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Alejandro Fernández, entre la voz y el escándalo

El cantante será el único mexicano en el festival chileno de Viña del Mar, después de haberse disculpado por las imágenes en las que se le ve ebrio en un concierto en Guanajuato

Alejandro Fernández durante su tour 'Hecho en México 2022', en San Juan (Puerto Rico), el 6 de marzo de 2022.
Alejandro Fernández durante su tour 'Hecho en México 2022', en San Juan (Puerto Rico), el 6 de marzo de 2022.William rMartorell (Getty Images)
Beatriz Guillén

Hay una tendencia en TikTok, la red social donde viven los jóvenes, en la que muchachitos asustan durante unos segundos a sus madres al decirles que se ha muerto su ídolo. Muchos, muchísimos de esos videos, son mujeres que no pueden creerse que haya fallecido Alejandro Fernández, con lo bien que le quedan al cantante sus 51 años. El hijo del último rey del mariachi ha salido recientemente a asegurar que se encuentra en su mejor momento. Paz, familia y trabajo. Las imágenes que lo muestran ebrio en su último concierto en León, Guanajuato, y por las que ha pedido disculpas, prueban que pasan los años y Fernández sigue montado en su estela de siempre: entre los escándalos y el don de una voz que no le falla. Su próxima parada es el Festival Viña del Mar, en Chile, donde será el único mexicano en actuar, junto a otros millonarios vendedores de discos como Karol G, Fito Paez, Tini, Camilo o Christina Aguilera.

El martes Alejandro Fernández hará su cuarta aparición en el famoso festival chileno. Una cita con los escenarios que llega justo después de su polémica ebriedad y del anunciado retorno de su por siempre rival musical: Luis Miguel. En Viña del Mar, que forma parte de su gira Hecho en México, con la que el cantante va a recorrer hasta octubre una treintena de ciudades americanas, Fernández podrá resarcirse de sus últimas copas grabadas y recordar al público por qué sigue 30 años después inquebrantable en la palestra.

Vicente Fernández
Fernández durante un concierto en Quintana Roo (México), en noviembre de 2021.Medios y Media (Getty Images)

Sobre lo de Guanajuato, el cantante ha explicado que fue producto de la emoción de ver a su hijo, Álex Fernández, cantar por primera vez en un palenque con él, unido a que llevaba mucho tiempo sin tomar y le sentaron mal los tragos. En varias entrevistas, El Potrillo ha asegurado que fue su padre, Vicente Fernández, quien lo inició a beber antes de los conciertos, porque era muy vergonzoso: “Yo era muy penoso, demasiado penoso, y mi papá con el ánimo de que se me bajara el nervio cuando me iba a presentar, me dijo: ‘Chíngate un traguito de coñac’ y pues me gustó”. Pero ha insistido en que más allá de eso es “muy tranquilo”: “No soy muy parrandero a pesar de que tengo la fama. En algún momento me vieron en alguna jarra super happy y pensaron que me la vivía así toda mi vida”. Aunque lo cierto es que en alguna temporada, el artista ha encadenado los shows mezclados con tequilas, ahora afirma que llevaba más de dos meses sin probar una gota.

Tenía cinco años El Potrillo la primera vez que salió con un sombrero de charro más grande que él a cantar ante miles de personas. Se quedó congelado y tras las bambalinas apareció su padre como un toro bravo a rescatar la letra a su chiquillo. A los 18 tuvo que decidir si quería seguir o no los pasos del Rey. Dudó un tiempo, en el que estudió Arquitectura, pero le encadenaron los éxitos. De su primer disco, en 1992, titulado Alejandro Fernández, vendió el mismo número de copias que su padre. De él lo aprendió todo —cómo colocar la voz, la respiración, la pose— para poder distanciarse después.

Siempre fue Alejandro frente a la sombra de Vicente. “Cabrón, ¿por qué quieres que sea una copia tuya?”, le dijo en alguna ocasión. Poco antes del cambio de siglo se pelearon durante dos años para que le permitiera dejar de ser él. Fue cuando el productor Emilio Estefan —rey midas de los Grammys y esposo de Gloria Estefan— lo eligió para convertirlo en estrella, pero a cambio debía alejarse tantito de los tintes mariachis de su padre. “Yo era el bebé de mi papá y su punto era: ¿cómo va a hacer Emilio Estefan, un cubano, música mexicana? Yo le decía ‘no, papá, no va a ser música mexicana, va a ser una mezcla, un nuevo estilo de música’. Mi papá era muy cuadrado”, relata en el podcast Creativo. Al final, el Rey cedió y nació El Potrillo versión pop.

Alex, Vicente y Alejandro Fernández, durante un concierto en Las Vegas (EE UU), en 2019.
Alex, Vicente y Alejandro Fernández, durante un concierto en Las Vegas (EE UU), en 2019.Chris Pizzello (AP)

Alejandro se lanzó a las baladas, pero nunca renegó de lo ranchero. En una entrevista con EL PAÍS en el año 2017, ya convertido en un divo pop, afirmó que se sentía igual de cómodo en vaqueros que vestido de charro. “El mercado ha cambiado muchísimo, no hay estaciones donde se toquen rancheras. Obviamente hay un público, pero a las compañías no les conviene sacar esto, por eso buscamos fusiones, para no dejar la música mexicana de lado y traerla al proceso pop que hacemos”, dijo entonces, un año después de que su padre dijera adiós a los escenarios, cuando todavía tenía que responder a si podía hacer frente a la herencia.

Todo eso ha quedado atrás: ha sucedido una pandemia, sus hijos se han casado, ha sido abuelo. Ahora, como quien no puede escapar de su historia, parece más interesado en promover a su hijo, quien le acompaña en conciertos y entrevistas. “Como decía mi papá: quien quiere a la vaca quiere al becerro. Pero que no le pongan el peso del Fernández porque yo ya me lo fui quitando, pero sí pesa”.

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Sobre la firma

Beatriz Guillén
Redactora de EL PAÍS en México. Trabaja en la mesa digital y suele cubrir temas sociales. Antes estaba en la sección de Materia, especializada en temas de Tecnología. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Valencia y Máster de Periodismo en EL PAÍS. Vive en Ciudad de México.

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