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Sheinbaum devolverá vuelos a las aerolíneas estadounidenses en el AICM para salvar al AIFA

Tras el veto que EE UU hizo al proyecto aéreo de López Obrador, el Gobierno federal redistribuirá las operaciones en el aeropuerto capitalino para atajar la crisis binacional

Karina Suárez

Washington se ha anotado un tanto frente a México en la batalla por los cielos. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha afirmado este lunes que se redistribuirán los vuelos en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM) para darle más vuelos a las aerolíneas estadounidenses, los cuales habían sido suprimidos en 2022. La decisión de la Administración de Sheinbaum tiene lugar después de que el gobierno de Donald Trump cancelara 13 rutas aéreas mexicanas a EE UU en represalia por la política aérea de México. “Se hizo una distribución de los slots (horarios de aterrizaje y despegue) en donde aerolíneas mexicanas ceden sus slots a las aerolíneas estadounidenses, en un marco de competitividad”, dijo. Sheinbaum ha anunciado, además, que el próximo año entrará en operación un sistema digital en el AICM para que exista suficiente competencia y distribución de todas las aerolíneas.

Sheinbaum llegó a un acuerdo con las aerolíneas mexicanas para que cedieran sus horarios a sus competidores estadounidenses. El convenio pactado a puertas cerradas entre la mandataria y las principales empresas aéreas en México —Aeroméxico, Volaris y VivaAerobus— busca zanjar la crisis abierta por EE UU desde mediados de año frente a las supuestas violaciones de México al acuerdo aéreo binacional, signado en 2015. Washington acusó a su vecino país del sur de que la política aérea impulsada en 2022, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ha perjudicado seriamente a las aerolíneas estadounidenses. Ese año, López Obrador redujo las operaciones en el AICM y prohibió los vuelos de carga en esa terminal esgrimiendo razones de seguridad aérea y la necesidad de descongestionar el AICM, un aeródromo que recibe más de 40 millones de pasajeros al año. Sin embargo, para los especialistas del sector, la orden de López Obrador también buscaba redirigir una parte de los vuelos al entonces recién estrenado Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA), su proyecto emblema en materia de aviación.

Tres años después, Trump reclamó a México por la reducción de slots en el AICM y, en represalia, canceló 13 rutas de aerolíneas mexicanas en operación o en vías de despegar hacia EE UU, a fines del mes pasado. De un día fueron cancelados los vuelos para ciudades como Miami, Los Ángeles, Nueva York, Houston, entre otras ciudades. Además, Washington congeló cualquier expansión de servicios de las aerolíneas mexicanas entre Estados Unidos y el AICM. El asunto no es menor, el mercado estadounidense absorbe alrededor del 70% de los turistas internacionales que viajan hacia o desde México. En vísperas de la temporada vacacional de diciembre y la próxima celebración del Mundial en México, la medida encendió las alarmas de las aerolíneas del país y de los aeropuertos del centro del país, en específico, del AIFA, que a tres años de su inauguración opera a la tercera parte de su capacidad, con una atención de 6,3 millones de pasajeros por año.

El Departamento de Transporte de EE UU fijó su postura desde el inicio: reconsideraría el veto a los vuelos mexicanos si México, a su vez, daba marca atrás a su política aeronáutica y devolvía los slots a sus aerolíneas. La posición de Washington puso al gobierno federal en la disyuntiva de mantener la estrategia aérea impulsada por López Obrador, pese a los costes económicos para las aerolíneas y las terminales aéreas, o ceder frente a la presión de EE UU. El gobierno de México ha buscado una tercera vía para dar atajar el conflicto a través de la redistribución de los 44 slots promedio por hora que maneja el AICM, una resolución en la que tendrán que ceder espacios las aerolíneas mexicanas.

No obstante, con esta medida, el gobierno de México busca que la Administración estadounidense vuelva a permitir la apertura de nuevas rutas desde el AIFA y el AICM hacia EE UU. Sheinbaum ha asegurado este lunes en Palacio Nacional que en las reuniones en Washington se les hizo hincapié en que la intención es impulsar los dos aeropuertos, tanto al AICM como al AIFA, y que para ello también se necesita el apoyo de las aerolíneas de EE UU. “Van a seguir las pláticas durante varias semanas en el entendido de que podamos llegar a un acuerdo”, agregó la presidenta.

Rogelio Rodríguez, experto en Derecho aeronáutico por la UNAM, señala que la presidenta de México hizo una maniobra quirúrgica con otras aerolíneas para cumplir con el acuerdo aéreo signado entre los dos países en 2015 y devolverle a EE UU los vuelos que demandaban sin ampliar las operaciones del congestionado AICM. Una táctica que busca abrir la puerta para que el Departamento de Tesoro quite el veto que tiene sobre el AIFA y sus vuelos con destino a Austin, Nueva York, Chicago, Dallas, Los Ángeles, entre otras, vuelvan a tomar altura. “En este conflicto lo que pesó enormemente fue el veto al AIFA, con los vuelos a Estados Unidos cualquier terminal tiene viabilidad económica, el mercado norteamericano es la salvación para la aviación mexicana”, refiere.

En menos de un mes, el gobierno de México cabildeó a marchas forzadas con las aerolíneas banderas del país para devolverle espacios a EE UU. El experto de la UNAM anticipa que la concesión de slots a favor de las aerolíneas aéreas meterá el conflicto con EE UU en una congeladora, pero el tema seguirá latente. Tras el anuncio de Sheinbaum, resta esperar si la devolución de slots resulta suficiente para Washington y se decanta por quitar el veto al AIFA, la terminal aérea insigne de las administraciones morenistas.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es periodista de EL PAÍS en México. Cubre temas de economía. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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