Diez mujeres le hablan a la primera presidenta de México
La llegada de la nueva presidenta es una victoria en sí misma para el movimiento feminista y representa el avance de las mujeres en la participación política del país. Pese a todo, Sheinbaum hereda un país profundamente machista y violento
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Claudia Sheinbaum ha hecho historia como la primera presidenta de México. La candidata de Morena, el partido oficialista del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha ganado por una amplia mayoría frente a su rival, Xóchitl Gálvez, de la coalición conservadora del PRI- PAN y PRD. La llegada de la nueva presidenta es una victoria en sí misma para el movimiento feminista y representa el avance de las mujeres en la participación política del país. Pese a todo, la nueva presidenta hereda un país profundamente machista y violento, donde cada día son asesinadas entre 10 y 11 mujeres.
Sin duda, las violencias que enfrentan a diario las mexicanas son constantes. A esa violencia se suman la pobreza y la falta de acceso a la Educación y la Salud. En 2021, por ejemplo, ocurrieron 147.279 nacimientos en adolescentes de 15 a 19 años y 3.019 en niñas menores de 15 años. La segregación y el olvido histórico que viven millones de mujeres y niñas indígenas suele quedar también en segundo plano en una sociedad construida mayoritariamente por y para los hombres. Se estima que siete de cada 10 mujeres en el país viven en la pobreza, según datos del Consejo Nacional de Evaluación Política de Desarrollo Social (Coneval) y pese a estar prohibido, Unicef alertó el año pasado de que nueve de cada 10 niñas y adolescentes que se casan antes de los 18 años lo hacen con hombres de 18 años o más.
“No llego sola, llegamos todas”, ha dicho Sheinbaum al anunciar su victoria que genera una gran expectación entre las mujeres. Estos son los mensajes que 10 mexicanas le mandan a través de Americanas:
Paola Zavala, abogada y directora de la organización Ocupa
Presidenta, ¡Por fin una mujer! Llegas a gobernar como resultado de una larga lucha que las mexicanas hemos dado por compartir el poder de manera paritaria. ¿Te das cuenta de la enorme oportunidad y el reto histórico que tienes? No se trata de quitar a los hombres de su silla para ahora sentarnos nosotras, sino de gobernar con perspectiva de género. Replantearlo todo: la paz, la seguridad, la salud, los cuidados, la ecología, la economía, las relaciones con otros países, la educción, el arte y la cultura. Deseo, de corazón, que sepas representar nuestro sueño de una nueva sociedad que nos incluya plenamente.
Lorena Villavicencio, exdiputada de Morena y parte de la campaña de Claudia Sheinbaum
Yo le pido a la próxima Presidenta de México que ponga en el centro de su programa de Gobierno a las mujeres y las niñas. Queremos un país que erradique las violencias contra nosotras, las cuales nos impiden ejercer nuestros derechos y nos arrebata la vida como el feminicidio. Pero también necesitamos lograr plena autonomía en nuestras vidas. Para ello es indispensable alcanzar un Sistema Nacional de Cuidados que proteja y cuide a la infancia, discapacitados, adultos mayores y libere del tiempo a las mujeres para capacitarse y acceder a mejores empleos y salarios dignos donde desarrollen sus proyectos de vida. Pero también necesitamos que se garantice el acceso al Sistema de Salud y Seguridad Social a todas las jefas de familia y cuidadoras de este país, para que gocen de prestaciones económicas, laborales y sociales.
El mal llamado empleo informal debe transitar hacia la formalidad para romper el círculo de la pobreza y desigualdad de las mujeres, o bien, eliminar esa idea de que solo puedes acceder al sistema de salud y seguridad social a través de un contrato laboral. El Estado de Bienestar está fincado en cuatro pilares: educación, salud, seguridad social y cuidados. Mucho hay que hacer para alcanzar la plena igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres. Hoy tenemos la gran oportunidad con una mujer al frente de la Presidencia de romper con esas visiones machistas y misóginas y construir el paradigma de la igualdad que nos libere de estereotipos que retuerzan relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres.
Marcela de Jesús Natalia, periodista desplazada e indígena ñomndaa
Presidenta, las mujeres indígenas queremos ser representadas en el futuro próximo por una auténtica mujer indígena. La felicito por ser nuestra primera presidenta, pero las mujeres indígenas seguimos en el rezago de la política. Ojalá tome en cuenta a las mujeres periodistas indígenas, quienes corremos el riesgo que todos los días por querer garantizar a nuestra raza el derecho a estar informados. Este país necesita un medio con impacto nacional que nos dé un espacio de informar en nuestro propio idioma.
