Checo Pérez: “Esta ha sido la temporada más difícil en Red Bull”
El piloto mexicano, que pelea por el subcampeonato del mundo, admite este año ha tenido “muchas dudas” con el auto
Lo que había empezado como la temporada más esperanzadora se ha convertido en un manojo de dudas. Checo Pérez arrancó con turbo su año 13 en la Fórmula 1. Peleaba, con alta tensión, frente a Verstappen en las primeras cinco carreras. En el prestigioso circuito de Mónaco los sueños de ver a un mexicano pelear el título se estamparon contra el muro. Un fuerte choque en la clasificación privó al mexicano de seguir su batalla con el ahora tricampeón mundial. También perdió la confianza, el auto y la estabilidad.
“Ha sido la temporada más complicada en Red Bull. Empecé peleando por el campeonato y no es fácil. La gente nunca entenderá lo que es manejar un coche a más de 300 kilómetros por hora y no sentirte cómodo, no saber qué hará el carro en una curva. Solo el piloto lo siente. Teníamos un gran auto, pero un auto que cada vez me era más difícil sacarle el máximo con los ajustes. Eso hizo que fuera una temporada de altibajos, inconstante. Es la temporada más difícil en la parte mental. Siempre tuve dudas con el auto”, admitió Pérez este miércoles en conferencia de prensa.
La familia Slim, una de las familias más ricas del mundo y mecenas del piloto mexicano, le arropó en sus instalaciones de Plaza Carso, en el distrito comercial de la capital mexicana. Pérez fue respaldado por un ejército de aficionados y miles de imágenes publicitarias en honor al deportista del momento. El Gran Premio de México, que inicia este viernes, se ha vuelto una semana de ajetreo absoluto para el piloto mexicano que debe cumplir con compromisos comerciales con sus socios. El semblante del mexicano era de una sonrisa abrumada por la agenda del día que incluía conferencia de prensa, un partido de fútbol, otra rueda de prensa y una fiesta en honor a su marca de tequila.
“Es, sin duda, un fin de semana complicado. Es el fin de semana que más carga tengo. Tengo muchos patrocinadores mexicanos, es complicado llevar el balance. Es un día intenso”, opinó el mexicano. Entre los alaridos de sus checolovers, Pérez se tomó un momento para reflexionar sobre su rendimiento y la presión en Red Bull: “Para mí lo importante es enfocarme en lo que pueda controlar. Al final equipo sabe dónde estoy parado, en mi nivel como piloto, lo que puedo dar. Mi energía está en lo que yo puedo cambiar”. Las expectativas del mexicano son, en primer lugar, a terminar entre los primeros cinco lugares. Hablar de podio sería el mejor de los resultados.
Pérez registra dos victorias (Arabia Saudí y Azerbaiyán), cuatro segundos lugares (Baréin, Miami, Bélgica e Italia) y dos terceros lugares (Austria y Hungría). Son resultados muy valiosos que le han llevado a estar en el segundo lugar general. Sin embargo, ha sido irregular en las últimas tres carreras. En un punto de la temporada, tras lo que ocurrió en Mónaco, no podía superar el corte en las rondas de clasificación. En Red Bull no entendían cómo podía ser eliminado y sufrir con el mejor auto de la parrilla. Pérez, según ha admitido en varias ocasiones, no se ha podido adaptar al coche que tiene como principal prioridad a Max Verstappen, eje central del equipo austriaco.
Ante los titubeos del mexicano a borde del Red Bull, se desencadenaron rumores sobre un despido, el retiro y una oleada de críticas. Las que más calaron fueron las del asesor del equipo, Helmut Marko, quien elevó el tono al llamarle “flojo” por ser “sudamericano”. “Siempre van a hablar, bien o mal, lo importante es que te hagas notar. Pocos pilotos generan eso. Al final del día es parte de las emociones que generan los pilotos hacia sus países, su gente. Esto pasará y nos quedaremos con los buenos recuerdos de esto”, contó el mexicano.
“Después de Qatar [donde terminó décimo], estuvimos trabajando muy fuerte en la fábrica muchos días con los ingenieros. En Austin no pudimos mostrarlo”, comentó. Checo Pérez quiere quitarse la losa de la espalda y volver a celebrar con champaña en el podio. Hacerlo en México sería su mayor consuelo.
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