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López Obrador llama a la mesura al Cartel de Sinaloa tras la detención de ‘El Mayo’ Zambada

El presidente descarta indicios de enfrentamientos violentos, pero anuncia que se reforzará la seguridad en el noroeste de México entre temores de una venganza de los hombres del capo contra Los Chapitos

Andrés Manuel López Obrador durante la conferencia de prensa de este martes.
Andrés Manuel López Obrador durante la conferencia de prensa de este martes.Presidencia de México (EFE/Presidencia de México)
Elías Camhaji

“Exhorto a que todos actúen de manera responsable”. Ese fue el llamado que hizo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al Cartel de Sinaloa tras la detención de Ismael El Mayo Zambada y las versiones de una traición de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, para entregarlo a las autoridades de Estados Unidos. El mandatario descartó la posibilidad de un enfrentamiento violento entre las principales facciones de la organización criminal, pero anunció que se iba a reforzar la seguridad en la zona de influencia del cartel. “No hay ningún indicio de enfrentamientos, nada, esto para tranquilidad de Sinaloa y Durango”, declaró en su conferencia de prensa de este martes. “Se está enviando a más elementos a esa región del país”, agregó. Horas más tarde, Guzmán López se declaró no culpable en una corte de Chicago (Illinois), donde permanece detenido.

López Obrador confirmó la profanación de las tumbas de la familia de Dámaso López, alias El Licenciado, un antiguo lugarteniente de El Chapo en Sinaloa, bastión del cartel homónimo. El presidente dijo que existen investigaciones en curso para aclarar los hechos, pero señaló que de momento “no hay nada más”. No está claro si los actos vandálicos son una respuesta al arresto de Zambada o si se trató de un robo, porque algunos jefes criminales y sus familiares suelen ser enterrados con objetos de valor.

El mandatario volvió a ser cauto y pidió calma a la espera de que las autoridades de Estados Unidos amplíen la información sobre la detención de Zambada y Guzmán López el pasado jueves en un aeropuerto de Nuevo México, a las afueras de la ciudad fronteriza de El Paso. “Estamos esperando informes del Gobierno de Estados Unidos para que no haya conjeturas, sino que se sepa a ciencia cierta qué fue lo que sucedió, cómo fue que llegaron estos dos personajes a Estados Unidos”, comentó.

Desde el pasado fin de semana ha tomado fuerza la teoría de que el hijo de El Chapo decidió entregarse en Estados Unidos y tendió una trampa a El Mayo, antiguo socio de su padre. El abogado del capo de 76 años, Frank Pérez, negó que su cliente pactara su rendición con la justicia estadounidense y aseguró que había sido “secuestrado” por Guzmán López. La mayoría de los medios estadounidenses han dado credibilidad a esa versión citando a funcionarios y, en algunos casos, a miembros del cartel. Las tensiones en Sinaloa son palpables, ante la posibilidad de que los hombres leales a Zambada quieran vengarse de Los Chapitos, la facción que responde a los hijos de El Chapo. Sin embargo, también hay cierto desconcierto, porque la respuesta aún no ha llegado.

López Obrador no ha detallado cuántos elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) han sido desplegados en Sinaloa en los últimos días. El semanario Ríodoce hablaba de la llegada de 400 efectivos el pasado fin de semana, pero la Sedena no ha dado información oficial al respecto. Otros medios, como El Sol de México, publican que hay alrededor de 3.400 elementos en todo el Estado.

El presidente volvió a enlistar sus propias dudas tras la detención de ambos capos: de dónde salió el avión que aterrizó en Nuevo México, a quién pertenecía la aeronave, si hubo participación de agentes estadounidenses en territorio mexicano o por qué si Guzmán López había pactado su rendición también llegó con Zambada. La Secretaría mexicana de Relaciones Exteriores y la Fiscalía General de la República, que conduce su propia investigación sobre la detención, están en contacto con las agencias estadounidenses con la encomienda de despejar esas incógnitas.

El Mayo, uno de los jefes criminales más poderosos de México, se ha caracterizado por su bajo perfil y por sus escasas apariciones públicas en su extensa trayectoria de más de cinco décadas, aunque también por su influencia en el mundo criminal y el terreno político. Lo insólito es que los Gobiernos de ambos países no han dado una versión oficial de cómo llegó a manos de la justicia estadounidense, lo que ha abierto campo a las especulaciones y las versiones contradictorias. El capo se declaró inocente de la batería de cargos que se le imputan y renunció a su derecho de estar presente en una audiencia preliminar para continuar con su proceso judicial programada para finales de esta semana en un tribunal de Texas. La agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) aseguró a principios de este año que su estado de salud se ha deteriorado.

La audiencia de Guzmán López estaba programada para este martes en Illinois y a diferencia de Zambada, sí se presentó en la corte. El hijo de El Chapo se declaró no culpable, de acuerdo con la agencia Reuters. El capo de 38 años es reseñado como un “coordinador de logística” del Cartel de Sinaloa y es acusado de tráfico de cocaína, heroína, metanfetaminas y mariguana, de acuerdo con el expediente judicial. También se le acusa de estar involucrado en el lavado de dinero de la organización, posesión de armas de fuego y delincuencia organizada. Comparte varios cargos con tres de sus hermanos: Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y Ovidio Guzmán. Dos de Los Chapitos, Ovidio y Joaquín Guzmán, ya están bajo custodia de Estados Unidos y los otros dos continúan en México. El Mayo, por su parte, espera conocer los próximos pasos de su destino legal en territorio estadounidense. El Chapo purga una condena de cadena perpetua en una cárcel de Colorado desde 2019.

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Sobre la firma

Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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