Roberta Jacobson: “Tratar con Trump sería más duro para Sheinbaum de lo que fue para López Obrador”
La diplomática, exembajadora en México con Obama y Trump, teme que el carácter errático y bravucón del magnate republicano pueda afectar a la relación bilateral en caso de ganar. Cree que con Harris habría más sintonía, pese a las diferencias
Roberta Jacobson ha trabajado con Donald Trump y con Joe Biden. Fue la primera embajadora en México, heredada de la época Obama, durante el arranque del magnate republicano en la Casa Blanca. En plena campaña de ataque contra México, aquello no fue muy bien y terminó renunciando. Con la entrada de la Administración Biden fue nombrada zar de la frontera sur, una tarea marcada por las restricciones de la pandemia. Jacobson (Nueva York, 64 años) es una de las especialistas en América Latina más reputadas que ha pasado por el Departamento de Estado, con una trayectoria de más de tres décadas en la región. Hoy no tiene vinculación con la política, pero atiende con preocupación a la deriva de extrema crispación que ha inundado las campañas, tanto de Trump como de la vicepresidenta Kamala Harris, durante una recta final muy igualada.
La economía, la migración y la seguridad seguirán marcando la relación bilateral gane quien gane en las elecciones del próximo martes. Pero Jacobson apuesta por teléfono a que “sería mucho mejor con Harris, y no solamente porque son dos mujeres”. Sobre Trump teme su carácter errático y bravucón, un estilo “transaccional” al que se adaptó a la fuerza el expresidente Andrés Manuel López Obrador. La exembajadora no está muy segura de si Sheinbaum estaría tan cómoda con ese estilo y esa presión. En todo caso, también escapa del cliché sexista de entender que las mujeres políticas gobiernan diferente por el mero hecho de ser mujeres. Hay diferencias y en su caso habrá conflictos.
Pregunta. ¿Cómo ve las campañas?
Respuesta. Lamento que en estas últimas semanas los candidatos estén involucrados no en un debate, sino en un intercambio de insultos. Trump ataca a la vicepresidenta Harris y ella siente que tiene que responder. Creo que para los votantes es bastante triste. No creo que esto vaya a ayudar a decidir entre dos propuestas.
P. ¿Cree que este tono bronco responde a cómo marca la agenda Trump?
R. Creo que sí, pero hay otras dos cosas que nos llevan a este punto. La decisión de la Suprema Corte sobre la financiación de las campañas, que favorece la entrada de dinero de las corporaciones. Segundo, que la campaña de Trump se da cuenta de que “toda la prensa es buena prensa” para ellos. No le importan las críticas a sus insultos ni a sus votantes tampoco, todo esto es bueno para ellos. Y esto provoca que, al otro lado, los demócratas piensan que tienen que defender a su candidata.
P. ¿Cómo fue trabajar con Trump?
R. Difícil. Obviamente, Trump no era mi candidato pero me quedé porque pensaba que podía cambiar algo las cosas. Al principio di por hecho que me iba a ir enseguida. Pero me pidieron que me quedara. Pensé que podía manejarlo, pero fue muy difícil el trato con el Gobierno mexicano y decidí irme. Personal y profesionalmente, fue difícil.
P. ¿Cuáles son los mayores riesgos para México en caso de una victoria de Trump?
R. Es una incógnita como sería la relación diplomática entre Trump y Sheinbaum. Con López Obrador, el estilo transaccional de Trump, el “tú me das y yo te doy”, sorprendentemente sí funcionó. Pero no tengo tan claro si Sheinbaum estaría cómoda con ese estilo. Por ejemplo, ella quiere lanzar las rondas de negociación del TMEC, tal como está previsto en el propio tratado. Pero Trump puede salir de TMEC sin tener negociaciones. Mucha gente dice que no va a salir porque él mismo firmó ese tratado. Pero eso no le importa. Trump es capaz de salir del tratado aunque lo haya firmado.
P. ¿Cómo analiza el tema de la migración?
R. Todo lo que está proponiendo Trump supone una gran presión para México. Todos los planes sobre deportaciones masivas significarían, no que van a mandar a los migrantes a sus países, sino en su mayoría a México. La presión para Sheinbaum sería tremenda. No sería fácil para la presidenta resolver esos problemas porque, además, la economía no está muy boyante. La migración y el TMEC van de la mano. Hay un montón de empresas que quieren continuar con el comerció binacional y si la frontera está inundada de migrantes ¿cómo puede continuar el comercio? Sheinbaum necesita la inversión extranjera. Los chinos quieren invertir más en México, pero eso tampoco va a tener el visto bueno de Trump. Sería muy complicado.
P. ¿Qué impacto tiene la violencia en la relación binacional? Los republicanos hablan de declarar como terroristas a los grupos del crimen organizado.
R. Espero que sean solo amenazas, pero hemos visto en el pasado como en el Congreso, en las dos cámaras, se han considerado cosas como una invasión militar. Así que no descarto la posibilidad de que estén hablando en serio y que el Congreso, que puede tener mayoría republicana, lo llegué a aprobar.
P. ¿Qué podría hacer México?
R. Creo que Sheinbaum se resistiría al máximo, incluso ante ese tipo de discursos. López Obrador los ignoraba al principio, pero en los últimos años entró al cara a cara protegido por sus grandes niveles de aprobación y popularidad. Es cierto que Sheinbaum está en una posición fuerte, ha sido votada por una mayoría más amplia, pero creo que en todo caso sería más duro para ella. En ambos escenarios, si no dice nada o no responde de manera firme, sería incómodo. Y si responde, Trump va a reaccionar.
P. ¿Cómo sería la relación en caso de una victoria de Harris?
R. La relación sería mucho mejor, y no solamente porque son dos mujeres. Ni el discurso ni las políticas de Harris ofendían tanto a los mexicanos. Es cierto que ha dicho que, en caso de ganar, seguirá con la política migratoria de Biden, pero al menos habrá comunicación, se podrán sentar a negociar. Aunque haya diferencias, que las hay, no habrá amenazas y ni ruptura de negociaciones.
P. ¿Cómo puede influir la relación de mujer a mujer?
R. Creo que tener por primera vez dos mujeres presidentas en los dos países sería extraordinario, algo histórico. Creo que es cierto que las mujeres hacen política de manera diferente a los hombres. En el sentido de que creo que escuchan más y son más conciliadoras en las negociaciones, más incluyentes. Pero creo que la idea de que dos mujeres presidentas se van a llevar bien, van más suaves en sus modos y no va a haber conflicto es algo un poco sexista. Porque hay ejemplos de damas de hierro en el mundo, por ejemplo, la primera ministra israelí Golda Meir o Indira Gandhi, en India. En el caso de Sheinbaum y Harris, se pueden llevar bien, pero también hay muchas diferencias políticas.
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