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Los retos de la estrategia del ‘todos contra Morena’: poco liderazgo y mucha fragmentación

Con la mira puesta en la elección presidencial, la oposición se ha dividido en tres frentes que buscan capitalizar el descontento hacia López Obrador, a quien aún le quedan casi dos años de Gobierno y sigue teniendo un potente respaldo popular

Los dirigentes del PRD, PAN y PRI, de izquierda a derecha: Jesús Zambrano, Marko Cortés y Alejandro Moreno, durante una conferencia de prensa en Ciudad de México el 2 de mayo de 2022.
Los dirigentes del PRD, PAN y PRI, de izquierda a derecha: Jesús Zambrano, Marko Cortés y Alejandro Moreno, durante una conferencia de prensa en Ciudad de México el 2 de mayo de 2022.Andrea Murcia (Cuartoscuro)

La oposición mexicana no para de registrar nuevas marcas, distintas piezas que se van sumando a un mapa cada vez más fragmentado. Por un lado, los partidos clásicos (PAN, PRI y PRD), unidos en una improbable alianza tras el batacazo de las últimas presidenciales. Por otro, grupos de empresarios y parte de la sociedad civil que ya estuvieron también hace un par de años detrás de la alianza entre los partidos. Y el último en llegar, Movimiento Ciudadano, el verso suelto que se resiste a quedar atrapado en la pinza presentando una nueva plataforma junto a viejos conocidos. Todos aspiran a convertirse en una alternativa social y política al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la diana de todas las críticas y el pegamento que podría unir las distintas piezas de la oposición.

Todos, más o menos, ocupan el mismo espacio político y el horizonte ideal será una confluencia que multiplique fuerzas de cara a la elección presidencial de 2024. Un futuro no tan claro para todos y del que no hay ninguna garantía. Hasta entonces, la maraña de siglas no destila por ahora liderazgos demasiado claros para enfrentarse al omnipresente López Obrador, al que aún le quedan casi dos años de mandato y que, a pesar de no presentarse en la próxima boleta presidencial, su figura y su legado será irremediablemente el nudo de los comicios. Así está de momento el rompecabezas de la estrategia del todos contra Morena.

Tanto Unid@s por México, la iniciativa empresarial y civil, como Va por México, la alianza de partidos, llevan meses en contacto. Ambas plataformas, que nacieron casi de la mano, son las más interesadas en desembocar en una candidatura unitaria para 2024. La agenda de Unid@s es de hecho lanzar un proceso de primarias abiertas en unos meses para que tanto “desde los partidos como desde la sociedad civil se elija a un candidato fuerte y de unidad”, expone uno de sus voceros. Desde el PAN reconocen los contactos, pero difieren en los tiempos. “No creo que estemos todavía en ese momento. Pero habrá pláticas muy profundas y muchos de los que estén en estas plataformas serán candidatos, porque necesitamos cuadros también para las listas locales y estatales”, apunta la diputada panista Mariana Gómez del Campo.

Gustavo de Hoyos, dirigente de la organización Sí por México, el senador Emilio Álvarez Icaza y el empresario Claudio X. González, el 10 de octubre.
Gustavo de Hoyos, dirigente de la organización Sí por México, el senador Emilio Álvarez Icaza y el empresario Claudio X. González, el 10 de octubre.Daniel Augusto (Cuartoscuro)

El gran ejemplo de unidad desde el que pretenden poner los cimientos para construir algo más sólido es la marcha del pasado noviembre. La protesta en las calles contra la reforma electoral del presidente, que se repetirá este mes, concentró por primera vez y de forma clara a los sectores opositores en lo que va de sexenio. Entre las organizaciones que respaldaron la movilización están algunas ligadas al PAN y al PRI. Pero el motor fue el núcleo de la plataforma Unid@s. En particular, los empresarios Claudio X. González y Gustavo de Hoyos Walther, expresidente de la patronal, dos veteranos opositores al obradorismo. Fuera del mundo civil y de la empresa, la plataforma también cuenta con políticos como el expresidente del PAN Gustavo Madero o el senador sin partido Emilio Álvarez Icaza.

