Prohibido abuchear a Verstappen (y a cualquier enemigo de Checo Pérez) en el Gran Premio de México
La campaña ‘Racepect’, promovida por los organizadores, apela a la sana deportividad ante las amenazas de los aficionados mexicanos de insultar al tricampeón del mundo durante el fin de semana
Los aficionados mexicanos tienen una doble cara. La más famosa es la que muestran con una euforia desmedida por los suyos y también por los extranjeros, una faceta que inventó la ola en los estadios y ponen el color en todos los eventos deportivos. No hay deporte sin una bandera de México o un sombrero de mariachi. La otra faceta, la más sórdida, es la que hizo famoso el grito peyorativo de puto, los insultos machistas y las peleas en las tribunas. Ese rasgo se ha colado en el carril de la Fórmula 1.
Los aficionados mexicanos se entregaron por completo a la Fórmula 1 cuando Red Bull fichó a Sergio Pérez en diciembre de 2020. La audiencia, la venta de mercancía del mexicano y la exposición mediática se elevó por los cielos. El fenómeno, no visto desde los tiempos del boxeador Julio César Chávez, ha hecho que los forofos por Checo Pérez le defendieran en las malas y en las turbulentas. Las muestras comenzaron el año pasado cuando, en el Gran Premio en Ciudad de México, Lewis Hamilton le ganó el segundo lugar en el podio al mexicano. Cuando el británico hablaba frente a los aficionados, muchos de ellos empezaron a abuchearle. Pérez salió al paso para calmarles. Era la primera advertencia.
En el GP de São Paulo estalló la bomba. Max Verstappen se negó a cederle el lugar al piloto en la pista, algo que podía ayudarle para atrapar el subcampeonato del mundo. El neerlandés ya era campeón y no necesitaba un punto extra, su colega sí. La negativa del hoy tricampeón mundial provocó la molestia del propio Pérez. “Si tiene dos campeonatos es gracias a mí”, lanzó furioso. Esto fue dinamita pura para los aficionados más radicales que empezaron a llenar de insultos a Verstappen, a su pareja, a sus padres y a Red Bull en redes sociales. “Las amenazas de muerte, mensajes de odio y demás hacia los miembros de la familia, son deplorables”, condenó la empresa austriaca. El equipo tuvo que condenar los actos. Ahí, para algunos, Verstappen mutó a villano.
Lo que pasa en la pista, se queda en la pista
Ha sido en las carreras con más presencia mexicana, Miami y Austin, donde los fans pro Checo llenaron de abucheos a Verstappen cuando era presentado en los circuitos e incluso durante la ceremonia en el podio. El himno neerlandés estuvo salpicado de cánticos a favor del mexicano. Desde el despacho de los organizadores del Gran Premio mexicano lo vieron como una alarma. A inicios de octubre de este año lanzaron su campaña llamada Racepect, un juego de palabras entre race y respect. “Surgió de la necesidad de crear conciencia sobre los problemas de intolerancia en el automovilismo”, explicaban el día del lanzamiento.
Desde ese día, los anuncios espectaculares en las principales avenidas de la capital mexicana se llenaron con mensajes de “Racepect: lo que pasa en la pista, se queda en la pista”. El mensaje se lee por todo el autódromo Hermanos Rodríguez en espera de que, este viernes, los aficionados se abstengan de abuchear a los enemigos de Checo Pérez. “Invitamos a los asistentes a ser un ejemplo para las aficiones de todo el mundo. Una tribuna que aliente con pasión a su piloto favorito, pero que también se comporte respetuosamente con el resto de los competidores”, comunicó Federico González Compeán, director general del Gran Premio.
“Quiero agradecer el apoyo incondicional. Demostremos que somos la mejor afición del mundo, la más educada. Que todo el mundo se lleve la idea de que son una afición comprometida con el deporte. Me gustaría que la Fórmula 1 se vaya de México con un buen sabor de boca”, lanzó el piloto mexicano este miércoles. Lo que llamó la atención fue ver a un guardaespaldas privado cuidando a Verstappen en cada uno de los eventos publicitarios y dentro del circuito. Según el neerlandés, contrató seguridad para evitar el acoso por una selfie de los aficionados VIP en el paddock, el pasillo más exclusivo de la F1.
Otro ingrediente que hace sudar a los organizadores es Helmut Marko, el asesor de Red Bull. El expiloto lanzó durante la temporada varios comentarios racistas en contra de Pérez al llamarle flojo o irregular por ser “sudamericano”. Ante eso, hay cierta zozobra en Red Bull por el recibimiento en el Autódromo Hermanos Rodríguez. “Estamos en contacto con muchos mexicanos. La mayoría son muy amables y justos, pero siempre hay algunos, digamos entusiastas, que no mantienen el estándar deportivo justo. Pero no tenemos ninguna preocupación”, contó Marko a SkySports el fin de semana pasado.
Entre los talleres de los autos más veloces del mundo, el personal, la prensa, los invitados especiales se preguntan si la Fórmula 1 se ha futbolizado en México con sus defectos. Las tribunas del Hermanos Rodríguez quieren desmentirlo.
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