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“A mi hermana la asesinaron”: la batalla de la familia de Luz Raquel Padilla para que su muerte sea reconocida como un feminicidio

A ocho meses de que el cuerpo de la mujer fue encontrado en un parque con quemaduras mortales en Jalisco, sus familiares denuncian el nulo avance de las pesquisas y el desdén de la sanidad pública para atender a su hijo de 13 años, quien padece autismo severo y epilepsia

Familiares y amigos en una misa de cuerpo presente para Luz Raquel Padilla, en Zapopan, Estado de Jalisco (México)
Familiares y amigos en una misa de cuerpo presente para Luz Raquel Padilla, en Zapopan, Estado de Jalisco (México), el 21 de julio de 2022.Fernando Carranza García (Cuartoscuro)
Karina Suárez

Sociable. Extrovertida. Alegre. Esas son las palabras que cruzan por la mente de Luz Aurora Padilla al recordar a su hermana, Luz Raquel, quien murió tras sufrir quemaduras graves en julio pasado. La mujer, de 35 años, ardió en llamas en un parque, a escasos metros de su casa, en Zapopan (Jalisco). A ocho meses de la tragedia, su muerte aún es un misterio. La Fiscalía del Estado, en un inicio, abrió la carpeta de investigación bajo el protocolo de feminicidio. La denuncia previa que presentó Luz Raquel por el delito de amenazas contra un vecino fue razón suficiente para seguir esta pista. Sin embargo, en cuestión de días, el Ministerio Público dio un viraje radical y en una polémica rueda de prensa deslizó la hipótesis de que ella se había provocado las quemaduras. Una teoría que desde el primer momento y hasta el día de hoy rechaza la familia. “Dejen de decir que se murió, a ella la mataron”, escribió su hermana Luz Aurora, recientemente en su cuenta de Twitter.

Nadie en la familia puede olvidar la tarde del 16 de julio de 2022. Una llamada alertó a Luz Aurora de que su hermana yacía en un parque con severas quemaduras. Aun en shock, Luz Aurora se dirigió al sitio referido, mientras se aferraba a la idea de que todo fuese una exageración, pero su propia madre, quien llegó al sitio primero, le confirmó la gravedad de la situación. “Mi mamá me dijo: ‘tiene la mano explotada’, estaba desencajada completamente y yo no podía creerlo”, relata. Aunque Luz Raquel fue llevada de urgencia a un hospital, falleció tras 72 horas de agonía.

La muerte de una mujer después de sufrir quemaduras en el 90% de su cuerpo en un parque público fue una noticia que atrajo de inmediato la atención nacional. La Fiscalía de Jalisco abrió la investigación por feminicidio y la primera pista a seguir apuntaba a un conflicto vecinal como causa del ataque. Los indicios de esta pista no eran menores, Luz Raquel había denunciado ante las autoridades a su vecino por las constantes amenazas verbales y físicas que ella y su hijo Bruno recibían. No era un secreto. Meses antes de su muerte, Luz Raquel había publicado en sus redes sociales imágenes de su casa con pintas ofensivas: “Te vas a morir machorra”, “Te voy a quemar viva”.

En esos primeros momentos, cuenta Luz Aurora, ellos confiaron en el trabajo de la Fiscalía y les entregaron todo lo que pudieron para ayudar a las pesquisas: fotografías, testimonios, el teléfono celular de su hermana. Sin embargo, a medida que los días transcurrieron, esta confianza se desvaneció y se terminó de romper cuando el Ministerio Público estatal dio una conferencia de prensa, una semana después, para deslizar la hipótesis de que su hermana se había agredido intencionalmente. En medio del estupor y la indignación, los familiares se enteraron, al unísono de todos, de la nueva hipótesis sobre la muerte de Luz Raquel.

