Machado pide a López Obrador que “entienda la enorme responsabilidad” de México frente al conflicto en Venezuela
La opositora ve una salida a la crisis poselectoral a través de las potencias latinoamericanas. El presidente mexicano responde: “No queremos injerencismos”
María Corina Machado ha pedido este jueves a la comunidad internacional que no deje de presionar al Gobierno de Nicolás Maduro. Si hay una posibilidad de que el actual presidente acepte la derrota, ha explicado, es a través de la presión dentro y fuera de Venezuela. La líder de la oposición ha puesto el ojo en la alternativa que ha ido tomando fuerza en los últimos días, que la tríada compuesta por Brasil, México y Colombia medie para facilitar un diálogo entre la oposición y el Gobierno. “No descarto que esta iniciativa pueda lograr establecer los términos de una negociación clara, firme y efectiva”, ha dicho. Luego ha enviado un mensaje a Andrés Manuel López Obrador, quien históricamente ha estado en contra de interceder en conflictos de otros países. “México tiene un papel importantísimo, porque tiene un canal de comunicación con el régimen”, ha asegurado. “Espero que el Gobierno mexicano entienda la enorme responsabilidad, no solo hacia Venezuela, hacia la región”.
López Obrador ha respondido con cautela y ha asegurado que no quiere “injerencismos”. Este jueves, en su conferencia de prensa diaria, ha señalado que prefiere ser cuidadoso y esperar a que el Tribunal Electoral de Venezuela, controlado por Maduro al igual que el resto de los poderes, declare un ganador de los comicios del pasado 28 de julio. “Que se justifique a detalle con actas, y si existe inconformidad, que se siga actuando por la vía legal y pacífica”, ha pedido. El mandatario, que está en conversación con sus homólogos de Brasil y Colombia sobre este tema, no ha descartado que participen eventualmente como mediadores de un diálogo. Aunque ha puesto condiciones: “Siempre y cuando haya voluntad democrática, no haya intervencionismos ni afán de imposición, sino que se respete la voluntad de los venezolanos”. A pesar de la represión de las protestas que se presentaron después de las elecciones, López Obrador celebró que no haya habido violencia.
Las especulaciones sobre lo que podría pasar en las próximas semanas ha elevado la tensión en el continente. Por eso, Machado ha señalado este jueves en una conferencia de prensa virtual con medios mexicanos que una resolución pacífica “le conviene a todos los países de la región”. La opositora venezolana ha explicado que aún no han conversado con el Gobierno mexicano, pero ha dicho que están abiertos a que participen en la búsqueda de “una transición”. En esa ecuación entra también el Gobierno de Lula da Silva, que ha dicho que entiende que es “muy importante una solución pacífica para las elecciones de Venezuela”. Este miércoles, el asesor especial del brasileño, Celso Amorim, señaló que temía una guerra civil.
La dirigente política reclamó a la comunidad internacional más firmeza para rechazar la persecución y represión “sin precedentes” que se ha vivido tras las elecciones que ya suma más de 1.229 detenciones y 24 asesinados en 10 días. “Ha faltado más firmeza de todos los gobiernos y sectores para exigir un cese inmediato de la locura que está ocurriendo no solo contra los dirigentes de los partidos sino en la comunidades populares”. Machado señaló que la represión “debe tener un mayor costo político” para Maduro.
La pelea concreta se da ahora por los resultados. Machado dice que ellos tienen en su poder más del 83,5% de las actas electorales y que con la marcada victoria que esas actas le dan, Edmundo González no podría nunca perder los comicios. “Aunque Maduro sacara el 100% [de los votos] de las actas que nos faltan, jamás se acercaría”. Pero el Consejo Nacional Electoral (CNE), sin mostrar las actas, ha dado la victoria a Maduro. La líder de las “fuerzas democráticas de Venezuela”, como firma actualmente Machado, reprochó este jueves al CNE que proclamara la victoria oficialista “con una servilleta, con un resultado inventado”.
Machado ha detallado los pasos a seguir en las próximas semanas, una de las grandes incógnitas que rodea a la oposición venezolana. “Necesitamos que se parta del reconocimiento de los resultados” que se obtuvieron en las elecciones, ha apuntado. Luego, espera que puedan conseguir establecer una negociación para la transición, donde “esté representado el pueblo” de Venezuela. “Vamos a otorgar garantías y salvaguarda”, ha asegurado. Como lo hizo otras veces a lo largo de estos 11 días, la vetada candidata presidencial ha insistido en que llevará su pelea hasta el final. “Los venezolanos vamos a mantenernos firmes, nos vamos a cuidar porque la represión es brutal, pero no vamos a desistir”.
La opositora también se refirió al artículo publicado en varios medios sobre el embajador de Maduro en México, Francisco Arias Cárdenas, cuyas afirmaciones calificó de “reveladoras”. En artículo titulado La paz es la verdad y el respeto, el diplomático venezolano pidió la “aplicación urgente y plena de la ley electoral para que se confirme, con actas y auditorías inobjetables, el triunfo que asignó el CNE al presidente Maduro”. Ante esta postura Machado señaló: “A lo largo de estos meses hemos recibido el acercamiento de muchas sectores. Nosotros venimos a unir un país, no vamos con retaliación y estas voces [la de Arias Cárdenas] están demostrando que la situación actual es insostenible y que la mejor opción para nosotros y para Maduro es la negociación de una transición”.
La presión internacional se ha vuelto una de las claves del conflicto. Y no solo de países que han estado desde hace tiempo en contra de Maduro. Los reclamos que más han resonado han venido precisamente de la izquierda latinoamericana. Casos como la presidenta de Abuelas de la Plaza de Mayo de Argentina, Estela de Carlotto, o la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que siempre acompañaron al Gobierno chavista, han ahora acusado a Maduro como una ofensa al legado de Hugo Chávez. O el del presidente de Chile, Gabriel Boric, referente de la izquierda regional, que dijo el miércoles que no tenía dudas de que Maduro había intentado cometer un fraude.
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