El miedo vuelve a los cultivos de limón en Michoacán: los productores paran tras el asesinato del empresario José Luis Aguiñaga
Los empacadores del fruto en Buenavista han suspendido labores para exigir al Estado más seguridad ante el acecho del crimen organizado en sus sembradíos
La muerte a balazos del empresario limonero José Luis Aguiñaga ha sacudido la región de Tierra Caliente, en Michoacán. Aguiñaga —uno de los principales productores del Estado— fue asesinado a tiros al interior de su rancho Los Dos Potrillos, en el municipio de Buenavista, este jueves. De acuerdo con información preliminar sobre el caso, la víctima fue agredida por un par de personas en una motocicleta, recibiendo múltiples disparos, que le ocasionaron la muerte. Las primeras pesquisas apuntan al Cártel de Los Viagras, un grupo criminal que desde hace años opera en la zona, controlando el trasiego de drogas y el cobro de extorsiones a productores y empresarios. De acuerdo con el diario El Universal, un familiar, que optó por no revelar su nombre, aseguró que la víctima fue acosada en los días previos a su muerte por integrantes de esta organización para que les pagara, al menos, un millón de pesos. La Fiscalía de Michoacán se ha limitado, escuetamente, a informar que una carpeta de investigación ha sido abierta y está en curso.
Aunque ni la Fiscalía ni el gobernador del Estado, Alfredo Ramírez Bedolla, han dado más detalles sobre el asesinato, el impacto ya se ha hecho sentir en este poblado de poco más de 45.000 habitantes. El ataque contra el empresario ha paralizado a la localidad de Buenavista, principal zona productora de limón en Michoacán. El homicidio, relacionado con amenazas de cobro de piso, ha generado temor y una súbita parálisis de su principal actividad agrícola: los empresarios limoneros han decidido cerrar todos sus empaques hasta que el Gobierno no garantice su seguridad. Empresarios consultados por este diario aseguraron que la situación de inseguridad impera a pesar de los supuestos operativos que tanto la Guardia Nacional como la policía del Estado realizan en la zona.
Debido a sus cuantiosas ganancias, el limón, al igual que el aguacate, se han convertido en un fruto codiciado por los grupos criminales de la zona, desde Los Viagras hasta el Cártel Jalisco Nueva Generación. En agosto pasado, al menos 15 empacadoras de los municipios de Buenavista y Apatzingán suspendieron labores ante el aumento de cuotas por parte del crimen organizado. Los limoneros acusaron, en ese entonces, múltiples amenazas de distintas células criminales. Un año antes, en agosto de 2023, el Gobierno de Michoacán presentó una denuncia penal por el delito de amenazas y extorsión hacia productores de limón en el municipio aledaño de Apatzingán.
A pesar de la gravedad del panorama, los productores acusan que sigue imperando la falta de un Estado de Derecho sólido y garantías de seguridad tanto por parte del Gobierno estatal como federal, lo que agudiza la incertidumbre en la zona. Las cuantiosas extorsiones y la suspensión de labores impactan a la producción local y nacional de limones, que a su vez, afecta en los precios del limón a nivel nacional, debido a la reducción de la oferta. El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció, en agosto pasado, un alza en el precio del limón por las extorsiones del crimen organizado hacia los productores de Michoacán, aunque indicó que el aumento sería “transitorio” y que se estaban tomando cartas en el asunto, con la intervención del Ejército y la Guardia Nacional. En estos momentos, el kilo de limón se cotiza entre los 22 y 26 pesos, en los mercados de abastos del país.
Con 67.00 hectáreas dedicadas al cultivo y más de 3.000 productores, Michoacán es el principal productor de limón en México. Al primer semestre del año registró más de 398.000 toneladas de producción, según datos oficiales. Del total, Buenavista fue el municipio líder, aportando unas 120.000 toneladas. En 2023, el Estado produjo más de 953.000 toneladas, con un valor de la producción por encima de los 11.743 millones de pesos.
La violencia e inseguridad ha campado a sus anchas en las tierras y cultivos de limón y aguacate en Michoacán, desde hace años. En junio pasado, la inseguridad en la localidad de Aranza, Michoacán, obligó a EE UU a cerrar las puertas del aguacate michoacano, tras un incidente con algunos de sus inspectores estadounidenses que laboran en el Estado, verificando la calidad del aguacate. Aunque las exportaciones del llamado oro verde mexicano se reactivaron a los días de este incidente binacional, no es la primera vez que Estados Unidos frena el intercambio comercial ante las amenazas del crimen organizado.
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