López Obrador perfila la desaparición del Fonatur en el último tramo de su mandato
El Fondo Nacional de Fomento al Turismo ha cedido los servicios turísticos bajo su gestión a los Gobiernos de Oaxaca, Quintana Roo y Baja California Sur
El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) desfallece con sigilo a 50 años de su fundación. El organismo cedió en septiembre pasado el proyecto del Tren Maya al Ejército mexicano y, en paralelo, la institución ha transferido sus servicios turísticos a los Estados, entre las entidades donde este proceso ya inició se encuentran: Oaxaca, que alberga Huatulco; Quintana Roo con Cancún y Cozumel y Baja California Sur con Los Cabos y Loreto. A principios de este año, la titular de la dependencia, Luisa María Alcalde, defendió esta medida: “Comienza una nueva etapa para los servicios turísticos en nuestro país: más eficiencia y transparencia, en una dinámica sin intermediarios ni esquemas de corrupción”, redactó en sus redes sociales. Sin embargo, especialistas en turismo advierten que estas acciones han llevado a la deriva al organismo y al filo de su extinción.
El Fonatur, creada en 1974 por el Banco central, fue pieza clave en el diseño y construcción de algunas joyas turísticas mexicanas como Cancún, Ixtapa-Zihuatanejo, Los Cabos, Huatulco, entre otros. La institución obtiene sus recursos mediante los impuestos que pagan los turistas extranjeros, este dinero se usa para dar mantenimiento a las zonas hoteleras y para el desarrollo de nuevos polos turísticos, mediante la adquisición y desarrollo de predios. De acuerdo con el presupuesto de Hacienda para este año, el Fonatur recibirá 137,1 millones de pesos, descenso respecto a los 175,3 millones de pesos que recibió la institución en 2018.
Al inicio de este Gobierno, asignó a este organismo la construcción del Tren Maya. En su programa institucional, publicado en 2020, se vislumbró al Fonatur como punta de lanza para echar a andar el ambicioso proyecto ferroviario del sureste. En ese entonces, la Administración central aseguraba que, de la mano de este tren, esta institución se consolidaría en 2040 como enclave del desarrollo turístico en el sureste de México.
En un viraje de 180 grados, en agosto pasado el Gobierno ordenó al Fonatur la cesión de la gestión del Tren Maya a las Fuerzas Armadas, en específico a la paraestatal militar Olmeca-Maya-Mexica. Durante el anuncio de esta cesión, el mandatario halagó la gestión de la Secretaría de la Defensa y lanzó varios dardos contra la institución turística: “Era una empresa plagada de corrupción, vendían terrenos de Fonatur a particulares allá en Cancún a 70 pesos el metro cuadrado durante el Gobierno de Fox, regalaban a sus allegados los bienes públicos”, declaró en ese entonces López Obrador.
Por el contrario, el presidente ha ensalzado en más de una ocasión el actuar de la Sedena y de la Marina al frente de proyectos turísticos. Desde el Tren Maya, pasando por el aeropuerto de Tulum y en el centro de recreación y turismo en las Islas Marías.
Los Estados de Quintana Roo, Oaxaca y Baja California Sur ya han firmado convenios para asumir las funciones y recursos que hacía el Fonatur. El Gobierno de Quintana Roo prepara un plan de trabajo para operar y dar mantenimiento en Cancún y la Marina de Cozumel. Las autoridades del Estado ya han informado de que los recursos que la Federación daba para los proyectos turísticos en esas localidades.
John McCarthy, exdirector del Fonatur, explica que el florecimiento de Cancún tuvo un gran empuje gracias a la gestión de financiamiento, de infraestructura apuntalada por este organismo. Un modelo de gestión exitoso que se siguió en Los Cabos. No obstante, desde hace tiempo, el peso de la institución ha ido a la baja: “No se le ha dado la importancia a Fonatur, ha tenido una rotación de directores espantosa y tristemente durante esta Administración se hizo como una agencia para construir un tren y todo lo que era importante para Fonatur ya no se está haciendo”, afirma.
McCarthy lamenta que este Gobierno haya decidido usar al Fonatur solo para construir un tren de pasajeros, mientras ha dejado su vocación como desarrollador de otros polos turísticos, mientras han decretado como sus terrenos como áreas naturales protegidas. “Dejaron de hacer lo que se tenía que hacer, que era llevar a Fonatur a otro nivel. Lugares como Puerto Vallarta, Mazatlán, a lugares tan sencillos como Tula, Hidalgo, les hicimos planes turísticos y lo que se esperaba es que esta tarea continuara. El problema de esta Administración es la suma de ocurrencias y mucho me temo que la desaparición del Fonatur es una ocurrencia o una conveniencia”, menciona.
Francisco Madrid Flores, director del Centro de Investigación y Competitividad Turística de la Universidad Anáhuac, advierte que el Fonatur tras desarrollar puntos como Cancún ha registrado un declive de años que ahora se consuma con la transferencia de actividades a los Estados y a las Fuerzas Armadas, dejando a una institución muy disminuida. “Es no aprovechar la experiencia técnica, no aprovechar la marca de lo que ha sido Fonatur y no estamos para desaprovechar este tipo de cosas. Se compromete el desarrollo de nuevos proyectos”, zanja.
Al cierre de 2023, México reportó 40 millones de visitantes extranjeros con un gasto promedio de más de 1.155 dólares, unos 20.700 pesos y las divisas turísticas para este año se proyectan en casi 26.000 millones de dólares. Una bonanza, tras el batacazo de la pandemia, que los especialistas refieren que pueden flaquear con decisiones como la de desaparecer el Fonatur.
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