Alexa Moreno, una mexicana en la élite de la gimnasia
La gimnasta, de 29 años, compite en sus terceros Juegos Olímpicos con un deslumbrante rendimiento, incluyendo una medalla, la primera para su país en esta disciplina
Mirada llena de ternura, músculos de toro. Alexa Moreno sufre una metamorfosis cada vez que pone un pie en la colchoneta. Tímida en público, concentrada antes de competir y desenfrenada cuando corre a toda potencia para dar el salto sobre el trampolín. Toma los aplausos para avanzar como un elegante misil y terminar de pie, con fuerza y equilibrio. A sus 29 años, es por números y logros la mejor gimnasta mexicana de todos los tiempos. Alcanza, por lo tanto, la repisa de idolatría para los mexicanos.
El común denominador de los grandes ídolos deportivos en México es la empatía, la conexión de raíces con los suyos. El país consiente a sus deportistas que salen de la nada, que logran triunfos imposibles. Así lograron destacar los Hugo Sánchez, Soraya Jiménez, Julio César Chávez, María del Rosario Espinoza o Checo Pérez. A este pelotón de personas reconocidas se suma Alexa Moreno (Mexicali, 29 años). La mexicana empezó en la gimnasia desde los tres años cuando sus padres la inscribieron a una escuela en el norte del país. En su infancia había nulas referencias de gimnastas mexicanas en la élite a las cuales seguirles el paso. Fue hasta los seis años el país vio cómo Denisse López se metió a una final de salto de potro. La también nacida en Mexicali alumbró el camino para Alexa Moreno.
A partir de 2010, Alexa Moreno empezó a competir en la escena internacional. Un año después compitió en su primer torneo mundial de gimnasia donde fue la séptima mejor. Nada mal para la novata. En 2012 volvió a dar una sorpresa al conseguir ganar una medalla de plata en un torneo celebrado en Zibo, China. Ese mismo año ganó el primer lugar en la prueba de salto en un torneo celebrado en Ghent, Bélgica. Su ascenso encontró la primera prueba que la pondría bajo el foco mediático: los Juegos Olímpicos de Río 2016. Su gran mentor fue el español Alfredo Hueto, quien apostó por el proyecto de llevar a la mexicana a la mesa de las grandes del deporte.
Nunca hay mala publicidad
En Brasil, a México no le iban tan bien las cosas cuando Alexa Moreno competía. La cosecha de medallas escaseaba y cuando tocó el turno de la gimnasia artística ocurrió un hecho que empañó al deporte mexicano: las redes sociales se inflamaron con críticas hacia su complexión y aspecto físico porque, según miles de comentarios, no cumplía con los cánones de belleza de la gimnasia. Moreno no pudo deslumbrar por una lesión que le aquejaba y finalizó en el lugar 31 del all-around. Pero ahí comenzó la conexión con miles de mexicanos. “Fue un shock. Al principio fue difícil tener tanta atención. No existe la mala publicidad”, contó a este diario hace unos años. Y, en efecto, no hubo mala publicidad. El nombre de Alexa Moreno retumbó y eso le sirvió para dar el salto de su vida.
En Doha, Alexa Moreno se consagró como la primera mexicana en ganar una medalla en el Mundial de gimnasia, un bronce en salto. La imagen queda inmortalizada: ella vestida con un leotardo morado junto a la multimedallista Simone Biles. Ese 2018 la catapultó para ganar el Premio Nacional del Deporte y para ser un imán ideal para las marcas. La pandemia de la covid-19 lastró su buen momento. Los gimnasios cerraron, hubo incertidumbre por saber si se harían o no los Juegos Olímpicos en Tokio. La mexicana aspiraba solo a ser sexta del mundo en salto, según confesó a los medios tras la competencia, pero logró meterse primero a la final y luego ser cuarta. Estuvo a milésimas de quedarse con la medalla de bronce. “Dimos todo lo que se pudo, en mí no estuvo, creo que hice un excelente papel, me siento muy satisfecha con mi participación”, dijo.
Alexa Moreno ya sabe lo que es la gloria
París 2024 parecía una cima difícil de montar. Antes de todo tuvo que ser operada para darle mantenimiento a sus tobillos y recuperarse de una molestia en los hombros. Pasó todo 2022 sin competir, con miedo a agravar cualquier procedimiento quirúrgico y con las dudas de si podía llegar a los Juegos Olímpicos. En cuanto soltó las muletas, se puso a la orden de Maricarmen Valenzuela, una entrenadora que la llevó a prepararse a Estados Unidos, en el mismo gimnasio donde daba piruetas Simone Biles, en Texas.
El 2023 fue una remontada de rendimiento absoluto para Alexa Moreno. Se llevó la gloria en el Campamento Panamericano, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe se colgó cinco medallas, entre ellas dos oros. En la Copa del Mundo, en París, dio la campanada al ganar otro metal áureo. En octubre, compitió en el Mundial realizado en Bélgica, aunque se quedó a un lugar del podio. Y, a inicios de junio, volvió a ganar el oro en otro certamen internacional organizado en Eslovenia.
La icónica marca de Mattel, Barbie, invitó a Alexa Moreno a ser parte de una de sus muñecas especiales para celebrar la diversidad y los 65 años de la empresa. En los últimos meses, ha acumulado patrocinadores clave para viajar sin problemas a Tokio. La vida después de Alexa Moreno puede existir porque a ella se le ha unido otra promesa mexicana llamada Natalia Escalera, de 22 años. El pero reside en que México aún está en vías de desarrollo en cuanto a la gimnasia. Poco después de Tokio, Moreno reprochó la falta de infraestructura pública en su país: “No es que necesitemos más Alexas Moreno, sino que necesitamos gimnastas mejores que Alexa Moreno”.
“Deseo disfrutar mucho más de esta competencia [en París] porque he percibido más madurez como atleta, asimilé mucho mejor la experiencia en el deporte y eso me ayuda a afrontar las competencias. Hay veces que hay dudas, pero al momento de estar en el área, lo he sabido manejar muy bien”, contó Moreno a la Conade a principios de año. Moreno solo quiere hacerse feliz a sí misma, quiere evadir las expectativas a su alrededor, aunque su talento termina por agrandarlas por naturaleza. Quiere llegar a los 30 años, el próximo 8 de agosto, con el regalo de superarse a sí misma frente a las mejores del mundo, incluida la que ve en su espejo.
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