Martha Hernández, promotora cultural y dueña de la librería U-tópicas
¡Qué alegría! Presidenta, contigo llegamos todas si concibes el poder para transformar la realidad y gobernar con justicia y equidad. Tienes la oportunidad histórica de desmontar el enfoque patriarcal de las políticas públicas. Ante cada decisión relevante pregúntate en qué afecta, beneficia o impacta a las mujeres, a la equidad, a la igualdad sustantiva. Usa todo tu poder en favor de las mujeres, primero las pobres, primero las excluidas, primero las violentadas, pero en favor de todas. Confiamos en que tus iniciativas y las consultas populares a las que convoques tengan perspectiva de género. Si nos cumples, podrás llamarnos siempre y tener más fuerza. Si empoderas a las mujeres mexicanas, nosotras te empoderaremos a ti.
Alma Delia Murillo, escritora
Pienso en una presidenta de México que no niegue los feminicidios, que se indigne, que le duela, que se pronuncie para que los violentadores dejen de pensar que matar mujeres está permitido. Después todo, la presidenta y cada mujer en este país, compartimos un mismo territorio: habitamos un cuerpo femenino. Ella sabe, nosotras sabemos toda la violencia que se recibe por ello.
Delia Quiroa, buscadora de personas desaparecidas y fundadora del Colectivo 10 de marzo en Tamaulipas
Presidenta, tiene que saldar la deuda histórica con las personas desaparecidas y sus familias. Se tienen que identificar todos los restos que hemos recuperado os colectivos de búsqueda. Se tiene que reconocer esa lucha para repararnos el daño públicamente con esa acción. Nosotros votamos por nuestros desaparecidos en la boleta porque no hay un solo partido que valga la pena, toda la clase política de México nada más piensan en ellos para controlar la paz, la seguridad, los presupuestos. Se enriquecen, se van a vivir a otros países y dejan la miseria aquí. Le vamos a dar un tiempo de gracia, presidenta, pero después de un año, si no vemos acciones concretas, empezaremos a promover acciones internacionales porque la desaparición forzada en forma sistémica y generalizada es un crimen de lesa humanidad. Lo que hicieron con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas es una desaparición forzada administrativa masiva. Es un exterminio masivo de personas desaparecidas. Ojalá, presidenta, realice acciones concretas para encontrar a nuestras familias y que se implementen mecanismos de prevención. Sin embargo, no hay un grupo inmediato de búsqueda, no hay manera de que las autoridades busquen inmediatamente; solo lo hacen si se cierran avenidas o se hace viral en redes. Esto no puede ser. Debe ser una obligación del Estado buscar a los desaparecidos y dar un trato digno a las familias.
Sabina Berman, escritora y presentadora de televisión
Claudia Sheinbaum no llega sola a presidir al país. Llega con nuestras abuelas, madres, hijas y nietas. Así lo ha dicho ella misma. Le pido que no se le olvide eso ni un solo día. Que use su poder para que las violencias contra las mujeres desaparezcan. Los micromachismos, la discriminación, la violación, el feminicidio. Es un momento de enorme oportunidad. La mayoría del país desea esa desaparición. Las mujeres y los hombres que aman a las mujeres. Pero si Claudia emprende de verdad una cruzada grande y poderosa para lograrlo, y no una marginal y discreta, se topará con resistencias formidables. En esa hazaña debe saber que ella tampoco estará sola ni un solo día. Estaremos con ella. Acción por acción. Codo a codo.
Marcela Turati, periodista y escritora con enfoque en la cobertura de Derechos Humanos
Presidenta, busque otros modelos para cambiar la política de seguridad, que no sea dando más poder a los militares. Deseo que realmente se ocupe de cuidar a la gente, detener el sufrimiento que viven millones de personas que están en el desamparo, evitar las desapariciones de personas (y encontrar a quienes faltan), los asesinatos, los feminicidios, las extorsiones, el desplazamiento forzado, los asesinatos de periodistas, y tanta violencia. Esa debe ser su primera misión. En otros países que han pasado por periodos violentísimos se han encontrado soluciones para lograr la paz, y para alcanzar una agenda de verdad, de justicia, y reparación. Que realmente piense en las víctimas de las distintas violencias y no intente tapar esas violencias. Eso se logra, también haciendo que la justicia sirva y cese la impunidad. Y poniendo obstáculos reales al avance de la narcopolítica.
