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Prisca Awiti: “En el estadio había un 80% de franceses. Literalmente sentías el piso vibrar”

La judoca mexicana, reciente ganadora de la medalla de plata en Paris 2024, habla con EL PAÍS sobre su infancia, su filosofía de vida y los minutos antes de salir al tatami a disputar la final contra la eslovena Andreja Leški

Prisca Awiti muestra su medalla de plata que recién ganó en los Juegos Olímpicos de París 2024, en la Ciudad de México, el 13 de agosto 2024.
Prisca Awiti muestra su medalla de plata que recién ganó en los Juegos Olímpicos de París 2024, en la Ciudad de México, el 13 de agosto 2024.Aggi Garduño
Joaquín Patiño

Una medalla olímpica de plata, la primera en la historia del judo mexicano ha hecho a Prisca Awiti (Londres, 28 años) el foco de atención de todos los medios de comunicación y quizás la mexicana más famosa del momento. No es la primera vez que logra una presea de esta índole, ha sido campeona en cuatro ocasiones (Abierto Panamericano de Santiago de Chile 2019, Abierto Panamericano de Santo Domingo 2022, Abierto Panamericano de Lima 2022 y 2023). “Poco a poco me voy acostumbrando. Voy aprendiendo de esta nueva vida, como decimos”. Se refiere a la fama, las entrevistas, la agenda apretada. Habla en plural. Su familia, especialmente sus hermanos, y su novio Oscar Rojas, fundador de la academia Team México King Brothers, ubicado al sur de la capital mexicana, han sido parte fundamental en su trayectoria.

En una casona porfiriana con tres salones y un cuarto pequeño a la vista, porque el lugar esconde más salas, Awiti sostuvo una conferencia de prensa el miércoles 7 de agosto en la colonia Roma Norte, uno de los barrios favoritos en Ciudad de México de los nómadas digitales. Aquel día, una sala de 23 metros de largo por siete de ancho fue abarrotada por fotógrafos, videógrafos y periodistas. Una semana después recibe a EL PAÍS en el mismo lugar, prácticamente vacío excepto por unas cuantas sillas y un par de sofás. A su voz la acompaña el eco de los muros de estilo francés.

La nacida en Londres, de madre guanajuatense y padre keniata, venció en Paris a la austriaca Lubjana Piovesana en cuartos de final (1-0); se impuso en semifinales a la croata Katarina Kristo (11-0) y luego tuvo que esperar poco más de una hora a que se llevaran a cabo los encuentros por la medalla de bronce, de la categoría masculina y femenina, y la final masculina. Awiti saltó al tatami tras la victoria del tercer lugar de la francesa Clarisse Agbégnénou. “En el estadio había un 80% de franceses. Literalmente sentías el piso vibrar”, dice. “Justo allí me entró la presión. Ya me había quitado los audífonos y no tenía la música para bloquear el sonido”. A los 27 segundos de iniciar el combate, Prisca Awiti anotó un punto a favor con un waza-ari. “El punto lo anoté muy rápido, fui contra la estrategia”, comenta entre risas, “Iba ganando y no me podía concentrar en lo que tenía que hacer. Fue el pensamiento que ganó sobre todos los demás. Si esta misma situación hubiera sido en otro combate, habría podido concentrarme más”.

Travis Stevens, judoca estadounidense, campeón del mundo en varias ocasiones y famoso por una de las fotografías más icónicas sobre un tatami (con una venda rodeando la frente y la parte lateral del cráneo, y otra en diagonal para cubrir una herida entre la nariz y el ojo) explica en un podcast que la cuna del judo y las artes marciales es Daguestán, una de las 24 repúblicas de Rusia, ubicada junto a Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Pero Stevens habla de atletas masculinos. Awiti cree que las mejores judocas vienen, justamente, de Francia. “Clarisse Agbégnénou y Lucia Decosse son mis favoritas”, explica. “Agbégnénou siempre ha sido muy linda conmigo. Es de las personas más humildes que he conocido. Cuando yo era sub-18, Clarisse había sido tres veces campeona del mundo y me impresionó mucho su actitud. Es una atleta y una persona increíble. Me inspira mucho”.

La judoca Prisca Awiti, posa con su medalla de plata de los Juegos Olímpicos de Paris 2024 en la Ciudad de México el 13 de agosto.
La judoca mexicana Prisca Awiti, posa con su medalla de plata que recién ganó en los Juegos Olímpicos de París 2024.Aggi Garduño

Awiti se ve más tranquila que la semana anterior en la que se enfrentó a ráfagas de flashes y preguntas por todos lados. “Bienvenidos a esta conferencia... de mí”, dijo riéndose de ella misma ante lo que acababa de decir. Un gesto inocente que deja en claro que esto es nuevo para ella. Los camarógrafos acapararon la parte delantera frente al stand improvisado con una mesita de centro, un florero y una silla que después fue sustituida por una periquera. Los videógrafos al fondo gritaban “abajo foto”. Que se agachen, que son malos. Malos al menos por taparles el encuadre. Entre foto y video hubo siete metros atestados de periodistas. Los organizadores pedían recorrer a todos hacia adelante, luego hacia atrás. Se disculparon por los inconvenientes, “no esperábamos a tantos medios. Gracias a todos por venir”.

Lola Alcaraz-Pérez, madre de la judoca, no estuvo en el complejo olímpico para presenciar la final que disputó su hija. Lo vio desde una tableta en una cafetería parisina. Ese mismo día circularon fotos de Ana Gabriela Guevara, directora de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte de México (Conade) cenando en uno de los restaurantes más caros de la capital francesa. Fue tundida en X por “usar el dinero (del boleto para la mamá de la judoca, en este caso) en lujos”, según usuarios en redes sociales. Pero, Pérez tenía boleto. Fue decisión suya no estar presente. “Mi madre prefirió darle la entrada a uno de mis hermanos porque iba a estar muy nerviosa y me iba a poner nerviosa a mí”, explicó Awiti.

En la conferencia del 7 de agosto también estuvo presente Vanessa Zambotti (Chihuahua, 42 años), exjudoca mexicana ganadora de 17 preseas en los Campeonatos Panamericanos de Judo, un oro, seis platas, diez bronces. Cuando la ronda de preguntas terminó, Awiti huyó con rapidez del lugar junto a su novio, pero a Zambotti la acorralaron micrófonos y celulares. “Hizo lo que yo no pude hacer”, dijo y se aguantó el llanto con todas sus fuerzas. Logró controlarlo, pero no le fue fácil hacerlo. Algo que remarcó Awiti, tanto en la conferencia como en la entrevista, es que ser campeón olímpico es el sueño de cualquier deportista. Era justamente el sueño de Zambotti. La mexicana-londinense-keniata lo materializó. “Pero yo no digo sueños, yo digo metas porque los sueños son cuando duermes”.

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Joaquín Patiño
Es periodista y redactor de tendencias en EL PAÍS México. Fue director creativo y coordinador de video de Branded Content en Cultura Colectiva.
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