Ir al contenido
_
_
_
_

La violencia cotidiana en Ciudad Universitaria: casi 400 delitos en un año dentro del mayor campus del país

El corazón de la UNAM concentra una alta cantidad de denuncias, desde narcomenudeo hasta abuso sexual

Asaltos, robos, venta de drogas, abuso y acoso sexual. Son parte de los 392 delitos registrados durante 2024 en Ciudad Universitaria, la sede principal de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), un espacio que combina parques, espacios abiertos, facultades, museos, estadios, institutos de investigación y una comunidad de más de 300.000 estudiantes. La política de puertas abiertas, uno de los pilares históricos de la institución, convive con problemas viejos que se hacen cada vez más visibles.

Solo hace falta una breve caminata para notarlo. Frente a la Facultad de Filosofía y Letras, en el corazón de Ciudad Universitaria, la venta de droga ocurre a plena luz del día, entre puestos de comida y las explanadas donde conviven miles de jóvenes. Las paredes de la escuela están cubiertas de denuncias de acoso y violencia sexual. Hay papeles pegados con denuncias anónimas, pintas y carteles colocados por colectivos feministas que han documentado agresiones dentro de las instalaciones. Los baños son, desde hace años, uno de los puntos rojos del campus. Tras múltiples protestas, las alumnas consiguieron que se instalaran botones de emergencia. La medida es insuficiente para muchas. Estefany, estudiante de Contaduría de 19 años, fue víctima de tocamientos dentro de un salón vacío, hace ocho meses. “Cuando eres víctima dentro de tu escuela, ya no te sientes segura en ningún lado”, lamenta.

La UNAM, con más de un siglo de historia y la mayor universidad de América Latina, aprobó hace apenas cinco años una reforma a su estatuto para incorporar la violencia de género como una infracción grave. Pero en facultades como Ciencias Políticas, las alumnas aseguran que la norma rara vez se traduce en expulsiones. “Los agresores pueden seguir en clase contigo. Siguen en los pasillos y en las clases como si nada, en muchos casos solo los cambian de grupo”, denuncia una estudiante que forma parte de un colectivo feminista dentro de la facultad.

La percepción de inseguridad atraviesa la vida universitaria. “Vamos siempre en grupo al metro, o a donde sea, porque sabemos que hay asaltos y otras cosas. Nunca sabes qué te puedes encontrar”, explica Tania Antonio, alumna de Arquitectura. Casi la mitad de los delitos registrados en 2024 son robos. Las zonas más concurridas por la comunidad son espacios como Las Islas o los caminos hacia las estaciones del metro de Universidad y Copilco, que de noche quedan prácticamente desiertas.

A esto se suma la desconfianza hacia los cuerpos de seguridad del propio campus, los llamados vigilantes o seguridad UNAM. “Están coludidos y todos lo sabemos. No están aquí para protegernos ni mucho menos”, afirma otra estudiante de Arquitectura. Las acusaciones no son nuevas, pero se han intensificado tras casos recientes que han involucrado directamente a funcionarios de seguridad.

Los casos que marcaron a la UNAM

A principios de noviembre, Rodrigo Mondragón, un aficionado del Cruz Azul, murió tras ser golpeado en el estacionamiento del Estadio Olímpico Universitario, presuntamente a manos de trabajadores de la seguridad de la UNAM. El caso destapó la existencia de un grupo de choque —conocidos como porros—, al interior de Protección Civil de esta casa de estudios, que han hecho de la extorsión y sus actos violentos un sello distintivo en CU, de acuerdo con denuncias obtenidas por EL PAÍS. No es el único episodio grave que ha tocado al campus. En 2017, el feminicidio de Lesvy Berlín Osorio sacudió a la universidad, cuando su cuerpo fue hallado en una caseta telefónica dentro de CU.

En casos más recientes, el pasado septiembre, Lex Ashton asesinó a un compañero e hirió a un trabajador en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur, un plantel conectado a CU por el jardín botánico. El ataque ocasionó protestas estudiantiles y a más de dos meses, algunos planteles continúan en paro o clases en línea, mientras esperan que se cumpla una serie de exigencias como torniquetes en las entradas, cámaras de seguridad, iluminación y un protocolo claro para emergencias. En ese mismo plantel, una alumna denunció este año un intento de violación dentro de los baños, una investigación que los alumnos han empujado para que avance.

La Universidad ha insistido en que trabaja para fortalecer la seguridad y la atención de casos de violencia de género. Cada facultad cuenta ahora con una unidad en la materia, y se han creado rutas de acompañamiento y asesoría legal. Pero para los colectivos que dan seguimiento a estas denuncias, hay una capacidad limitada para responder al volumen de denuncias.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Verónica M. Garrido
Periodista de EL PAÍS México. Antes estuvo en la sección de Ciencia, Salud y Tecnología. Graduada en Comunicación Social por la UAM-Xochimilco y Máster de Periodismo UAM-El País. Escribe ocasionalmente sobre deportes y en los tiempos libres disfruta haciendo fotografías.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_