Luz Aurora asegura que tras la explosión mediática del caso, los avances para esclarecer la muerte de su hermana han sido nulos. Lo último de lo que fueron notificados fue de que aún no tenían los peritajes de todos los videos a analizar. En este impasse, a la luz de las cifras oficiales, la muerte de Luz Raquel no es un feminicidio, es solo una muerte más. Sin embargo, para su hermana menor y el resto de la familia no hay duda de que alguien le arrebató la vida a Luz Raquel. “A mi hermana la asesinaron”, refiere con firmeza Luz Aurora.

Los esfuerzos de la familia, por ahora, se deben dividir entre seguir exigiendo justicia y atender a Bruno, el menor enfermo de autismo y epilepsia que ha quedado en la orfandad. “Actualmente, Bruno está presentando algunas crisis de autolesiones o agresividad a terceros. Desde que murió su mamá estas crisis aumentaron porque, obviamente, cambió de cuidador, cambio de hogar, por todas estás situaciones está frustrado y de no entender dónde está su mamá, todo esto hizo que las crisis se hicieran más fuertes. Aunque por su autismo no puede externar su angustia, es frecuente que diga ‘Mamá y ‘Luz’ para buscar a su mamá”, cuenta su hermana menor.

“Él se empieza a pegar contra la pared o contra el piso, como los vidrios de la casa, incluso los ha quebrado y él también puede llegar a agredir hasta que ya pasa la crisis. Pueden durar minutos o media hora. Obviamente, está medicado, pero ya ha desarrollado una resistencia a los medicamentos, hay medicamentos que de plano ya no le hacen nada”, añade.

Desde diciembre pasado, la familia explora la posibilidad de una neurocirugía para reducir la frecuencia e intensidad de estas crisis. Tras una serie de recursos judiciales, sus familiares consiguieron la atención del IMSS a favor de Bruno y en enero se presentaron a un par de citas médicas, sin embargo, Luz Aurora refiere que los especialistas mostraron desdén a sus preocupaciones sobre la resistencia a la medicación de Bruno así como a su interés para conocer si el menor podía ser candidato a esta cirugía. Tras una serie de largas e idas y venidas, la hermana de Luz Raquel afirma resignada de que existe una cerrazón por parte de la sanidad pública para realizar este procedimiento quirúrgico.

Ante la indiferencia de las instituciones de sanidad pública, la familia de Bruno ha consultado especialistas privados, quienes les han asegurado que el menor sí es candidato para la cirugía. Ahora, el obstáculo a vencer es el económico. El procedimiento quirúrgico tendrá un coste de 300.000 pesos, recursos que no puede solventar la familia. Como la muerte de Luz Raquel aún no ha sido tipificada como feminicidio, no puede acceder al mecanismo de reparación para los sobrevivientes.

Convencidos de que explorarán todas las alternativas para mejorar la vida de su sobrino, Luz Aurora y su familia han comenzado una colecta a través de sus redes sociales y aunque llevan menos del 10% de los fondos que requieren, no está entre sus opciones claudicar. “La cirugía es la única opción que tenemos y Bruno va a seguir creciendo, su peso aumenta, su fuerza también y una crisis de esta sí puede ponerlo en mayor peligro, a mí me da miedo que él mismo se lesione”, menciona.

Si algo caracterizó a Luz Raquel en vida fue su ímpetu para proteger a su familia, siempre defendió a su hermana menor y cuidó ella sola de su hijo. Aunque Luz Aurora aún se reprocha que no fue capaz de salvar a su hermana, ahora su prioridad es obtener algo de justicia y protección para su hijo. A ocho meses de la tragedia, Luz Aurora reconoce que entre los trámites del funeral, el cambio de casa, el cuidado de sus tres hijos y de Bruno y las continuas consultas con especialistas para buscar una mejor calidad de vida para su sobrino, ella apenas ha tenido tiempo para procesar su duelo. “No he llorado lo suficiente, tenía que hacer trámites, pero ha sido muy duro asimilar que ella ya no está. Luego la sueño, en una ocasión soñé que me decía: ‘No me dejes, no me dejes, pero yo creo que lo que quiere es que no deje a Bruno”, zanja.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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