Atención médica casa por casa a 13,6 millones de personas: así es el ambicioso plan de salud de Sheinbaum
El Gobierno busca, en menos de tres meses, censar a adultos mayores y personas con discapacidad que requieran atención y contratar a 21.500 enfermeras y médicos
México tiene unos 13,6 millones de adultos mayores y personas con discapacidad que cobran actualmente una pensión del Gobierno federal. A todos ellos se les intentará dar en el próximo sexenio atención médica en su casa. Claudia Sheinbaum ha lanzado este lunes su ambicioso plan de salud, que contará con un presupuesto de 7.000 millones de pesos para el próximo año. En los tres meses que quedan de 2024, la presidenta ha ordenado realizar un censo de esta población, con el objetivo de conocer sus necesidades médicas, y contratar a 21.500 enfermeras y médicos. La propuesta plantea que para enero ya pueda ponerse en marcha el programa en todo el país. El nuevo Ejecutivo aspira con este plan a mejorar la calidad de vida de los beneficiados con atención primaria en la vivienda, al mismo tiempo que se liberan las salas de los abarrotados centros de salud.
Así como lo había anticipado durante la transición, Sheinbaum buscará garantizar el acceso a la salud con una gran apuesta por la prevención. El primer paso en la estrategia sanitaria del nuevo Gobierno comienza este mismo lunes. A partir de esta semana y hasta diciembre, los 20.000 servidores de la nación que tiene la Secretaría de Bienestar saldrán a censar casa por casa a aquellos que tengan necesidades médicas. No irán a todas las viviendas, sino a las que forman parte del registro de beneficiarios de las pensiones de bienestar, puntualmente los adultos mayores de 65 años en adelante y las personas que sufren una discapacidad. El padrón asciende a 13,6 millones de personas que viven en unos 12 millones de hogares.
El censo no será solo un conteo, sino una evaluación en profundidad de la salud de los pacientes y el tipo de vida que llevan. Los servidores de la nación acudirán con un cuestionario con 80 preguntas. Por un lado se interrogará sobre el estado de salud, como enfermedades que padezcan y los antecedentes, las vacunas que tengan, los estudios clínicos que se hayan hecho, los medicamentos que tomen, las discapacidades que tenga, la rutina en alimentación, actividad física que hagan y la salud emocional. Pero también incluirán los datos personales, los del cuidador, la casa en la que vivan, la educación que tienen, la ocupación y el ingreso económico, las relaciones familiares y la red de apoyo —para visitar más frecuentemente a aquellos que vivan solos—, el ocio y esparcimiento, la violencia y discriminación que hayan sufrido.
Con esa información en la mano, tanto la Secretaría de Salud como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) diseñarán un esquema de atención personalizada para cada uno de los beneficiarios. Las visitas a cada vivienda serán cada dos meses y cada persona recibirá una cartilla con la que podrá hacer el seguimiento de las atenciones médicas y los tratamientos que tenga. “Todo eso reforzará la calidad de vida de estas personas” y “contribuirá a desaturar los servicios hospitalarios”, ha asegurado David Kershenobich, el nuevo secretario de Salud en la conferencia matutina junto a Sheinbaum. El funcionario ha detallado además que las enfermeras podrán prescribir a los pacientes los medicamentos que previamente se les haya autorizado en el seguimiento de estas personas. Además serán el enlace con los otros niveles de atención, en caso de que un paciente lo necesite.
Para ejecutar todo este plan de salud, el Gobierno ha anunciado que empleará a 21.500 enfermeras entre el 21 de octubre y el 15 de noviembre, y también a médicos, aunque no ha dado el número específico de la cantidad de estos profesionales que contratará. Las visitas médicas comenzarán en febrero, ha asegurado el Ejecutivo, y el dinero saldrá del IMSS, que se favorecerá reduciendo su atención en los centros, y otra parte saldrá de una partida especial en el Presupuesto de Egresos de la Federación del próximo año, pendiente de ser aprobado por el Congreso. “Esto es un ejemplo de fortalecer la idea de medicina preventiva y de atención primaria como una estrategia muy importante del sector salud”, ha apuntado Kershenobich. Además de la atención médica básica, las enfermeras tendrán la tarea de observar otros aspectos de la vida cotidiana que impactan en la salud, ha detallado el secretario, como “escucharles cuando se bañen, se vistan o vean la alimentación” que tienen.
El nuevo plan de salud es un intento de la presidenta por llevar a todo México el programa Salud en casa, que implementó en Ciudad de México cuando era jefa de Gobierno. Pero la apuesta presenta unas dimensiones diferentes y tendrá unas dificultades nuevas al sobrepasar los límites de la capital. De acuerdo a los números que ha dado la Administración de Sheinbaum, habrá una enfermera por cada 632 personas. Para poder visitar a todos ellos cada dos meses, como está diseñado, la profesional sanitaria tendrá que revisar a 10,5 pacientes al día. La amplitud del programa será la primera dificultad, pero no la única. Los problemas de inseguridad que presentan algunos rincones de México ha provocado en años anteriores que otros Gobiernos tengan dificultades para contratar médicos en sitios azotados por la violencia. Sobre esto, la mandataria ha puntualizado este lunes que de ser necesario, las enfermeras serán acompañadas por agentes de la Guardia Nacional.
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