de México, y luego como jefe de Gobierno, juntos logramos que entre 2002 y 2012 disminuyeran los delitos de alto impacto de modo sustancial. Con base en un amplio despliegue territorial de la policía, la reducción de la impunidad y el uso intensivo de tecnología, acompañados de programas novedosos de ayuda social, brindamos a los capitalinos años de tranquilidad y seguridad en medio de la ola de violencia que se vivía a escala nacional.

Coincido con el presidente en que la seguridad y la tranquilidad son fruto de la justicia. Estoy convencido de que tengo la experiencia y el conocimiento para enfrentar el enorme desafío de la inseguridad. Así lo conseguí en la Ciudad de México, donde cumplí con creces, y por eso sé de lo que hablo cuando afirmo que, con el Plan Ángel, México disfrutará la etapa más segura de su historia.

Marcelo Ebrard es candidato a coordinar los comités de defensa de la Cuarta Transformación del Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Fue jefe de Gobierno del Distrito Federal (2006-2012) y secretario de Relaciones Exteriores (2018-2023).