_
_
_
_

Las candidatas encaran el final de campaña redoblando su artillería: Gálvez salta en el ring y Sheinbaum muestra la cocina de su casa

El último debate electoral ha tenido un efecto volcánico. La aspirante opositora se está dando un baño de alegría renovada por territorios del norte, mientras la oficialista juega la baza de su vida personal. El final se acerca

Claudia Sheinbaum en la cocina de su casa.
Claudia Sheinbaum en la cocina de su casa.Prensa CS
Carmen Morán Breña

La influencia de los debates electorales sobre el voto de la ciudadanía es algo incierto, pero el oleaje que levantan se siente con claridad en las campañas electorales. Si el primero que se celebró para las presidenciales dejó un sabor amargo y días plomizos en los cuarteles del bloque opositor, este segundo ha tenido un efecto volcánico. La candidata Xóchitl Gálvez se está dando un baño de alegría renovada por territorios del norte, donde dice estar llevando “un mensaje de verdad y esperanza” con una dialéctica algo menos navideña: “Todavía andas buscando los dientes”, le espetó a su contrincante, Claudia Sheinbaum. Opinan en Fuerza y Corazón por México que la morenista perdió aquel debate por KO. La alianza, los azules, rojos y amarillos, andan estos días saltando en los escenarios mitineros como Teletubbies. “Esto es imparable”, dice Alito Moreno, líder del PRI. “Esto nadie lo para”, le hace eco su colega del PAN, Marko Cortés. Ocurre en los dos lados del ring. La candidata Sheinbaum ha abierto las puertas de su casa hasta la cocina, donde muestra el café que se hace por la mañana, “chiapaneco”. Gálvez le acusó de tener cuatro casas y una familia con dinero en paraísos fiscales. La que muestra en el video parece solo una vivienda de clase media sin alardes. Ambas han sacado la artillería de fin de campaña, una en tono monocorde y la otra, en dodecafónico, como corresponde a sus personalidades. Hasta el siguiente debate, pasado el ecuador de mayo.

Vídeo: Prensa SC

¿Qué más nos tocará ver? Se ríe al teléfono Javier Santiago Castillo, analista político y profesor de la UAM Iztapalapa: “Creemos que lo hemos visto todo, pero siempre hay novedad en las campañas y el histrionismo político. Los debates no le dicen mucho al ciudadano común, solo calientan la cabeza a los partidarios y los opinólogos, los deja febriles y animosos, pero hay en ello poca objetividad”, afirma. “Es el síndrome del candidato, todos creen que van a ganar y eso les hace construir estrategias deficientes y centrarse solo en el ataque, con argumentos que en muchos casos son falsedades evidentes que ameritarían una causa penal”.

Por más que brinquen en los escenarios o nos muestren la cafetera y el microondas, viene a decir Santiago Castillo, “todo es retórica de campaña, pero el mensaje es pobre, unos hablan de continuidad [Sheinbaum] y otros de que no retirarán las ayudas sociales [Gálvez] y poco más, pero de dónde van a sacar el dinero para construir 18.000 kilómetros de vías férreas, de dónde para condonar impuestos a todo aquel que ingrese menos de 15.000 pesos”, se pregunta. El analista echa en falta una política más seria y, entre bromas, sugiere que despidan a los consultores que cobran tanto dinero. “No han construido algo esencial, el eslogan de campaña, como hizo López Obrador con aquel “Por el bien de todos, primero los pobres”, donde se condensaban las aspiraciones de millones de mexicanos, porque del presidente se podrán decir muchas cosas, pero tiene habilidad comunicativa. O el “Pan y paz” de los rusos, o el “sufragio efectivo, no reelección” mexicano, o incluso la “libertad, igualdad y fraternidad” de los franceses.

México, más que un país, es un continente diverso y desigual, lo que añade complejidad a un lema de campaña que reúna las inquietudes de norte a sur. Pero seguramente los inventos con que Gálvez zahiere a Sheinbaum, “la candidata de las mentiras” o la “mujer de hielo”, no se van a situar entre los grandes hallazgos mundiales de una campaña electoral. Tampoco “la corrupta” que usa Sheinbaum para responder. En plena euforia porque el debate no fue tan mal, estos días insistía la panista en que había dejado a su adversaria “en la lona”. Pero eso no será suficiente, por más que Sheinbaum se vea obligada a abrir su casa y mostrar las fotos de los suyos, o a tocar la guitarra para todos ustedes, algo que debe costarle su trabajo a una mujer de gestos austeros, el precio de la campaña.

Xóchitl Gálvez muestra una botella con presunta agua contaminada de la alcaldía Benito Juárez durante su participación en el segundo debate presidencial.
Xóchitl Gálvez muestra una botella supuestamente llena de agua contaminada, durante el segundo debate presidencial.INE

El camino electoral se mueve estos días con la inercia del debate, cuya fuerza quizá no alcance al siguiente, que se celebrará el 19 de mayo, pero da para entretenerse un tiempo en esta larga carrera hasta las urnas. Mientras Gálvez se jalea a sí misma en los mítines –”presidenta, presidenta”, gritaba ella sola en Sinaloa- los electores confían ya en que Sheinbaum, quizá en días venideros, enseñe alguna estancia más de su casa. Las encuestas del bloque opositor, el Massive Caller, dan ya el siguiente resultado: Gálvez, 38,9; Sheinbaum, 38,7. Quizá estén midiendo el nivel de improperios. En México, los políticos acostumbran a darse por victoriosos al cierre de las urnas, aunque solo unos minutos después los resultados indiquen todo lo contrario. Se animan hasta el final, pero final solo hay uno y está por llegar. Lo que sí parece cierto es que el próximo debate dejará un nuevo oleaje para tener entretenido a México hasta el día 2 de junio.

Suscríbase a la newsletter de EL PAÍS México y al canal de WhatsApp electoral y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_