EL Frente Amplio por México llega a una fase clave de la selección de su candidatura presidencial bajo la sombra del fraude
Dos aspirantes, Xóchitl Gálvez y Jorge Luis Preciado, acusan a otros contendientes y a la dirigencia de sus partidos de cometer irregularidades en el proceso de recolección de firmas
La coalición opositora al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ha culminado una etapa crucial en el proceso que ha implementado para elegir a quien será su candidato o candidata para las elecciones presidenciales y legislativas del próximo año. Este miércoles, la alianza formada por el PAN, PRI y PRD dará a conocer qué aspirantes han cumplido con la recolección de firmas de apoyo necesarias para pasar a la siguiente fase del proceso de selección. Llegar a este punto no ha sido fácil para el Frente.
Los tres partidos, que en otra época fueron enemigos férreos entre sí, han tenido que tejer fino para mantener la alianza a lo largo de los meses, ante un Gobierno más que dispuesto a lanzarle torpedos para desintegrarla. Luego, el método establecido para definir la candidatura presidencial tuvo tropiezos y fue objeto de críticas de los propios aspirantes, algunos de los cuales se bajaron de la contienda. La plataforma digital habilitada para el registro de firmas de apoyo, además, presentó fallas técnicas que entorpecieron su funcionamiento. Y, por si fuese poco, la sombra del fraude en el proceso interno ha asomado en boca de algunos aspirantes.
La etapa para recolectar 150.000 firmas de apoyo con representación en 17 de los 32 Estados del país duró casi un mes y concluyó en el último minuto del martes. Para lograr la meta, los participantes se lanzaron a las plazas públicas para sostener mítines con sus simpatizantes. Seis aspirantes han asegurado haber alcanzado la cuota de firmas: el diputado Santiago Creel y la senadora Xóchitl Gálvez, ambos del PAN; la senadora Beatriz Paredes y el exsecretario de Turismo Enrique de la Madrid, del PRI; así como el senador Miguel Ángel Mancera y el exgobernador michoacano Silvano Aureoles, del PRD. Tras una revisión y depuración de las firmas recabadas, los dirigentes del Frente anunciarán este miércoles qué participantes cumplieron con el objetivo. Quienes lo logren pasarán a una nueva etapa en la que podrán participar en foros para presentar ideas y propuestas, y en la que serán evaluados mediante encuestas. Solo tres pasarán a la tercera y última fase, consistente en más encuestas y en una votación directa de ciudadanos previamente registrados por internet.
El fin de semana pasado, Gálvez, una de las favoritas para hacerse con la candidatura opositora según la mayoría de las encuestas, lanzó un duro cuestionamiento a sus adversarios que han recopilado firmas de apoyo en tiempo récord y sin haber hecho una campaña a ras de tierra tan intensa como ella. La senadora acusó que algunos aspirantes del Frente, a los que no nombró, se han beneficiado de “una captura masiva de firmas” a través de intermediarios u operadores. “Me preocupa el tema de las firmas, que en mi caso llevo 18 Estados recorridos y le he echado todas las ganas del mundo buscándolas”, dijo el domingo en Sinaloa. “[Hay] personajes que tienen 100.000 firmas y que no los veo en la calle buscando las firmas. Siento que empezó a haber alguien que está juntando firmas para muchos candidatos sin hacer este proceso ciudadano [de recorridos y asambleas] que nosotros sí estamos haciendo. Entonces, que lo revise el Comité [Organizador], es como mágico lo que pasó en dos, tres días”, añadió.
El señalamiento de Gálvez resulta delicado en un país donde las autoridades han documentado en otros procesos electorales fraudes cometidos por políticos en la recaudación de firmas ciudadanas por medios electrónicos, siendo el acopio masivo una de las trampas más comunes. La senadora también acusó que su partido, el PAN, así como el PRI y el PRD, prestaron sus estructuras políticas para ayudar a Creel, Paredes, De la Madrid y Aureoles a juntar los apoyos necesarios para pasar la primera fase.
El lunes, el exsenador del PAN Jorge Luis Preciado anunció que se retirará del proceso de selección —al que calificó de “farsa”— y que, además, renunciará a su partido, en el que ha militado por tres décadas. El exlegislador denunció una irregularidad en la plataforma de firmas que le impidió registrar los apoyos que había recopilado. “Yo subía los registros y se me ponían en ceros, me bajaban mis registros”, aseguró. Preciado dijo que presentará una queja en contra del proceso interno de selección del Frente, que deberá revisar el Tribunal Electoral. “Yo no puedo ser parte de esta farsa y por eso impugnaré este proceso y me retiro del PAN”, afirmó. El exsenador llevó más lejos sus críticas y aseguró que hay un pacto de las cúpulas de los partidos para imponer a Gálvez como abanderada. “El acuerdo es que entren tres del PAN, dos del PRI y uno del PRD [a la siguiente fase]. Después, en las encuestas, el acuerdo es que solo pasen Beatriz Paredes, Creel y Xóchitl, y finalmente ya se tiene pactado que la candidata será Xóchitl Gálvez”, sostuvo.
Los dirigentes del Frente, el panista Marko Cortés, el priista Alejandro Moreno y el perredista Jesús Zambrano, han afrontado obstáculos para dar certeza y credibilidad al proceso interno de selección de la candidatura presidencial. Los conflictos vienen de lejos. El Frente había decidido conformar un consejo de especialistas con el objeto de conducir el proceso de selección con una perspectiva ciudadana e independiente. Sin embargo, a finales de junio varios integrantes renunciaron, al percatarse de que las cúpulas partidistas iban a ejercer un fuerte control.
Días después, la senadora Lilly Téllez, del PAN, anunció que no participaría en la interna debido a que, dijo, el método no garantizaba condiciones de equidad entre los participantes, amén de que la definición de la candidatura no iba a quedar en manos de los ciudadanos sino de otros “factores de decisión”, del “clientelismo partidista o corporativo” y de “los oligarcas del viejo régimen”. A Téllez la siguió Claudia Ruiz Massieu, senadora del PRI, que también se bajó de la contienda, acusando que el proceso interno entrañaba una simulación. “En el método presentado veo una respuesta pragmática para hacer frente a la precampaña abierta, anticipada e ilegal que ha iniciado Morena. Pero, en congruencia, no puedo participar en un proceso que puede caer en la simulación”, refirió.
Esas fueron las primeras señales de crisis en el proceso interno del Frente opositor. Ante la desbandada de su primer consejo de especialistas, la coalición conformó un nuevo Comité Organizador. Y este martes, en el último día de recolección de firmas, se anunció la creación de un órgano más dentro de la alianza, la Misión de Acompañamiento Cívico, una suerte de observatorio electoral formado por 26 representantes de México y otros países que tendrá la encomienda de vigilar el desarrollo de la interna. Los parches que ha ido colocando el Frente a su proceso de selección buscan conferir confiabilidad al resultado, que se conocerá el 3 de septiembre. Pero esos parches también son señales de las roturas internas que se intenta ocultar.
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