“Apoyar una alianza sería una traición”

MC, impulsor de Mexicolectivo, ha puesto aún más distancia de Va por México y de Unid@s, haciendo ver que la integración de la oposición es una posibilidad más bien remota. “Para nosotros, tener una candidatura o apoyar una alianza sería la traición absoluta. Eso no lo queremos”, afirma la senadora emecista Patricia Mercado, una de las líderes de la organización. “Las otras dos alianzas están muy hechas, llevan trabajando mucho tiempo, tienen sus propios liderazgos, sus propios objetivos. No hay manera de que Mexicolectivo quiera ponerse al frente de ese bloque”. Mercado aclara que MC no está buscando uniones forzadas con tal de enfrentar a López Obrador y a Morena. “No podemos volver a ver al pasado, donde teníamos restringidas las opciones, las plataformas y las propuestas. A mí no me parece suficientemente válido el ‘todos vamos a juntarnos para que estos se vayan’. Pues no. ¿Por qué? Finalmente, si la mayoría ciudadana decide una cosa, pues con eso hay que bregar, con eso hay que luchar y con eso hay que movilizar si no estamos de acuerdo, pero no bloques forzados, porque eso no le va a ayudar al país, vamos a estar siempre confrontados y no resolviendo los problemas de México”.

El acto de presentación de Mexicolectivo esta semana en la capital estuvo plagado de caras conocidas de la escena política de las últimas décadas. Cuahtémoc Cárdenas Solórzano, líder moral de la izquierda mexicana, formó parte de inicio pero decidió bajarse del barco tras las críticas personales de López Obrador, su antiguo compañero y discípulo. Otros cuadros veteranos se mantienen, como Francisco Labastida (80 años), el primer candidato del PRI en perder una elección presidencial, o la senadora Josefina Vázquez Mota, excandidata presidencial del PAN y exsecretaria de Educación de Felipe Calderón. Su participación, más que aportar fuerza, pareció ensombrecer la que fue presentada como una organización vanguardista y ajena a los partidos.

La senadora de MC Patricia Mercado durante el Encuentro Colectivo por México, el 30 de enero.
La senadora de MC Patricia Mercado durante el Encuentro Colectivo por México, el 30 de enero.Sáshenka Gutiérrez (EFE)

Para los analistas, lo único claro en el río revuelto de la oposición es que sobran los personajes que quieren liderar la orquesta. Pero hay un problema: falta el público. El pueblo. ¿A quién quieren conducir? ¿A quién le hablan? De la izquierda se suele decir que, cuando llega al poder, no sabe gobernar porque está habituada a ser oposición. Al revés, se podría decir que los opositores de hoy, que ya han gobernado en el pasado –tan solo el PRI presidió casi un siglo el país–, están pisando un terreno para ellos desconocido: el de la crítica y la autocrítica, a decir de los especialistas.

“Llama la atención que, pese a la necesidad de unión por parte de la oposición para capitalizar el descontento de las clases medias y altas contra López Obrador, se esté dividiendo. Parecería que están peleándose por los asientos en un concierto donde hay poca gente. Ya hay más líderes que gente”, ironiza la politóloga Blanca Heredia. “Los gobiernos del denominado régimen de la transición (2000-2018), tanto el PAN como el PRI, abandonaron mucho el territorio y se concentraron en el escritorio. Y eso en parte es lo que explica la llegada al poder de López Obrador, que hizo justo lo contrario: se dedicó a trabajar el territorio durante muchos años, y creo que los partidos de oposición han perdido de vista la enorme importancia que tiene ese asunto”.

La académica opina que, en el mejor de los casos, la oposición se encuentra ensayando cuál de las tres plataformas resulta más conveniente para, en el último momento, encabezar un movimiento unificado contra el obradorismo. En el peor de los casos, señala, la oposición está sencillamente pulverizada. Con todo, Heredia afirma que los integrantes de los tres frentes han ejercido poco la autocrítica y no han podido esbozar una alternativa al proyecto de López Obrador más allá del descontento de las clases medias y altas y que incluya a los sectores más pobres, que constituyen el voto duro de Morena.