Socorro Venegas, escritora y editora
Necesitamos una política integral de formación de lectores, que vincule al sector educativo con el cultural (esta falta de coordinación entre dos sectores estratégicos ha derivado muchas veces en contradicciones y esfuerzos estériles); una política pública que ponga en valor los 68 idiomas que se hablan en el territorio nacional, que incluya autoras y que apueste por la lectura libre, recreativa, gozosa, en cualquier soporte. Hoy todavía no se suele considerar que un libro electrónico existe en la misma medida que uno en papel, y así es como a veces las encuestas de lectura desestiman lo que se lee en las pantallas, y lo mismo ocurre con los audiolibros. Nos urge que se forme a mediadores de lectura (profesores, bibliotecarios, libreros, padres de familia, voluntarios), que puedan trasladar el entusiasmo por la conversación a las personas, porque eso es al fin y al cabo lo que hacemos cuando compartimos lo que leemos: encontrar los mínimos comunes, tender puentes, cultivar el sentido de lo social.
México tiene una de las redes de bibliotecas públicas más grandes de América Latina, esos son potenciales centros para la difusión de una cultura de paz, espacios seguros en un país con los desafíos que conocemos, por eso hay que invertir en dotarlos de acervos ricos, potentes, pertinentes, de acceso libre y gratuito: pueden ser la tabla de salvación de personas de cualquier edad. ¿Y por qué y para qué hacer todo esto? Para “No resbalar sobre las cosas, leerlas”, dice la escritora Graciela Montes. Solo así podemos aspirar a cambiar nuestras realidades.
Mayo Meza Trejo, directora del Centro de Desarrollo Indígena Loyola, en Guanajuato
Hola, agradezco que puedas leer con atención estas líneas. Comienzo nombrando que el lugar que ocupas se sostiene por un pueblo que tiene esperanza. Me gustaría pedirte que durante los siguientes seis años no nos dejes de mirar, que esté presente en tu día a día el reconocimiento del otro y de la otra. Existe mucha desconfianza en la estructura del Estado, de los partidos y de la administración pública porque nos duele lo que vivimos, porque nos han desaparecido a nuestros familiares, por la violencia contra las mujeres, por la anulación a las niñas y niños, por no nombrar a las mujeres lesbianas y bisexuales, por la negación histórica de los pueblos originarios. Lo que atravesamos como país no amerita menos que un ejercicio del poder de una forma ética y responsable, sin perpetuar y reproducir las asimetrías del poder que favorece a unos pocos y sostiene las desigualdades, la violencia y la impunidad. Es necesario que tu papel al gobernar sume y no obstaculice los otros mundos que desde ya estamos construyendo desde abajo, desde el amor, la ternura y desde la digna rabia como sujetas históricas que somos. Nunca más un México sin nosotras, nunca más un México sin los pueblos originarios, sin las personas jornaleras agrícolas, nunca más un México sin las juventudes, las niñas y los niños.
Marion Reimers, periodista deportiva
¡Finalmente, una presidenta! ¡Qué alegría!, dirían por muchos rincones, y lo es porque en términos de representación y de la imagen que puede significar para tantas niñas, tantos niños, tantas jóvenes, tantos jóvenes y para la ciudadanía mexicana -y lo que México proyecta al exterior- sin duda es una imagen importantísima. Pero ¿qué sucede al interior? ¿Seremos farol de la calle pero oscuridad de nuestra casa? Espero que la presidenta ilumine un poco más el interior de nuestro país y eso lo podrá hacer en tanto y en cuanto su Gobierno y su proyecto de nación estén atravesados por la perspectiva de género. Porque el ser mujer no significa empatizar necesariamente con las necesidades de las mujeres en su gran interseccionalidad y su gran mayoría.
Porque ser mujer también a veces significa tener que pactar con el patriarcado para poder sobrevivir y estando en el cargo más importante del país, espero, deseo y añoro que la presidenta pueda pactar con aquellos que ven un México más igualitario y en el cual el combate hacia la discriminación se entienda como un combate cimentado en la lucha contra la desigualdad, misma que comienza con reconocer los derechos y las oportunidades de todas las personas empezando por las mujeres.
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