“Desde mi punto de vista, no hay una propuesta convocante que vaya más allá de los grupos sociales molestos y ofendidos por el discurso de López Obrador de ‘primero los pobres’ y en contra de las elites y de los conservadores”, expone. “Les parece suficiente con ir en contra de López Obrador y seguir repitiendo los viejos elementos estructurantes del discurso del régimen de la transición: democracia electoral, mercados abiertos, transparencia, rendición de cuentas, Estado de Derecho, que ninguno de ellos estando en el Gobierno impulsó en absoluto, pero siguen repitiendo esa cantaleta, que, por otro lado, ya se vio que mayoritariamente no jala a muchos, pero sí logra convocar a ese grupo minoritario de la población que está molesto, enojado y ofendido”.

Más allá de las clases medias y altas

Una tesis impugnada por la diputada del PAN Gómez del Campo que asegura que, al menos su formación, sí está poniendo el foco en despertar el voto de los abstencionistas (en torno al 40% de censo en las últimas elecciones) y sobre todo en ir más allá del nicho electoral de la clase media, urbana y con estudios superiores. “Nos dirigimos también a las clases populares, a los 55 millones de mexicanos que perdieron el seguro popular y al resto de ciudadanos que han perdido programas sociales durante estos años”, apunta. Desde el PAN enfatizan también el ejemplo de las elecciones de 2021, donde la alianza opositora logró evitar que Morena revalidara la mayoría absoluta en el parlamento.

Mariana Gómez del Campo, diputada del PAN, durante su participación en la cámara baja el 11 de enero.
Mariana Gómez del Campo, diputada del PAN, durante su participación en la cámara baja el 11 de enero.Daniel Augusto (Cuartoscuro)

Carlos Bravo Regidor, internacionalista y analista político, coincide en el diagnóstico de que en la oposición ahora “hay muchos dirigentes y poca militancia”. Muchos líderes, que no necesariamente liderazgo. El académico apunta que la oposición está replicando un problema heredado del régimen de partidos políticos en el que se ha sustentado por décadas la democracia mexicana: líderes partidistas muy fuertes y militancias relegadas y con muy poca influencia en la toma de decisiones. Abrevando de esa herencia partidista, añade, lo peor que le podría pasar a la oposición es “perredizarse”, una referencia a la historia de autofagia del PRD, que fue llevado a una crisis moral por los pleitos internos de tribus partidistas que no supieron ponerse de acuerdo. Sin fuerza ya, el PRD ha sido reducido a comparsa del PAN y el PRI, que ya se repartieron las candidaturas para este año y para 2024, sin que al otrora partido fuerte de la izquierda mexicana le tocara una rebanada del pastel electoral.

Bravo Regidor percibe una suerte de “esclerosis política” en los tres frentes opositores: no hay nuevos liderazgos, en las propuestas abundan los lugares comunes, y en el discurso ciudadanizante de la sociedad civil hay un dejo elitista. “Yo creo que el país que ellos muestran en sus ideas y en sus rostros para la mayoría de la gente es uno que no se parece al país en que ellos viven. No porque algunas de las ideas y de las soluciones que ellos proponen sean malas. El problema es que una cosa es tener un buen diagnóstico y otra es conectar con la experiencia de las personas a las que en teoría ese diagnóstico iría dirigido. Y yo creo que ahí está el gran déficit de la oposición”, afirma el académico. “López Obrador tiene muchísimos defectos, pero si hay algo que ha sabido hacer muy bien es hablarle a la mayoría de los mexicanos, decirles cosas que para ellos signifiquen algo, que les representen algo en su vida, que les hagan sentido”.

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El presidente López Obrador saluda a sus simpatizantes al llegar al Zócalo, durante la marcha que convocó el 27 de noviembre de 2022.Emilio Espejel

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